En un momento dado la chica junto con su amiga Sakura decidieron quedar en una cafetería que se había vuelto popular o que era muy agradable para Sakura que solía salir más con sus otras amigas sin dejar a la chica por un momento que en la mayoría de las ocasiones le rechazaba esa idea hasta la logró convencer. Al entrar la cafetería estaban llenas las paredes llenas de paisajes preciosos y simples de colores azulados, verdosos, amarillentos hasta de un oscuro como el cielo estrellado de la noche que estaba en el techo, unas luces tenues que daban un toque sofisticado al ambiente, colgaban algunas plantas del techo de diferentes formas y flores, también los muebles eran de madera oscuras con sillas claras que quedaban en perfecto contraste. La chica quedó fascinada con el lugar que lo aprecio detalle a detalle lo que veía, Sakura dio una sonrisa de satisfacción que la llevó en seguida a una mesa junto al gran ventanal que daba a las calles transitadas y algunos de las mesas que tenía el local afuera. Al sentarse sin que la chica parara de mirar todo su alrededor, se quedaron unos momentos sin decir alguna palabra hasta que se puso a lado de la mesa el camarero para darles el menú a lo que la chica al mirar directamente se llevó una gran sorpresa y solo adquirió un ligero sonrojo en sus mejillas no tan notable, pero que el camarero conocía bastante bien.
-¿Takizawa-san? -
-Fujiwa-san... Hola- le tembló un poco la voz por la sorpresa de habérselo encontrado en ese lugar
-¿ustedes dos se conocen? - preguntó dudosa Sakura al respecto de la situación un tanto incómoda para la chica
-si- contestaron al unísono a lo que un tanto de nerviosismo contestó la chica y el joven una frivolidad que era característica de él
Les atendió como fue debido hasta que se alejó de ellas, Sakura la empezó a cuestionar cosas al respecto aquel joven que los atendía, mientras ella daba respuestas un tanto vagas y cortas con timidez enfrente de la caja registradora estaban de nuevo Rui junto con las chicas que siempre le acompañaban al ver las tan contentas hizo que desplegará su envidia y furia por un momento, pero cuando oyeron la voz de aquel joven le entregaba el pedido de las chicas a la caja ella sonrió de manera enamorada a lo que le dio las monedas teniendo la mirada puesta en él hasta que vio como ese camarero que le captó la atención por completo se acercaba a la mesa de aquellas chicas desagradables entregarles su pedido junto con un pastel que le hizo más enfurecer cuando oyó por casualidad que eso no lo había pedido y él le contestó que venía por parte de él. Rui hizo una mueca desagradable de descaro total a la chica que se comportaba de forma inocente a lo que sonrió con malicia y les mencionaba el pequeño plan que tenía entre sus manos, avanzaron como si nada hasta estar cerca de ellas en una posición de sentirse inferiores al par de amigas que solo estaban de casualidad por ese mismo lugar.
-miren que tenemos aquí chicas esta la obesa de Akane Takizawa atragantándose como siempre de dulces- alzó un tanto la voz Rui con envidia hasta que le tiro el café caliente en su cabeza a la chica que solo se le quedó mirando un tanto perdida- lo siento, se me cayó el café-
-¡oye...! - se alteró su amiga al ver cómo había caído el café a la pobre chica, pero no habló de más porque alguien más estaba detrás de aquellas chicas falsas
-disculpe mi rudeza señorita- logró captar su atención el joven que estaba vez le miraba con enfado total y le agarra la muñeca con fuerza- pero en nuestro local no toleraremos esta actitud así que no le vuelvas hacer nada a Takizawa y no vuelve a este lugar en mi presencia-
Rui se molestó más haciendo una mueca de enfado, pero al sentirse intimidada hizo y el daño que le estaba causando en su muñeca solo se soltó con fuerza de su agarre para salirse derrotada con la coma entre las patas acompañada de sus amigas que estaban asustadas. El joven volvió su mirada a ella que estaba empapada de café en la cabeza, la agarró del brazo para levantarla y que le acompañará a la sala de empleados por una toalla. Solo la chica le siguió sin replicar nada al respecto mientras aún salía de su trance como hipnotizada por el joven que había sido amable con ella que al empezar a recordar no lo era del todo en un principio luego fue siendo diferente hasta podía distinguir un tanto sus acciones ahora. Ya en la sala de empleados se quedó mirando en el marco de la puerta que era solo una pequeña sala que contenía una mesa con sillas y unos casilleros, de un momento a otro el joven ya había ido por una toalla y se la puso en la cabeza a la chica que le prestó atención a ese calor junto un color rojizo que ella adquiría por lo que hacía que dijo en un simple murmullo un agradecimiento a lo que él le devolvió la palabra también con un leve sonrojo, luego de aquello fue a su casillero para sacar una camiseta de él y ponérselo cerca de ella mirando hacia un lado solo le mencionó.
-póntela-
Ella solo agarro un tanto tímida, salió un tanto natural su andar, aunque se le notaba que estaba un tanto nervioso al salir tras de la puerta trasera del local no quería que nadie viera ese sonrojo evidente en su rostro al decirle aquello como si fueran pareja, mientras tanto ella se quitó su blusa de manga larga y se colocaba por ese cuerpo un poco helado hasta lastimado la camisa azul marino un tanto grande para su cuerpo. Al tenerla puesta no pudo evitarse que se le coloreara la cara de un color rojizo porque era la primera vez que se colocaba la ropa de otro chico que no fuera su hermano, claro estaba que solo porque se la regalaba él, que le aceleró el corazón haciéndola un tanto temblar y sin pensarlo realmente se puso a oler la camisa del joven porque era algo inevitable de hacerlo para ella por el hecho de que le era agradable. Al calmarse el joven decidió entrar mencionado su intromisión con una pregunta y una vista que le aceleró el corazón nuevamente para enamorarlo como simplemente lo podía hacer ella con él.
-¿ya te cambiaste....?- por el marco de la puerta detuvo su hablar al ver tal acto- ¿Takizawa-san?-
La chica posó su mirada inocente con la de él para luego obtener un sonrojo más evidente de la vergüenza de sus acciones, balbuceo un par de veces para excusarse actuando nerviosa y tímida, mientras él se acercaba lentamente hacia ella ocultando un tanto sus emociones hasta al estar ya cerca un tanto la abrazo para darle una sonrisa inmensa de felicidad que ella se percató y le daba un beso en su frente sabiendo que en sus pensamientos hubiera sido correspondido por ella. La chica simplemente se quedó recibiendo el cariño de él sintiendo algo que fácilmente no se podía explicar con palabras, pero esas sensaciones le hacían sentirse confusa en su interior porque esa respuesta para ese sentimiento no la tenía del todo clara. Su amiga miraba a escondidas esa escena que le hizo sonreír de oreja a oreja al saber el secreto de aquella chica un tanto tímida a lo que se volteó con una actitud juguetona alejándose de aquella sala.
-lo voy a dejar esta vez, en otra ocasión le preguntaré-