Como había dicho el joven se volvieron a encontrar en la misma parada como había sucedido desde aquella ocasión ahora que comenzaban a hablar y conocerse, a lo que cuando llegó en autobús se subieron y se sentaron en el mismo lugar de siempre junto con aquel encuentro le preguntó su nombre a la chica.
-Akane Takizawa-
Para cuando llegaron a su lugar de destino se despidieron pronunciaron las palabras que tanto habían anhelado desde lo más profundo de su corazón cuando comenzó la curiosidad hacia ambos y con una sonrisa desaparecieron de su vista. La chica de nuevo en su habitación estaba con las mismas cosas de ayer, se puso un momento a pensar en ese joven y la plática que habían tenido, sonrió para sus adentros y continuaba haciendo su tarea hasta que fue interrumpida por una voz que la llamó para la cena desde las escaleras. Así se fue haciendo la rutina de encontrase en esa parada y estar sentados en el mismo autobús, pero ahora convirtiéndolos en algo más que simples desconocidos, tal vez el destino los había reunido para conocerse y unirlos para que fueran una compañía del otro, pero como se habla de destino no se sabe que ocurrirá porque está atada a la vida por la eternidad y a veces tiene otros planes que no contemplaba el destino. Pasaron unas cuantas semanas y siguieron con la misma rutina, encontrase en esa parada de autobús y comenzaban una conversación hasta adentrarse en el autobús para continuar hablando un poco de su día a día o sacando cosas pasadas, en algunas ocasiones se preguntaban algunos temas para conocerse y los que estaban a su alrededor, aunque sólo fueran unos cuantos minutos eran muy gratos y parecían una eternidad para ambos. De repente comenzaron los deseos a florar de pasar más tiempo juntos, por lo que en sus camas se ponían a pensar en el otro de esos pequeños detalles que habían notado y recordando la plática que tuvieron ese día. Ella en su cuarto sobre su cama con la ropa de dormir puesta abrazaba fuerte su almohada con unas cuantas lágrimas que fluían hasta llegar a sus mejillas, mientras comenzaba a oír los gritos que provenían de abajo y trataba de callarlos junto con esas palabras pasadas en su colegio hasta que se colocó los audífonos empezó a recordarlo a él para que poco después oyera la puerta de su habitación abriéndose de la parte inferior con las palabras de "Ya llegue", aunque nunca obtuvo respuesta a lo que fue a la habitación de la chica que aún estaba en la cama acostada empapada en lágrimas, toco un par de veces la puerta.
-Akane, ya llegue- escucho los gimoteos que contenía contra la almohada con la combinación de los gritos de abajo a lo que sin duda abrió la puerta- voy a entrar-
Dio unos pasos hasta quedar a lado de la cama de aquella chica triste que tenía su propia protección y para terminar sentándose a su lado en donde estaba acostada.
-¿éstas bien, Akane? -
Ella lo volteo a ver con unos ojos derramando tristeza en lágrimas aún con un leve rojizo debajo de sus ojos acompañada de una hinchazón clara de haber llorado durante un tiempo y a su parecer estaba algo enojada por una pregunta tan estúpida que había salido de su boca, a lo que su hermano mayor le empezó a quitar las lágrimas que aún estaban alrededor de sus ojos, mientras esta se sentaba en su lugar.
-lo siento por preguntar algo tan estúpido-
-realmente fue estúpido-
-lo siento- le dijo con una pequeña sonrisa con la mano sobre su mejilla para quitar las lágrimas que caída poco a poco
-¿por qué tiene que continuar esto?-
-calma- la puso entre sus brazos para poder abrazarla mientras que le acariciaba la cabeza lentamente pasando sus dedos entre sus cabellos- todo va estar bien-
-¿cómo sabes que va estar bien?- le miraba con duda al respecto a las palabras que había salido de su boca
-es verdad que no lo sé, pero por lo menos te anima un poco ¿no lo crees? -
-no ayuda en mucho-
-bueno, entonces ¿cómo te fue el día de hoy? -
-bien, aunque en el colegio estoy como siempre- ocultándose los moretones que traía en los brazos y piernas
-¿no quieres salirte de ahí? Solo sufres por algo que no vale la pena-
-pero nuestros padres pagaron para que estuviera ahí, no puedo echarlo a la basura así el esfuerzo que hicieron para que entrará-
-aun así no te quiero ver llorar por solo los insultos que te hacen acerca de tu cuerpo y los golpes que recibes, eres muy bella como eres y la más hermosa hermana que puedo tener-
-hermano- se recargo en su espalda para luego abrazarlo- gracias por estar para mí, y bienvenido a casa-
-¿por qué lo dices a estas alturas?- le mencionaba con una sonrisa en su rostro, mientras removía sus cabellos y ella sonreía a la par de él -¿has estado comiendo bien en el colegio o en casa? -
-si lo hago-
-déjame ver-
Levanto su blusa hasta el abdomen logrando ver su cuerpo delgado, aunque no demasiado a lo que la llevó a una báscula donde señalaba haber perdido unos cuantos kilos desde la última vez que la había visitado y solo ella agarro su mano algo apenada por lo que había dicho antes.
-no has comido últimamente, ¿verdad? -