Camino al Corazón

Capítulo 6

Surthy siempre tenía aquel sueño, y siempre se levantaba sudada y angustiada por aquellas imágenes en su sueño. Pero tenía que seguir adelante con su vida, en especial tenía que cuidar de su madre que había enfermado en los últimos años, así que ella tenía que cuidar se ella. Su madre había dejado de trabajar en el bufé, por problemas de concentración debido a un leve derrame cerebral, y ella Surthy se había hecho cargo se ella. 
Si trabajo consistía en ayudar a los padres como niñera, y podía pagar a una enfermera para que cuidara de su madre, mientras ella trabajaba en casas de familia cuidando niños. Siempre si trabaja de lunes a viernes y llevaba tarde a casa después de salir de la casa donde trabajaba. Ese día había le habían pagado sus honorarios, porque había terminado como niñera.

 

— Donde está Surthy, Marta no ha llegado aún.
— Cálmese señora Marina su hija este por llegar.
— Pero mira la hora que son Marta es tarde.
— Le dije que no se preocupará que está por llegar.

 

En ese momento escucharon abrir la puerta y Surthy gritar.

 

— Ya llegué a casa, donde están. —Marta grita desde la concina.
— Estamos en la cocina Surthy.

 

Cuando se dirige a la concina, su madre la abraza fuerte y la mira a los ojos y le dice.

 

— No debería de trabajar hija mía, no mereces todo esto.
— Mamá quédate tranquila que todo está bien, mi corazón está en perfectas condiciones, si es eso que te preocupa.
— Sabes que vivo con un amén en la boca, si te llegara a pasar algo.
— Vamos mamá Marta ya tiene que irse y tú ya debes estar en la cama.
Surthy mira a Marta y le dice.
— Ya lleno a la cama y después hablo contigo.  —Marta le responde.
— Yo espero Surthy, no te preocupes que aún no me voy.
— Gracias Marta ya regreso.

 

Surthy subió las escaleras y llevo a su madre a la habitación. Abrió la puerta y luego le puso su ropa para dormir. Se sentó con ella en la cama y la acomodo para que se recostara.

 

— Buena mamá ahora a dormir.
— Hay hija no deberías de estar trabajando.
— Mamá ya estoy grande soy una mujer ahora y ya no tengo problemas con el corazón.
— Pero igual hija, tenía que trabajar yo, y tú solo tenías que estudiar.
— Ya mamá a descansar, Marta me espera allí abajo así que a dormir.

 

Surthy la arropó y luego le dio un beso en la frente y se retiró cerrando con mucho cuidado la puerta, y bajo a hablar con Marta.

 

— Ya está acostada, gracias Marta de nuevo por tu ayuda y aquí está tu pago.
En eso Marta le devuelve el dinero.
— Surthy se que está en una situación difícil, no te preocupes por pagarme esto que hago me lo multiplicará Dios.
— Gracias Marta, la verdad que el dinero lo iba a necesitar porque hasta hoy trabajé con los simmoss.
— Hay Surthy ahora que vas a hacer.
— Buscar otro trabajo, y bueno seguir adelante.
— Bueno puedo ayudarte con algunos de mis conocidos para ver quién necesita una niñera.
— Gracias Marta.


Surthy abraza a Marta y se ponen a llorar, está la consuela.

 

Despacho del Senado Sebastián Cruz, allí estaba el sentado en el escritorio como todo un Adonáis. Mirando papeles y con los pensamientos en otro lugar. Cuando en ese momento entra Farrat.

 

— Otra vez pensando Sebastián.
— Cómo está Farrat.
— Emocionada por lo que se viene.
— Por lo del compromiso.
— Sí, no debería estar feliz Sebastián son seis años juntos.
— Si lo sé amor. —dijo sin ganas Sebastián.
— Bueno todo está preparado para hoy.
— Entonces nos reuniremos con la prensa para formalizar nuestro compromiso.
— Claro Sebastián...

 

En ese momento lo llamaron del colegio de su hija.


— Que Lucy hizo qué. Y sequía hablando. — Está bien señora directora, voy por ella.
— Qué hizo la nena. 

 

Pero en al mejor maldecía por la mocosa que se tenía que aguantar, después que se casará con él, la mandaría a un internado lejos de su padre y todo el mundo.

 

— Está bien anda a resolver lo de tu hija, yo iré a preparar todo para esta noche.
— Gracias Farrat por todo lo que has hecho por nosotros.
— Anda verte.

 

Sebastián salió del despacho a todo prisa para saber que había hecho Lucy, era la décima vez en la semana que lo llamaban del colegio. Y la última niñera se había ido el día anterior. Cuando llegó al colegio vio a su hija empapada de agua.

 

— Por Dios, Lucy que has hecho.
— Nadita papito.
— Nadita Lucy estás segura.
— Ya vamos a casita.
— Que voy a hacer contigo Lucy.
— Nadita por qué soy tu hijita.
— Mi pequeña Lucy.

 

Sebastián toma a la pequeña y se la da al guardaespaldas, mientras él hablaba con la directora del colegio.




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