Lucero faltó al colegio por una semana completa, por lo que la profesora Daniela tuvo que hacerse cargo de los alumnos de primero. Y como había pruebas de lo que hizo Carlos, más las declaraciones de Jorge y Daniela sobre lo que le pasó a la docente anterior, la directora se vio en la obligación de expulsar a Carlos de la institución y mandarlo a la cárcel. Pero el problema no terminó ahí. Muchos padres, al enterarse lo de Carlos, argumentaron que debían denunciar a la directora por no tomar medidas al extremo. La situación se volvió tensa y el colegio se encontró dividido, dado que unos cuantos defendían a la directora y otros la culpaban del suceso.
Gabriel aún conservaba la grabación en su celular. En realidad, era algo que ya había planeado, cuando conoció a Lucero en la cafetería. Sin embargo, al final, ella prefirió que se mantuviera fuera del asunto porque no quería perjudicarlo. En el fondo, se preguntó si Lucero pudo conseguir una cámara que captó la escena dentro de la sala de profesores.
Cintia y Manuel se acercaron a Gabriel a la salida. Cintia sentía que lo conocía de algún lado y Manuel quería agradecerle por ayudar a Lucero de librarse de Carlos. Gabriel observó a ambos y también sintió que los conocía, pero no se acordaba de dónde. Cintia miró a los dos y, con una gran sonrisa, dijo:
Gabriel y Manuel la miraron, extrañados. Cintia suspiró y, encogiéndose de hombros, dijo:
Al contrario de lo que normalmente solía pasar cuando alguien decía esas declaraciones, Gabriel no se burló. Simplemente se quedó reflexionando las palabras de Cintia. Se fijó, una vez más, en la grabación y exclamó:
Aceptaron. Lo que no sabían era que alguien los espiaba de lejos.
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Después de haber hablado con Balzú, Lucel empezó a interesarse aún más por la vida de "mortal" que llevaba y encontrar a sus respectivos enemigos. Mey y Mefi le dijeron a Lucel las características de Uryan y Speranwa, pero aún no estaban seguros de si Mijail también había encarnado como un "mortal" en el mundo.
El día en que Carlos persiguió a Lucero, Lucel modificó las características de su envase corpóreo falso y se hizo pasar por un limpiador. El alma de Carlos, indudablemente, provenía de un "negativo", Balzú. Sin embargo, el alma de Lucero era intensa, brillante, mucho más potente que el alma de un "ser energético puro". También vio cómo Gabriel empujó a Carlos, protegiendo a Lucero. Y luego, cómo Manuel y Cintia se acercaron a ella. El alma de esos niños sí tenía las características de los seres energéticos puros. Y por las descripciones de Mey y Mefi, enseguida los reconoció: Eran Uryan, Speranwa y Mijail, tres "inmortales" que dejaron de existir en su mundo de origen y encarnar como simples "mortales". Y la profesora, quien estaba siendo acosada por Carlos, era nada más ni nada menos que Solestelar, la primera del grupo que dejó de existir y que, a lo largo de su vida material, tuvo que pasar por la tristeza y la soledad para reencontrarse con sus amigos quienes, muchos años después, pudieron encarnar en el mundo.
Días después, Lucel se reunió con Mefi y Mey y les confirmó quienes eran esos chicos y quién era Solestelar.
Mey y Mefi se quedaron reflexionando las palabras de Lucel. La verdad, aún no sabían cuáles eran sus verdaderas intenciones. Creyeron que solo se quedaría observando, pero al final decidió intervenir directamente. Había algo que ocultaba, por lo que no estaban seguros de seguir confiando en él.
Mefi asumió con la cabeza. La verdad, a Lucel no se le escapaba nada. Por lo tanto, tenía que ser muy precavido para trazar su plan, capturar el alma de Solestelar y alejarse lo más que podía de Lucel para no caer en su trampa mortal.
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reencarnación, seres de otros mundos, reencarnaciones y amistad
Editado: 19.11.2022