CINDY
Las fiestas pasaron y estamos de regreso en la escuela.
Estaba un poco nerviosa por saber si cuando el año nuevo empezara y la vida regresara a la vieja rutina, Kyler me diría que era mejor que todo quedara en el pasado y seguir solo como amigos.
Pero eso no ocurrió, en realidad, me preguntó si quería que fuéramos juntos a la escuela. No es un camino largo así que normalmente suelo caminar, antes Eli me acompañaba y luego que se fue a la universidad era solo mi música y yo pero ahora estaba feliz que él estuviera a mi lado.
—Necesito un auto —Kyler afirma—. Pero tambien necesito trabajar y no quiero trabajar, al menos no todavía.
Sonrío. —Sí, lo sé. Estamos a punto de entrar a todo ese mundo, ¿no?
Se encoje de hombros. Hoy está vestido como siempre, con una camiseta negra, un sudadero gris, un gorro y una delgada línea negra en las pestañas de abajo.
Seguimos avanzando con el sonido de nuestros pasos en la acera y los pájaros revoloteando por encima de nosotros hasta que aclara la garganta y toma mi mano.
Mi corazón pega un salto cuando entrelazamos los dedos.
—Entonces, ¿debería mantener mi distancia en la escuela? —pregunta.
Yo entorno los ojos. — ¿Qué?
—Sí, digo, tal vez prefieres que no nos vean juntos o algo así —responde, evitando mi mirada.
Me detengo aun sosteniendo su mano. —Kyler, no quiero que nos ocultemos. No importa lo que digan de ti o de mí, me gustas y ahora eres mi novio y soy feliz contigo.
Se inclina para besar la punta de mi nariz. —Entonces no nos ocultaremos, excepto que tal vez sí evitemos besarnos frente a los profesores. No creo que les gusten las muestras públicas de afecto.
Seguimos caminando y esta vez me acerco más a él. —Tienes razón.
—Soy feliz contigo también, Cindy —afirma—. Honestamente pensé que jamás te fijarías en mí pero aquí estamos.
Bufo. —Creo que todo fue gracias al estúpido de Jacob —digo.
Kyler suelta una carcajada. —Debería pedirte que no insultes a mi hermano pero considerando que se llevó mi chaqueta favorita, no me importa. Y tienes razón, si Jacob no hubiera sugerido ir por ese supuesto atajo, jamás hubiéramos hablado más que dos palabras.
Hago una mueca. Ahora que sé más sobre Kyler y que he visto la manera en que me trata y lo asombroso que es, no me gusta pensar en todo lo que estuviéramos desperdiciando si nunca hubiéramos intentado ser amigos o algo más.
—Oye, Kyler, hay algo que quiero saber —muerdo mi labio inferior—. ¿Me hubieras dicho que te gustaba en algún momento?
Resopla. —No. Jamás, Cindy. Yo estaba seguro que te vería ocasionalmente y un día me enteraría que te casaste y eras feliz o algo así. Nunca te lo hubiera dicho.
Recuesto mi frente en su brazo. —Pero lo hubieras hecho.
—No creo que me hubieras correspondido —pasa la mano por mi cabello—. Dime, ¿Qué hubieras hecho si te hubiera dicho algo antes? Digamos que aquella vez en verano te hubiera invitado a salir, ¿Qué responderías?
—Que sí —sonrío, cerrando los ojos.
—Claro que si —me toma de la cintura y me abraza, levantándome del suelo—. No lo hubieras hecho, ni siquiera me dabas un vistazo.
—Eso no es cierto —reacomodo mi bolsa—. Mira, no me gustabas así como ahora, pero me agradabas. Eras alguien que ya conocía y si me hubieras pedido que saliéramos, tal vez te hubiera respondido que lo pensaría y luego lo consideraría y hubiera dicho “¿Por qué no?”
— ¿De verdad?
Finalmente me regresa al suelo firme. —Pues sí, digo, eres divertido y lindo. Creo que me hubiera gustado salir contigo para una segunda, tercera, cuarta cita.
Seguimos avanzando. —Bueno, creo que las cosas sucedieron en el momento correcto. Piénsalo, si hubiéramos empezado a salir cuando nuestros hermanos seguían cerca sería como esas dos semanas que pasamos allá, todo el tiempo estarían molestándonos.
—Sí, tienes razón.
Cuando llegamos a la escuela siento cosquillas en mi estómago e intento reprimir la sonrisa. He visto a mis amigas y compañeras de la escuela caminar con sus parejas de la mano y siempre me pregunté como seria eso. Ahora ya lo sé.
No pasan muchos segundos hasta que uno de los amigos de Kyler se acerca. Es alto como él, tiene el cabello teñido de un rubio tan claro que parece platino y también usa ropa oscura.
Primero lo ve a él y luego a mí. —Eh hola Ky —rasca su mentón—. Cindy.
Levanto la mano que no sostiene la de Kyler para saludarlo. —Hola Beto.
Baja la mirada y una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro. —Entonces no estabas delirando, Ky. Realmente están juntos ahora.
¿Kyler les habló a sus amigos de mí?
—Um no lo sé, encontré a Cindy en el camino y tomé su mano para que no se perdiera —bromea.
Ruedo los ojos. —Sí, claro.
Beto ajusta su mochila. —Me parece bien, espero que le ayudes a mejorar sus gustos musicales.
— ¡Oye! —Junto las cejas—. ¿Cómo sabes que mis gustos son malos? En realidad a Kyler y a mí nos gustan muchas canciones.
Beto nos observa unos segundos y niega, riendo. —No puedo creerlo, creo que son la pareja más inesperada del año.
Kyler bufa. —Tampoco es para tanto. Ella y yo compartimos el mismo nivel de coeficiente intelectual y ambos odiamos a la gente ruidosa por las mañanas.
Beto sonríe una vez más. —Bien, bien, espero que se casen en las vegas o algo así, solo invítenme —le da una palmada en el brazo—. Te veo luego.
Se despiden y exhalo. —Mañana me vestiré de negro para que dejen de decirnos que somos opuestos.
Kyler sonríe. —Creo que te quedará genial pero también podríamos ponerme unos moños en el cabello así convino con tu estilo.
—Si eso quieres —respondo, tirando de su brazo para que continuemos.
En el salón de clases entramos aun con las manos sostenidas y algunos de nuestros compañeros nos notan pero no dicen nada pues realmente no somos tan relevantes en sus vidas.