Caminos Diferentes

13

CINDY

Veamos, objetivamente hablando Kyler no es feo.

En realidad, cuando éramos niños me gustaba que usara una camiseta roja porque hacía que sus ojos se vieran más brillantes, aunque fueran negros.

Además, Kyler huele bien. Eso siempre es un punto a favor con las chicas.

También es amable, a diferencia del tonto de Jacob.

¿Podemos hablar del hecho que estuvimos solos, en la oscuridad, alejados de la humanidad, en un auto y él no me hizo sentir rara ni un solo segundo? Cualquiera de los otros chicos en mi escuela me hubiera hecho sentir incomoda en algún momento, por diferentes motivos, pero con él no.

Descubrí que Kyler está enfermo… jamás lo hubiera pensando honestamente. Él luce tan normal.

—Tenía razón el señor Quest, este chocolate es genial —afirma, dando otro sorbo.

Estamos en el comedor donde hay largas mesas de madera, el piso es de madera, el techo y paredes es de madera. Hay una gran chimenea que está encendida y podemos escuchar el “crack” y el “tic” de las chispas. Por supuesto, todo está adornado. Un gran árbol está en la esquina, las mesas tienen dos centros de decoración con pascuas que no parecen falsas. Las sillas están forradas de verde y un moño rojo. Por todo el lugar hay luces de colores.

—Y esta sopa es deliciosa —digo, saboreando los vegetales.

Kyler asiente al mismo tiempo que su teléfono vibra. Lo revisa y me mira. —Ya llegaron, están aquí —anuncia.

Sonrío. —Diles que estamos en el comedor —pero me arrepiento.

Una parte de mi está comenzando a disfrutar los momentos a solas con Kyler, momentos que se acabaran muy pronto.

No es como si volveremos a no hablarnos e ignorarnos, pero sé que él no encaja con mis amigos y yo con los de ellos. Hay que ser realistas, a Kyler no le interesa nada de lo que hablo con mis amigos y a mí no me interesa mucho hablar de… lo que sea que hable con ellos.

—Ya les dije, Jacob dice que se irán a cambiar —avisa.

Kyler le da un sorbo más y el labio superior se le ha manchado de crema batida. Mi corazón pega un salto al verlo, luciendo tierno.

Oh, no. ¿Por qué hizo eso?

—Ah… —aclaro la garganta—, entonces… ¿planes para navidad? ¿Te quedaras con tu abuela mucho tiempo?

Niega. —Solo iré dos semanas, luego regreso para estar con mamá y Jacob en navidad.

No debería sentirme feliz de saber que estará de regreso en navidad, porque yo también lo estaré y es probable que Jacob y él lleguen a saludar a mamá como en los años anteriores y es probable también que Kyler se aburra de estar con Eli y Jacob y tal vez, solo tal vez, se acerque para que hablemos un rato.

— ¿Por qué sonríes? —pregunta, con curiosidad.

Toso. —Ah, nada… estaba imaginándome que me regalaban un convertible en navidad.

Bufa. — ¿Eso quieres? Bien, espero que te lo den.

—Como sea —aclaro la garganta—. Entonces, estarás con tu mamá, genial —asiento—. Um, pero, ¿todo el día? Digo, a veces hay fiestas navideñas y todo eso, ¿no? ¿No te gustaría ir a una de esas?

¿Por qué suena como si estoy invitándolo?

—Digo, mi amiga Lauren siempre hace fiestas en su casa y son geniales, no son nada alocadas realmente porque si quieres una fiesta alocada entonces ve a las de Rocky Jackson, en serio, esas son…

Dejo de hablar.

Kyler sonríe. —Rocky Jackson… ¿sabías que una vez me vio acariciando un gato negro en la calle y me dijo que no lo usara para mis sacrificios?

No me respondió sobre la fiesta. — ¿Lo hizo?

—Sí, que ridículo —encoje los hombros—. Bueno, la mayoría cree que estoy en sectas, que hago rituales, que soy un criminal…

Arrugo la nariz. —Oye, lamento asumir que consumías drogas, lo siento. A veces hay rumores y pues, no sé, no debí…

—No te preocupes —Kyler estira la mano y le da dos palmadas a la mía.

Y las luces navideñas en mi interior, se encienden. Ahora mismo, con ese pequeño gesto que no es ni siquiera como cuando me acercó a él en el auto o me sostuvo para calentarme, logró algo diferente.

Creo que el frio afectó mi cerebro. Seguramente esto es resultado de haber pasado momentos estresantes a su lado, lo he leído en alguna parte.

—Entonces… fiestas… ¿no? — ¿Por qué hablo así?

¡Cindy, reacciona!

Kyler suspira. —No es lo mío y no creo que mi idea de diversión es ir a una fiesta con personas que no me quieren ahí —sonríe de lado—. ¿Sueno demasiado trágico, no? Pero en serio, no me gustan las fiestas.

¿Por qué siento como si me hubiera rechazado?

Seguimos comiendo unos minutos sin hablar, escuchando la música de fondo que son canciones navideñas en piano. La paz es interrumpida cuando Eli y Jacob aparecen, como siempre hablando alto y bromeando entre ellos.

Nos miran y se sientan a nuestro lado, Jacob empuja levemente a Kyler y Eli a mí. — ¿No nos pidieron nada? —Eli pregunta, robándose una rodaja de pan tostado.

Kyler se encoje de hombros. —No sabíamos si querían algo.

—Claro que sí —Jacob toma el tenedor de Kyler y lo clava en una papa frita para comerla—. Voy a traer algo antes que cierren, espero que haya buena comida.

—Tráeme lo que sea que compres —Jacob pide, terminándose el pan.

Jacob se levanta y va al mostrador, sus pasos resuenan por todo el lugar que prácticamente está vacío además de nosotros.

Eli sacude las migas de sus manos. —El señor Quest es genial. Jacob descubrió que el precio para las cabañas aquí son como, tres veces más de lo que cuesta en el hotel que papá había reservado —explica—. Y pensamos que mejor siguiéramos con nuestro camino así no nos cobraba tanto pero nos dijo que no nos preocupáramos por ellos.

Entorno los ojos. — ¿Es gratis?

Niega. —Es un descuento de casi el setenta por ciento —sonríe—. Luego nos dijo: es época navideña chicos, hay que ser bondadosos.

Kyler asiente. —Eso es genial.

—Sí —Eli toma otra rodaja de pan—. Además nos explicó que la familia de esa cabaña canceló a último momento así que… tendremos una cabaña de lujo solo para nosotros.




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