Por un tiempo trabajo el joven sin mucha exigencia a su cuerpo por el tratamiento que le dijo que el doctor era más fiable a su cuerpo y que se podía tan solo prolongar un tanto su vida, aunque no le hacían tanto efecto la quimioterapia en su cuerpo después de un tiempo que en uno de sus trabajos lo dejó tan mal estado que casi se había desmayado y que se lo llevarán al hospital que asistía para su tratamiento. La chica al recibir tal noticia no dudo en ir corriendo hacia el hospital en una de las plantas donde estaban pacientes con diferentes cánceres y en una habitación medio vacía ahí se encontraba el joven mirando hacia la nada sin antes percatarse de la presencia de la chica agitada cuando oyó la puerta abrirse de repente que tenía una cara angustiada por saber por lo que pasó. Verlo era algo no muy agradable por la condición que tenía en ese momento que estaba pálido casi sin vida con la ropa del hospital haciendo notar un tanto su delgadez y el canalizador en su brazo, cuando se miraron a los ojos unos poseían desesperación y los otros tranquilidad, uno de ellos una mueca aterrada y el otro una sonrisa tranquila. La chica se había lanzado a sus brazos antes de que pronunciará su nombre aquel joven que se sentía tranquilo, pero quiso abrazar con fuerza el cuerpo de la chica que le transmitía calor y sensaciones agradables, mientras en balbuceos mencionaba que estaba muy preocupada y él no mencionó palabra alguna más que su nombre con sumo cariño.
Sin temblor de más me abrazo a tus ausencias, que asisten y me asisten con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras de noches y deseos, de risas y de alguna maldición.
En una ocasión después de que estuviera estable se quiso ir del hospital, pero en sus visitas recurrentes de la chica le mencionó que era mejor en esta ocasión que se quedara en el hospital por su ocurría lo mismo que la otra vez o que volviera a decaer su condición, el joven le replicó que no tenía el suficiente dinero para mantener una estancia en el hospital y la quimioterapia por lo que ella se ofreció a pagárselo junto con su hermano el tiempo que necesitará en un principio se había negado rotundamente en hacer eso, sin embargo, al ver la cara de aquella chica que amaba tanto ponía una expresión de insistencia con algo de miedo terminó aceptando. La chica, Akane Takizawa, unos días antes de aquella visita le había mencionado a su hermano el pequeño préstamo de sus ahorros para mantener su estancia aquel joven moribundo que estaba entre la vida y la muerte, en un principio se negó, pero al ver las razones de su hermana que estaba preocupada y que también iba a dar una gran parte sus ahorros, de los dibujos que había hecho y que había ganado bastante dinero en ello, al final aceptó.
No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora, ni nunca.
No te salves, no te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo.
En su estancia en el hospital no hacía mucha cosa el joven hasta que llegaba la chica en el horario de visitas que en algunas ocasiones traía su almuerzo para su larga estancia con el joven y también una pila de libros con los cuales leían juntos ya sea en la habitación dentro del hospital o en el jardín que había, en otras ocasiones se quedaban escuchando música de la chica traía consigo o que también le había interesado al escucharla, y en otros momentos hacía sus deberes escolares con la ayuda del joven que a su parecer era bastante inteligente porque podía contestarle sus dudas, hablaban la mayoría de las ocasiones de pequeñas cosas o secretos pero simplemente estaban a unos cuantos centímetros separados todo el tiempo que disfrutaban mucho.
Con aquella justicia que me inspiras, para lo que siempre fue mi espina, mi fuente de vida se ha secado con la fuerza del olvido...
Me estoy quemando, aquello que necesito ya lo he encontrado, pero aun...¡Te sigo extrañando!