Camino de otros días

Las recién llegadas

Un par de luces surgieron en la oscuridad.

Eran las recién llegadas.

Poco a poco se acercaron y giraron entre sí, mientras se comunicaban. Porque eran almas que renacieron una y otra vez por toda la eternidad.

“¿Cuánto ha pasado?”

“Eras infinitas”

“Y muy pocas veces hemos coincidido”

“Ten fe, pronto lo lograremos”

Las almas destinadas a un amor eterno no concluido volvieron a girar, pero sin tocarse. Giraron y giraron hasta llamar la atención de un extraño ser que pasaba por ahí. Este ser estiró sus brazos, pero no los atrapó. Al final, solo atinó a sonreír y decirles:

— Nos volveremos a ver.

Unas voces los llamaron. Volvió el momento de renacer en otros seres. Pero, esta vez, no volverían a coincidir en el mismo mundo.

“Estaré en un mundo material donde todavía no existen civilizaciones”

“Y yo estaré en un mundo con una tecnología tan avanzada que usan las energías de las estrellas para subsistir”

“¿Entonces este es un adiós?”

“No lo diría adiós, sino un hasta luego. Porque aún creo que nos volveremos a ver”

Dieron un par de giro más y se desvanecieron.

El ser extraño que los miró volvió a sonreír y se dijo:

— Es hora de iniciar otra historia. Veremos qué otras cosas interesantes me dirán cuando regresen a este lugar. Los estaré esperando por toda la eternidad.




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