En el último Report habían dicho que, como el príncipe Eric ya había cumplido dieciocho años, se iba a celebrar de nuevo La Selección, una especie de concurso en el que participarían treinta y cinco chicas (una de cada provincia) y lucharían por el amor del príncipe Eric. En la anterior Selección nuestro actual rey Maxon eligió a la reina America. Es por eso que iban a enviar cartas con todo el papeleo que tendrían que rellenar todas las que quisiesen participar
La misma carta que Lea tenía en sus manos.
Un momento. Se supone que tendría que haber dos: una para ella y otra para mí. ¿Dónde estaba la otra?
—Lea, ¿por qué solo hay una carta? —le pregunté.
—En realidad han mandado dos. La mía está en la habitación.
Ahora solo quedaba una cosa por aclarar. ¿En realidad quería participar? ¿Arriesgarme a que me cogieran? No podía hacerlo, bailar era mi vida. Era todo lo que me importaba, todo lo que me llenaba. Nunca podría dejarlo, era como una droga para mí.
—Hay que rellenar todo el papeleo si queremos participar... —estaba diciendo Lea, mientras se mesaba su rubio cabello.
—No lo voy a hacer —la corté, decidida.
—¿Qué? —preguntó incrédula.
—Que no lo voy a hacer. No voy a rellenar esa dichosa solicitud. No estoy desesperada.
—Maddie, ¿qué estás diciendo? ¿Que no quieres ir?
Asentí con la cabeza apartando la mirada y fijándola en el pequeño parque, que ahora se encontraba desierto. No sabía cómo explicárselo, cómo explicarle lo que el baile significaba para mí.
—Dime la verdad. Sé que hay algo más porque te conozco desde que tengo uso de razón. ¿O acaso debo recordarte que llevamos juntas desde que usábamos pañales? —Lea posó sus ojos avellana en mí. Me conocía muy bien esta mujer.
—Es que... -callé un momento, pensando en cómo decírselo—...no quiero dejar de bailar. Cuando bailo me siento yo misma, me siento bien, libre. Me apasiona demasiado como para dejarlo. Porque qué pasaría si me escogieran; si en el sorteo salgo elegida. No podría dejar de bailar.
Las chicas que quisieran participar debían rellenar una solicitud, la que venía junto con la carta, y llevarla a la Oficina de Servicios de cada provincia. Allí serían fotografiadas para que todo el país pudiese ver los rostros de las seleccionadas en el Report en el que se desvelarían los nombres de las candidatas.
—Y no tienes por qué hacerlo. Maddie, eres una bailarina espléndida, una de las mejores del país (lo sé porque te he visto bailar en los concursos y aquí, en el hogar). Supongo que te dejarán bailar. —Mi amiga y hermana del alma se acercó a mí y me dio un abrazo reconfortante—. Nunca te obligarán a dejarlo.
—¿Y si lo hacen? —pregunté, con lágrimas en los ojos.
—No lo harán -soltó ella decidida—. ¿Recuerdas que la reina America era música, no? —Cuando asentí, prosiguió—: Pues ella no dejó su afición. Ya lo has visto en el Report, incluso a veces toca en las recepciones.
Antes de que nuestro actual rey, el rey Maxon, gobernara el país, nuestra joven nación estaba separado en castas. En total había ocho clases sociales. La casta de los Unos estaba formada por la realeza y la Ocho, por los sin techo, adictos y enfermos mentales.
Cada casta estaba especializada en una rama laboral específica. Por ejemplo, los Treses eran los único capaces de dar clases. La reina America creció siendo una Cinco, siendo una artista. Su familia se dedicaba al arte y a la música. Ella era música y, aunque ahora apenas ejerciese de ello, se notaba que le gustaba lo que hacía.
—Tú lo has dicho, a veces. Yo necesito el baile como necesito el oxígeno para vivir. No puedo bailar en contadas ocasiones, necesito hacerlo siempre.
En menos de un mes tenía un concurso muy importante, los nacionales. Todavía no sabía dónde se celebrarían, pero muchas fuentes decían que sería en el palacio. Si me escogían, no podría participar, o eso creía. Era demasiado arriesgado participar en el sorteo porque si me escogieran, estaría muerta. Así que tomé aire y clavé mis ojos verdes en Lea mientras decía:
—¡No lo voy a hacer! ¡No me voy a presentar a la Selección! —Y con estas últimas palabras empecé a correr en dirección al Moonlight.