Capítulo 3

Días después había llegado el momento de la boda entre Beatriz y Sebastián. También celebrarían su elección como nuevo senador. Estaban han felices los dos, iban a casarse por la iglesia, a Beatriz no le importaba que la criticaran por su embarazo, sin era la mujer más feliz del mundo.

Sebastián: Te estoy esperando en la iglesia amor.

Beatriz: Lo se Sebas, ya estrenos juntos como debe ser tu esposa y madre de tus hijos

Sebastián: Te amo tanto amor.

Beatriz: Yo también mi cielo bello, te amo al infinito y el más allá. Nunca lo olvides, bebé.

Sebastián: Claro que no amor.

Beatriz: Voy a colgar el teléfono amor.

Sebastián: Gracias por ser mi mujer.

Beatriz: Te voy a colgar.

Y en ese momento se cortó la comunicación, allí estaba Beatriz y estaba al lado si mejor amiga Farrat como siempre acompañado la. Eran amiga desde el colegio y sí única confidente.

— Vamos Farrat, Sebastián me espera en la iglesia.

— Qué bueno, amiga que la cosa va en serio.

— Sebas me prometió casarnos y ahora que estoy embarazada mucho más.

— Aunque las personas van a criticar por tu embarazo, es muy prominente tu abultado vientre.

— No me interesa nada, adema Sebas me ama así y quiere casarse así conmigo.

En ese momento Beatriz se sintió un poco mal. Y se sentó en la esquina de la cama. Su amiga al verla le dice.

— Quieres que te traiga un poco se agua.

— Gracias Farrat solo un poco.

— Bajaré a la concina.

— Está bien, te espero aquí.

Farrat bajo a la cocina, pero Beatriz nunca se imaginó que su amiga de infancia la envidiaba tanto y tuviera otras intenciones con ella. Cuando le puso un poco de Barbitúrico en el agua del vaso y luego salió de la cocina al cuarto. 

— Aquí tienes el agua, Beatriz.

— Gracias Farrat, eres la mejor amiga, ahora vamos.

— Si vamos...

Farrat iba en el carro mirando por la ventana y mirando a Beatriz que había comenzado con un malestar.

— Te pasa algo, Beatriz.

— No, solo deben ser los nervios.

— Bueno, ya estamos llegando a la iglesia.

— Eso es bueno, ya quiero ver a Sebastián.

En ese momento Beatriz comenzaba a sentir mal, y están sudando y tenía retorcijones. Pero no prestó mucha atención a ello. Cuando se acercaban en la entrada de la iglesia, Beatriz bajo con Farrat y se estaba arreglando antes de entrar. Cuando comenzó con un dolor en la cabeza, en ese momento Beatriz tomó aire y le dice a su amiga.

— Siento que la cabeza me va a estar Farrat.

— Esos son los nervios, Beatriz, vamos es mejor que entremos.

Pero Farrat en sus pensamientos deseaba que ya se murieran, la mujer que le había dado aquel veneno dijo que funcionaría al instante. Pero nada allí estaba aún esperando a casarse con Sebastián. Farrat sabía que aquel veneno que le había dado en el agua estaba surtiendo efecto.

Adentro en la iglesia, Sebastián estaba inquieto y nervioso. Porque Beatriz aún no llevaba, estaba desesperado.

En ese momento hubo un alboroto en la entrada de la iglesia. Y salió a ver qué había ocurrido, Beatriz estaba en el regazo de Farrat y ella estaba llorando. 

Sebastián se acercó y al mirar a Beatriz en el suelo la tomo en brazos y la llevo a la clínica, el pobre estaba deshecho era su boda, iba a tener un hijo y Beatriz estaba allí reparaba, pero no reaccionaba a nada. Cuando llegaron a urgencia la metieron en sala intensiva, mientras llegaba en médico que la atendía a ella.

— Farrat no quiero que se muera, no quiero.

— Lo se Sebastián, pero no podemos hacer nada, hay que esperar a lo que dice el médico.

— Oh... por Dios que le pasó Farrat para ponerse así.

— No lo sé, ella salió de la casa así, tenía malestar, le dolía la cabeza.

— Oh... por Dios mi Beatriz.

Sebastián lo que hacía era llorar y mirar a todos lados, hasta que el médico salió de cuidados intensivos. No tenía buena cara, cuando se acercó a Sebastián este lo miro serio.

— Que pasó doctor, que ha pasado con Beatriz.

— Lo siento mucho Sebastián, pero Beatriz tuvo un derrame cerebral, lo siento.