Capítulo 9

El joven junto con la chica salió del lugar con algunos libros entre sus brazos, caminaron sobre las luces tenues entre las calles solitarias en un largo silencio hasta llegar a un parque cerca de una parada de autobús y se sentaron en una banca. El silencio permanecía entre los dos aún, estaban un tanto incómodos por la situación, la chica trató de formular palabras en su boca, pero no lo lograba del todo porque no había hablado con alguien al respecto o que por lo menos se molestara en escucharla solo por un momento por el que pasaba así que prefirió guardárselo para sí misma y no molestar a nadie. El joven se esperó para poder hablar, sabía que estaba nerviosa de hablarlo a lo que espero con paciencia para que estuviera lista para hacerlo a lo que terminó mirando el cielo por unos minutos bastantes largos a su parecer y la chica hacia el piso para agarrar valentía hasta que se incorporó su cuerpo a lo que él con una voz un tanto fría con un toque de dulzura le formuló una pregunta para que pudiera comenzar.

- ¿estas segura que quieres hablarlo conmigo ahora? Puedo esperar hasta que estés lista-
-este... Yo... Hace tiempo que quería hablarlo con alguien... Especialmente contigo porque sentía que me comprenderías o que me escucharías por un momento... Pero sentí que sería una molestia hacerlo y egoísta de mi parte-
-no es una molestia que me lo cuentes a mí para eso estoy contigo, quiero estar ahí para ti cuando lo necesites y apoyarte en lo que pueda- al oírlo se sonrojo la chica porque en su corazón escondido había anhelado oír esas palabras de sus parientes cercanos pero solo se había ganado malas palabras de su parte
-¿estarás conmigo? ¿No me abandonaras? - agacho la mirada para ver su pantalón mientras apretaba los puños
-así es, no te dejaré sola por más que me lo pidas porque quiero estar a tu lado lo más que pueda- lo dijo esta vez mirando hacia el suelo con un leve sonrojo mientras que en sus pensamientos floraban unos cuantos versos por los sentimientos que sentía hacia ella- compartir lo que pueda para darte una parte de mí y yo poder tener una parte de ti para que quede en mi corazón-
Ella miro hacia un lado con un sonrojo notorio en su rostro para poder calmar sus sentimientos hasta que tuvo una respiración no tan agitada el joven decidió hacer una pregunta con voz fría que transmitía calidez y dulzura mientras miraba hacia ella con una mirada perdida que transmitía compasión.
-¿por qué comenzaste a hacerlo? -
Con una voz un tanto temblorosa Akane Takizawa comenzó a explicar lo que hace unos años había sucedido dentro de su familia a la cual era normal y querida sino hasta que se fue su hermano mayor empezaron actuar sus padres de muy mala manera con ella, la relación de entre ellos dos empeoró, gritaban casi el resto del día con solo mirarse sus defectos o cualquier otra cosa absurda hasta de su propia hija de malas palabras, el descontento de sus padres por las calificaciones del colegio que no les satisfacía, comparaciones con su hermano porque no hacía aquello como él y que siempre cometía errores, hasta había recibido golpes por los regaños, una vez había sido rebelde contra sus padres, pero no de la manera extrema sino simple, aunque no cambió nada en realidad a lo que paro y empezó actuar de esa forma. Después le contó la situación de su colegio que también había sido junto con los problemas familiares, unos 3 años atrás en su clase recibieron unas chicas nuevas de intercambio que a simple vista se veían que no serían agradables, esas chicas eran las mismas que estaban en la biblioteca muy arregladas y bellas. Comenzaron acosar su amiga diciéndole cosas desagradables con algunas cuantas bromas, ella logro protegerla de algunas, pero algunas no pudo porque como tenían grupo la sostenían a ella o la apartaban hasta trataban de hacerlo a escondidas para no intervenir, había hablado con profesores y directivos sobre la situación de su clase, pero no le hicieron caso. Por lo tanto, su amiga ya no lo soporto que salió del colegio, ella tenía la mirada perdida cuando su amiga se disculpó con ella junto con su hermano mayor que también le agradeció por estar con su hermana, desde entonces la consideraron un juguete para ellas porque se había ido su amiga a lo que empezaron los insultos que en un principio ignoraba, sin embargo, con el tiempo poco a poco entraron en su cabeza y también bromas, aunque estas eran más pesadas. Cuando acabo esta vez ya no lloraba la chica, Akane Takizawa, pero tenía una expresión triste en su rostro que se lograba ver con más claridad con la luz tenue las ojeras y la hinchazón de sus ojos que hace rato había llorado, aunque le faltaba vaciar aún más su corazón. El joven, Hideki Fujiwa, puso una mano sobre su cabeza, mientras miraba hacia ella con una sonrisa grande en su rostro que sus labios se movieron de forma lenta para ella cuando pronunció esas palabras.
-hiciste un gran trabajo por soportar todo aquello, estoy orgulloso de ti por soportarlo sola hasta ahora, realmente eres fuerte-
Por esas palabras se extendió una calidez en su pecho de nuevo formando lágrimas en sus ojos con una sonrisa rota la cual otra vez se fue desvaneciendo por una destrozada hasta llorar que pudo sus manos sobre su rostro por un rato más, ella no se consideraba fuerte sino por el contrario hasta se sentía mal porque algunas veces había pensado en el suicidio como última opción y que le dijera esas palabras fueron las que hizo que rompiera a llorar de nuevo, pero acompañada de una calidez que podía describir en ese momento. Él la puso sobre su pecho para cubrirla, mientras la abrazaba por la cintura con la mirada puesta sobre el cielo nocturno de una manera seria y hasta que miro la hora del reloj del parque la alejo un tanto de él para secarle sus lágrimas, le volvió a sonreír y está vez le devolvió la sonrisa.
-tenemos que irnos Takizawa, el último autobús va a pasar y tengo que llevarte a casa-
-si-