Camino

Capítulo 8

Al asomarse las chicas una de ellas, Rui, se molestó al respecto la actitud que tomaba ese joven tan atractivo que sólo tomó el pensamiento de que lo hacía por lástima porque a todo el mundo le pasaba toda clase de cosas y que no era nada extraordinario, sin embargo, la otra chica, Sakura, se quedó callada recordando el pasado con esa escena que lograba ver sus ojos cristalizados como las vitrinas de una iglesia en un atardecer dejando entrar los pocos rayos de sol que recibía. Hace algún tiempo hubo unas pequeñas hermanas en una familia un tanto disfuncional, pero querida y acompañada, ambas solo tenían de diferencia dos años. Esas hermanas estaban juntas todo el tiempo durante su infancia, tenían parecida la ropa y se daban apoyo de una a la otra. Con el paso del tiempo cuando entraron en la primaria se empezaron a separar poco a poco hasta que ya no se hablaban o pasaban tiempo juntas por el hecho de la edad y tenían distintas amigas porque esa misma diferencia de edad hacía que hubiera una ligera separación de ideas incluso la madurez. A lo que no supieron en ese entonces la familia es que sufría de acoso escolar sino hasta que empezaron a notar la delgadez de la pobre hermana menor, de los desmayos repentinos en la clase de educación física por la falta de alimentos de los que nunca ingería en sus recreos, el comienzo de sus ejercicios y dietas que no les parecieron extrañas a la propia familia, el ingerir demasiada comida de repente de haber dejado sus dietas, o de sus vómitos en el baño cuando no había nadie en la casa a la hora de cada comida. Ese extraño comportamiento lo comenzó a notar su hermana mayor, pero no le dio ni la menor importancia sino hasta que en alguna ocasión se la encontró vomitando en el baño de la casa de una manera desesperada y ella estaba hecha un desastre de los pies a la cabeza en esa casa solitaria cuando volvía de sus prácticas vespertinas del colegio a las cuales tenía que asistir con regularidad.
-¿¡qué rayos haces!? - la jaló para que la viera a los ojos, pero ella le dio un golpe en la mano tenía una mirada perdida y enfadada
-¡déjame en paz! -
-¿¡cómo quieres que te deje en paz si te encuentro de esta forma!? -
-¡tú no entiendes! ¡Largo! -
La hermana mayor la estrecho entre sus brazos en donde empezó a sentir calidez la menor tan de repente ese abrazo que la dejó muda e inmóvil en el marco de la puerta y se le detuvo el tiempo para escuchar a su hermana a la que tanto extrañaba pasar el tiempo con ella.
- ¿cómo quieres que entienda algo que no sé? No tienes que hacer esto, yo estoy aquí contigo hermana para poder ayudarte y comprenderte así que déjame estar contigo-
Le mencionaba todo aquello de manera dulce que se notaba el dolor en su garganta y con suaves caricias hacía en su cabeza para poder calmarla, por fin la menor se rompió a llorar en los brazos de su hermana mayor por un buen rato hasta la llegada de sus padres unas horas después cuando vieron esa escena dolorosa, destrozante y conmovedora. Luego de tanto lloriqueo le explicó la menor a su hermana mayor lo que le sucedía en el colegio, como la molestaban, las bromas que le hacían y los insultos que le hacían sobre su cuerpo a lo que la llevó a terminar de esta manera. La pobre hermana mayor se lamentó demasiado el no poder estar para ella en esos momentos, se sentía una estúpida por aquello que no había hecho a lo que les tuvo que comentar a sus padres lo que tenía la menor porque no podría decírselos ella misma por el miedo que le invadía, aunque en una parte de su ser le contradecía aquello. Los padres se preocuparon por la menor al igual que la mayor en una habitación sentados en los sillones hablando de manera tranquila, tuvieron que ir con el doctor en donde escucho la palabra de la enfermedad que padecía su hermana menor "Bulimia" en ese