Caminos Cruzados [c #2]

2. Nueva vida

Ailyn's POV

_¡Esto está de coña!_ digo entrando a mi nuevo departamento.

Hace un par de horas llegue a San Diego y admito que estoy alucinada con este lugar. En lo único que pensé fue ir por mi coche y dirigirme a mi nuevo departamento.

Aunque de nuevo no tiene nada.

No es tan grande y bonito por dentro aunque para mis ojos se ve precioso y acogedor.

_El lugar contiene sólo dos habitaciones, ésta y el baño._ dice el dueño del lugar con cara de pocos amigos_ después aquí..._ se dirige a una pequeña ventana que se encuentra a mi dirección_ puedes saltar la ventana y salir al balcón.

Sí, así como lo oyeron, saltar la ventana.

Camino hacia ésta y saco mi cabeza por a través de ella. Fuera hay un diminuto balcón que sólo pueden caber dos personas paradas pero sólo si puedes salir por la estrecha ventanita de madera.

_¿Y ésta escalera?_ pregunto mirando mi costado donde una escalera de fierro se encuentra posicionada.

_Oh, esa te lleva a la terraza pero tienes prohibido subir ahí.

_¿Por qué?_ mascullo intrigada.

_Porque sí, y porque yo lo digo_ me gruñe el gordo gilipollas._ además ésta habitación le pertenecía al conserje y puede que encuentres algunas pertenencias de él. No lo hemos limpiado.

Hago mueca de asco y observo todo el lugar. Aunque sea sólo de una habitación me siento conforme, de igual maneras viviré sola y podré hacer lo que más me gusta sin la intervención de nadie.

_¿Te quedas con ésta basura o qué?_ Pregunta sacándose la cera de su oreja. Viejo repugnante.

Pienso un momento pero al cabo me limito a decir_ Sí, me mola, me quedaré con ésta basura.

Y así fue, luego que el gordo gilipollas me de las llaves de mi querida casucha, espero a que el flete que contraté traiga mis pertenencias que consisten en: mi cama, un placar, una mesa con tres sillas, una cocina, una pequeña mesada con alacena incluida y el mini refrigerador que mi padre me ha comprado antes de que viniese.
El lugar no es muy grande dudo que pueda caber todo aquello pero haré el máximo esfuerzo para amontonar todo y que luzca algo espacioso. También debo hacer lugar para mis bocetos y lienzos, soy ama del arte y la fotografía y sin dudar pegaré a cada una de mis bellezas en las paredes del lugar y si no alcanzan lo haré hasta en las paredes del baño.

Vale, no, pero todas tendran su lugar en mi pequeñísimo departamento basura.

🍂🍂🍂

Horas después de acomodar todo en su lugar decido tomarme una ducha de agua caliente y recostar mi cansada y adolorida espalda en el firme pero suave colchón. Cierro mis ojos tratando de relajarme y dejarme llevar por el inédito sueño que arrasa con mi cuerpo. Pero justo, cuando estoy al borde del abismo que me lleva a sueñolandia, escucho el duro golpe tras la puerta que hace que brinque de la cama por el susto.

_¡Lynn!, ¿estas ahí?_ refunfuñando me levanto de mi comodidad y me acerco a la bendita puerta._ Dale, sal ya de tu pantano feo ogro.

 

Ruedo los ojos y abro la puerta con cara de incrédula al ver a mi hermano parado detrás de ella. Se encuentra con el codo apoyado sobre el umbral de la puerta mientras enreda sus dedos en los mechones de su cabello castaño oscuro. Una sonrisa de superioridad se forma en su rostro y no puedo evitar rodar los ojos nuevamente...

_¡Pequeña!_ dice abriendo los brazos para darme un saludo pero doy la vuelta y vuelvo a tirarme boca a bajo en mi cómoda camita de algodón_ ¡Genial!, gran recibimiento le has dado a tu hermano mayor.

_Calla y cierra la puerta tonto._ Liam obedece y se tira bruscamente a mi lado en la cama logrando que me mueva para todos.

_¿Exhausta?_ Pregunta apoyando todo su peso sobre su brazo.

_Que te parece_ suelto un quejido y me incorporo de la misma forma en la que se encuentra él._ no dormí nada en el maldito vuelo y para completar mi llegada un capullo me ha chocado en el aeropuerto.

Mi dulce hermano Liam comienza a reírse.

Lo que más odio es que se rían o burlen de mi. Siempre me ha jodido, es como si mi estado de ánimo cambia a uno nervioso y luego comienzo a llorar y si no cesa me vuelvo algo violenta y tengo la necesidad de romper algo.
Esto que me sucede es psicológico pero nunca lo he tratado, sólo lo dejo estar... Aún no he lastimado a ninguna persona y dudo ser capaz de hacerle daño a alguien físicamente.

_¿De qué te ríes tío?_ pregunto cuando comienza a reírse exageradamente. Sin entender el por qué de su risa enarco y ceja y luego eso que ha provocado que mi hermano se esté riendo como una foca combulsionado llega a mi..._ ¡Joder Liam! Te tiraste un pedo.

Corro a la pequeña ventana y la abro tratando de hechar el olor nauseabundo que ha expulsado Liam de su cuerpo hacia afuera. El castaño se retuerse en la cama de la risa y yo hecho perfume de rosas para aliviar el aroma putrefacto.

_Sigues siendo el mismo puerco de siempre._ recalco.

_Oye, yo se que has extrañado mi presencia y mis olores matutinos.

Liam hace cinco meses atrás vino a San Diego por un trabajo que lo ha pillado por sorpresa. Él es mi hermano mayor por sólo dos minutos, somos mellizos y muy unidos aunque a veces logra sacarme de mis casillas.




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