El joven, Hideki Fujiwa, comenzó a caminar a pasos lentos por los baños hasta que se oyó arcadas en el último baño del lugar a lo que rápido fue ahí y abrió la puerta de inmediato donde se encontró a esa chica que había conocido desconsolada, con un rostro hecho un desastre casi blanco como la nieve, daba más a lucir sus ojeras y las mejillas estaban húmedas por las anteriores lágrimas que habían derramado.
- ¿qué rayos haces? -
La jalo con algo de brusquedad para alejarla de ese lugar, aunque ella se opuso y puso resistencia de ello hasta que por fin la logró sacar de ese pequeño cubículo. El joven la obligó a voltear la para lograr ver sus ojos verdes como las mismas hojas de los árboles después de una lluvia y daba el sol en ese momento, se negó un tanto hacerlo la chica a lo que trato de cubrirse con sus manos a lo que no logró porque él se las estaba agarrando para que no escapara, puso resistencia a verlo y enfrentarlo sintió en todo el cuerpo una desesperación de salir del lugar. Ella no quería verlo, no quería que lo encontrará de esta manera y mucho menos que supiera de aquello que tampoco soportaba de sí misma lo que también provocó tristeza y un vacío en su interior por haber revelado su secreto, trato de huir de todo aquello, pero él se lo impedía, se preguntaba a sí misma por qué hacía esto y sus inseguridades empezaron aflorar nublándole la mente para darle un poco más de fuerza para huir. Sin embargo, el joven se resistió a dejarla ir y dejarla de esa manera por lo que la mantuvo con más fuerza su agarre en sus muñecas tan suaves, aunque en ese momento no lo pensara a profundidad le provocaba algo el simple calor de esas manos y el tacto de la piel de la chica. Por última vez utilizo su fuerza para ponerle fin a esos deseos de huir de él, después de un tiempo luchar de su agarre la pobre chica no consiguió liberarse ya que no tenía tantas fuerzas a lo que terminó por rendirse y por primera vez vio sus ojos tan determinados, mientras ella daba una expresión de dolor y tristeza casi al borde de las lágrimas en sus ojos. Cayó arrodillada enfrente de él con sus brazos extendidos, él dejó la fuerza de lado para darle delicadeza a su tacto para no dañarla al mismo tiempo que tenía la mirada baja y de un momento a otro la chica derramó lágrimas a ríos como si fuera una niña pequeña. Le invadió un extraño sentimiento al joven que hizo ponerse de rodillas al igual que ella y dejar de agarrar sus manos, comenzó ella a querer limpiar sus lágrimas de las cuales aún no podía detener y encogió su cuerpo para sí misma esconderse de su propia oscuridad incluso la cara para no dejarse ver lo que ella consideraba horrendo. Él comenzó a acercarse con lentitud hacia ella y la comenzó a rodear con sus brazos uniendo sus cuerpos poco a poco hasta que ella le dejó acceder al abrazo, coloco su cabeza alrededor de su cuello y sus brazos en su espalda continuando el derrame de lágrimas en su hombro, mientras él ponía sus brazos alrededor de su cintura que al sentir el tacto era un tanto delgado junto con ese calor que transmitía, aunque no lo pensara a profundidad al estar en contacto de esa piel tan hermosa y con tal suavidad que le encanto al momento de hacerlo que con tan solo tocarlo lo grabaría en su corazón. Sin embargo, él se separó para poder verla a los ojos y ella se calmaba poco a poco al verlos. Al mirar sus ojos eran un par de azules oscuros como el cielo nocturno tan brillantes por las lágrimas que aún estaban en sus ojos que los consideraba hermosos, en ese momento pensó la belleza que desprendía verla de esa cara era incomparable que lo guardaría en su corazón, pero a la vez lo destrozaba por completo y quería saber más de aquello hermoso, oscuro y asqueroso que ocultaba en su interior para encontrar más belleza de lo que desprendía para tratarla como día. Ella consideraba que no debía de obtener aquella atención y cariño por ser como era, pero a voluntad se había quedado con ella. Él le estaba dando una dulce mirada, ella una mirada perdida, desesperada y llena de tristeza hasta que llegó al punto de las lágrimas, él trataba de usar un tono melodioso tan hermoso para que ella lo recordará y ella tenía una voz quebrada tanto como dañada.
-tranquila- dio roces suaves a sus mejillas para limpiar las lágrimas que aún se apreciaban en sus ojos y llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja para apreciar su rostro pálido- estoy aquí contigo-
-¿no te causó asco? ¿Por qué sigues conmigo? ¿No me dejaras como el resto por ser como soy? - mencionaba con la voz un tanto quebrada sintiendo que se hundía poco a poco al calor que le brindaba Hideki
-claro que no te iba a abandonar, no cuando estas así, es cuando más necesitas a alguien. Aparte no me causas asco, nunca lo harías- le mencionaba con una pequeña sonrisa de comprensión mientras pasaba sus manos para seguir limpiando sus lágrimas
-lo siento no pude evitarlo, no quería que vieras esto de mi- poco a poco empezaba a susurrar dejándole de importar su alrededor mientras estaba a punto de romper a llorar de nuevo por esas palabras que anhelaba oír desde hace tiempo que tantas veces se las había imaginado en el cielo que ahora se hacían realidad de alguna forma y le daba una sonrisa destrozada
-dime- bajo su tono de voz mientras jugaba con un mechón de su cabello porque también le iba doler preguntarlo- ¿qué es lo que padeces, Takizawa? -
Seguía sonriendo de manera destrozada conteniéndola para demostrándole lo fuerte que era hasta que fue decayendo poco a poco de manera que con solo una sonrisa pequeña que también quería romperse en dos y dirigía su mirada baja.
-creo que tengo bulimia. Sabía que estaba mal, pero aun así caí esto, aunque me prometí no hacerlo-
-ya veo-
El joven la acomodo entre sus brazos otra vez, mientras derramaba lágrimas nuevamente tan gruesas que lograban verse como una hermosa cascada en una noche en un misterioso bosque que causaba terror dándose a demostrar como una indefensa niña pequeña por los recuerdos que le inundaban en su cabeza junto con las palabras hirientes que se le habían quedado en su corazón, al mismo tiempo él se colocaba en una pared para recargarse hasta que se calmara y podía observar esta cara oculta de esa chica tan hermosa que simplemente hacía latir algo su corazón de cristal negro que tenía en su interior.