consultorio con olor a medicina y lleno de color blanco en las paredes. Era un trastorno alimenticio mortal que pasa cualquier chica más a esa edad, les hablo de los patrones que suelen hacer las personas con ese trastorno como ejemplo que comían una gran cantidad de comida llena de calorías, pero por la culpa lo vomitaban, en algunos casos hacían ejercicio excesivo, otros tomaban medicamentos para provocarse los vómitos o para ir al baño. Le hicieron a la menor exámenes físicos para ver los vasos sanguíneos rotos en los ojos, la boca seca, las ojeras, salpullido y granos, pequeñas cortaduras y callosidades en los dedos por la inducción al vómito, algunos sanguíneos para observar el desequilibrio de electrolitos o deshidratación incluyendo uno para los dientes si es que estaban dañados. Al comprobarlo le dieron tratamiento para tratar el trastorno alimenticio leve que fue un grupo de apoyo, por supuesto que tuvieron que pagar por ello y la tuvieron que llevar, pero la acompaño su hermana mayor. Le había pedido la menor que fuera con ella porque no quería sentirse sola al estar en un grupo de personas que no conocían con un problema similar al suyo, no se sentía capaz de poder hablarlo o tan siquiera escucharlo y que si estuviera con ella le daría la fuerza necesaria para poder hablar, aunque fuera poco a poco. La mayor accedió al ver los ojos lagrimosos de la menor que contenían un brillo de determinación. Su acompañamiento le fue de mucha ayuda a la menor, en un principio pudo pronunciar unas cuantas palabras siempre y cuando agarraba la mano de la mayor para el valor que le faltaba, ya al hablar un poco más y hacer los ejercicios en casa la menor necesitaba tan sólo ver la sonrisa reconfortante y agarrar de nuevo la mano de su hermana mayor, casi ya al a completar todo el tratamiento comenzó a sonreír cada vez más la menor y al finalizar celebraron todos en el grupo de apoyo por un logro tan grato en sus corazones de superar este trastorno que algunos lloraron, rieron a lo alto, sonrieron a lo grande a sus familias o abrazaron tan fuerte a sus familiares mientras ellos le mencionaban un susurros "Hiciste un gran esfuerzo, estoy orgulloso de ti". En el caso de la menor abrazo a su hermana con un ligero temblor en todo su cuerpo, pero con bastante fuerza y comenzó a llorar con una sonrisa en su rostro, le agradeció su apoyo y acompañamiento para poder superar todo aquello que tenía en su corazón incluso la mente, lo único que hizo la mayor fue responder al abrazo con cariño y ternura mientras sentía un calor en su interior que inconscientemente comenzó a sonreír. Lo que vio ante sus ojos fue el comienzo del problema, al mismo tiempo sucedía que su amiga Rui le había agarrado la mano molesta por ver aquella escena tan aburrida y salió hablando de manera molesta junto con lo asqueada del asunto, lo único que hizo Sakura fue mirar hacia abajo un poco incluyendo sus contestaciones en susurros otra vez experimentando los recuerdos dolorosos de aquella vez. Continuó con su actuación Sakura por un rato, al ya no poder soportarlo se fue temprano a casa mientras que con la mirada baja caminaba recordando el desarrollo de lo vivido de su hermana menor por todo el camino aguantando las ganas de llorar en plena calle llena de luces, pero un tanto solitaria. Hasta que llegó a su casa con pasos lentos abrió la puerta de su casa mencionando también en susurro su llegada, se dio cuenta de que la casa estaba solitaria también a lo aun estando en la entrada con la puerta cerrada comenzó a derramar lágrimas de manera silenciosa hasta que lloro con tristeza, sentía un dolor indescriptible en el pecho y se lamentaba a gritos de dolor diciéndolo al viento con tal que lo entregará en un avión de papel a una persona para pedir perdón.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.