Camino A Casa. En ti encontré mi hogar

CAPITULO 88

En el comedor mis compañeras confirmaron las amenazas y yo les informé lo sucedido con las otras estudiantes. Desde luego, se convirtieron en un par de guarda espaldas permanentes haciendo que mi corazón se quebrara, pues me acorde de Nina quien debió llorar mi muerte. Quizá Carly y Susana también vivirían la misma situación en algún momento.

 No hubo clase de historia. Teníamos que cumplir otro reto. Este era el de aire libre que había mencionado Susana. Nos dieron la dotación en una mochila: una espada corta, una botella de agua, un par de barras de proteína, una soga y una fruta. Nos ordenaron formar grupos de cinco personas según afinidades o estrategia. Las tres no supimos escoger y sugerí esperar que nos formaran en el patio, allí la general al vernos en trio debía decidir si dejarnos solas o asignarnos un par de compañeras. Les dije que después de ellas dos Martina era la persona más confiable en este lugar.

El rey nos esperó en el patio de entrenamiento. La reina no se encontraba a su lado. El príncipe insistía en mirarme con expresión compungida casi fija de manera permanente.

Mi suegro dio el saludo ceremonial después del cual Gerardo procedió a explicar el reto. En síntesis, era de supervivencia, teníamos escasas provisiones, se nos entregaría un mapa para encontrar un sitio que simularía el ataque de una de las criaturas que se habían estudiado en cada nivel. En dado caso yo me encontraba en total desventaja por tener escasas cinco semanas en clases. El límite para cumplir con el reto era la media noche. Técnicamente las dos barras de proteína, la fruta y la botella de agua serían suficientes, y en caso real hasta exagerado, pues podría haber situaciones en las que no se contara con tanto.

Se nos sugirió no tomar agua del rio sin hervirla previamente. No comer nada del bosque si no habíamos recibido información sobre plantas o si no éramos herbolarias. Tratar de cumplir con la meta con luz de día. No seguir a ningún grupo dado que cada mapa llevaba a un sitio diferente. Si algún equipo no regresaba a la media noche las instructoras saldrían en su búsqueda de forma inmediata pues de cada grupo tendrían una copia.

Al terminar el príncipe formamos los equipos y Rosalía iba pasando por cada uno verificando integrantes y entregando la respectiva cartografía.

- Deben ser cinco. – cuando llegó a nosotras.

- Conoce los rumores, no confiaremos la vida de Susurro a nadie. – respondió Carly.

- Lo grupos impares dan la posibilidad de decisiones imparciales, ustedes son tres, consultaré. – le hizo señas a la general – no confían en nadie.

- Ni yo. Aun así, los retos están organizados para ataque en formación de cinco no de tres, incluso para los de primer año.

- Sea el grupo de tres o cinco yo sigo siendo un cero a la izquierda gracias a la poca preparación que poseo en todos los aspectos. Da igual cuantas seamos. – noté a mi ex esposo acercarse. Si Gracia murió en el accidente, él era viudo, si el matrimonio nunca fue bendecido por el rey en ceremonia pública, aquí nunca fue mi cónyuge.

- Con mayor razón – expresó Gerardo.

- No te metas en esto – le respondí sin filtro y los miembros de nuestra pequeña conferencia expandieron los ojos como plato.

- Susurro te controlas – intervino Martina.

-- Su majestad debe ser imparcial mi general.

- Una estudiante debe ser obediente. –se volteó al príncipe – mi señor, le ruego el favor de no intervenir y de no ofrecerse, sus heridas en la espalda aún no están del todo curadas.

- Lo sé. Intervengo en nombre de la autoridad delegada por el rey. Ordena que la natural no participe del reto por su seguridad. Es demasiado valiosa. Sus compañeras pueden ser reasignadas. – ellas asintieron, antes de que yo lo interpelara Gerardo continuó. – instructora Rosalía, general Martina, indiquen a la estudiante que se acerque al sitio donde se encuentra su majestad.

Se retiró de inmediato.

- Niña obedece.

- Prométame que las cuidará.

- Las asignaré juntas a un equipo quedaran bajo un solo voto de decisión, pero te prometo que las dejaré juntas para que se cuiden mutuamente las espaldas.

Me despedí llevando el puño al pecho. Caminé hasta la tienda de campaña establecida como cuartel de operaciones real. Los protectores me dejaron pasar adentro de inmediato. Al entrar mi vista se enfocó sobre la figura sentada a un lado con las manos y los pies atados a una silla.

- Hola hija. – fue el saludo de Fedor. – perdona por no enviarte al reto, mi amada esposa aquí presente ayer confesó toda la trampa que tenía planeada para volver a desaparecerte. Tu equipo volvería, tú no. Te presento mis disculpas.

- ¿Ahora que le hice? – pregunté mirándola.

- No puede hablar, se le ordenó voto de silencio hasta que el rey decida levantarlo, si lo rompe lo sabré. Sabes Gracia es muy difícil amar a alguien cuando ese alguien nunca te perdona que el matrimonio inicialmente fuera por arreglo. Sandra sabe que la amo, sin embargo, cuando la contradigo hace planes a mis espaldas. Todo esto pasó porque liberé a Gerad del juramento, lo que le permitió proponerte matrimonio. Y tú eres del nuevo mundo, nunca esperó que ustedes pudieran tener dones. El tuyo nunca fue fuerte, solo se potenció al pisar nuestra tierra. El uso que en algunos casos lograste darle fue mediado por las emociones intensas.




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