Camino

Capítulo 5

Cuando quedaron en esa parada les era sorprenderse con la vestimenta que traía cada uno, era claro que se habían acostumbrado a esa ropa escolar que era cotidiano a lo largo de su vida y se saludaron como siempre lo hacían para luego hablar de lo normal tratando de evitar el tema de sus hogares junto con sus complejos. El joven, Hideki Fujiwa, vestía de jeans oscuros un tanto rotos junto con una playera negra bastante ancha de manga larga y traía puesto un gorro en su cabello que lo hacía lucir de una manera desconcertante para los demás que esperaban en la parada. Por otro lado, la chica, Akane Takizawa, vestía unos jeans parecidos a los de él junto con su blusa negra de manga larga, su cabello lo traía de un lado y unas botas que parecían militares a lo que también provocó una reacción similar a los demás de su alrededor. Lo único que coincidían en su vestimenta era el color negro de manga larga y que llevaban una mochila, que por una parte de su interior hizo que dudará algo de esa sonrisa que daban o que estaban rotos de alguna parte y que eso los atormentaban. En cuestión de ellos sólo se dieron una sonrisa y hablaron, dejándoles de importar su alrededor porque solo querían olvidar eso oscuro que los atormentaba y nunca revelarlo a esa persona que tanto deseaban conocer. La llegada del transporte hizo que ella sonriera porque ya ansiaba poder ir con él a la biblioteca a lo que él solo dio una pequeña sonrisa, por el trayecto ella cayó dormida en su hombro y lo único que hizo el joven fue agarrar mechones de su cabello para jugar con ellos mientras alcanzaba a oler el perfume que se impregnada del shampoo, lo había hecho de manera inconsciente hasta que casi al despertar la chica aparto la mano mirando avergonzado hacia otro lado sin olvidarse ese olor dulce que seguía en su olfato. Ya dentro de la biblioteca se sentaron en el fondo con pilas de libros, leyeron juntos de sus gustos variados, hablaron a susurros su opinión sobre ello y se ayudaron con algunas dudas de su tarea, era un ambiente agradable que ambos se refugiaban, aunque no por mucho tiempo podrían estar así y tendrían que saber la parte oscura de sí mismos que poseían. Estaba anocheciendo cuando comenzó hacer sonidos el estómago de la chica, se avergonzó de inmediato porque no había podido evitarlo a lo que solo le dio una pequeña sonrisa, mientras abría de manera lenta una bolsa con un pan dulce y ella lo comió con mucha pena no era del todo de su agrado aquello por lo que pasaba en su cabeza lo que contenía solo esos bocados en su garganta, pero por ser él quien se lo diera lo acepto a medias. De reojo observó que las chicas que la molestaban estaban en ese preciso lugar, le provocó terror que hizo sus ojos se perdieran en una negrura profunda y él al darse cuenta de ello no podía mantenerse callado al respecto porque sentía la necesidad de querer ayudar a la única persona que hacía felices sus días desde aquello aparte de comprender un poco de ese sentimiento oscuro.
-Akane, ¿éstas bien? -
-sí, claro. ¿Por qué lo mencionas? - sonrió nerviosa y miraba un tanto distraída
-se te nota un poco tensa-
-estoy bien, creo que solo voy al baño-




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