Caminos Diferentes

26

UNOS MESES DESPUES

KYLER

—Feliz navidad —abrazo a la madre de Cindy luego de pasar a su casa.

Ella sonríe. —Feliz navidad, Kyler. ¿No fue difícil para ustedes venir? —Cindy la abraza también.

—En realidad no, aun no hay mucho tráfico lo cual es un milagro —admito.

Cindy cierra la puerta y se quita la bufanda. —Vi el auto de Eli, ¿ya vino?

Señala hacia atrás. —Está con Jacob, me están ayudando a instalar unas luces que encontré en descuento.

Ella arruga la nariz. — ¿Por qué no pueden separarse? Así nunca van a encontrar novia o novio o lo que sea. Mamá, lamento decirte que Eli jamás te dará nietos.

Su madre ríe y sacude la mano en el aire. — ¿Nietos? No importa, prefiero que sean felices. Si me dan nietos o no, eso es irrelevante.

— ¿Nietos? —Eli entra—. ¿Estás embarazada Cindy? Te di la charla tantas veces.

— ¡Eli! —Cindy eleva la voz, con la cara toda roja—. Cállate, ay, solo… hola tonto —va hacia él y lo abraza.

Sonrío viendo hacia el suelo. Mi Cindy sigue siendo tan adorable.

Camino hacia él y levanto la mano. —Hola Eli.

Cruza los brazos, puedo notar que ha estado haciendo mucho ejercicio. — ¿Estás siendo bueno con ella?

Cindy rueda los ojos y me toma de la mano. — ¿Puedes dejar de actuar así? llevamos un año juntos, ya déjame. Además, tengo dieciocho ahora.

Eli revuelve su cabello. —Siempre serás mi pequeña Cindy Vee.

Jacob entra también y sonríe. —Ah, ya están aquí los novios —se acerca para saludarme primero, luego solo levanta el mentón para saludar a Cindy.

—Bien, yo seguiré preparando la cena —la madre de Cindy toma el brazo de Eli—. ¿Ya terminaste ahí? Necesito que te laves las manos y me ayudes a pelar muchas papas.

—Está bien —Eli suspira.

Jacob se quita la chaqueta. —Yo puedo ayudar también, si quiere.

—No mamá, no aceptes. Jacob arruina todo —Cindy dice.

Su mamá la ignora y voltea hacia mí. — ¿Tu madre viene, verdad? No la he visto en un tiempo.

Levanto un hombro. —Ha estado ocupada pero, sí, vendrá más tarde.

—Bien —junta las manos—. Ahora solo necesito a los chicos conmigo, vamos, tienen muchos vegetales por cortar.

Eli señala a Cindy. — ¿Y porque ella no ayuda?

—Kyler también tiene manos —Jacob afirma.

—Porque yo soy la princesa y las princesas no hacemos la comida, solo la comemos —afirma Cindy, sonriendo.

—Y porque nosotros iremos por los pasteles navideños que se agotan —eso ya lo habíamos planificado con la madre de Cindy.

—Ah —Jacob se encoje de hombros—. Está bien.

—En realidad —miro hacia el reloj del pasillo—. Deberíamos irnos ahora.

Me gusta evadir las prisas así que, dirigirse a la pastelería ahora es una buena idea. Ni siquiera hemos estado aquí quince minutos y ya vamos a salir otra vez.

—Vamos —Cindy se coloca la bufanda otra vez.

—Sí, vamos. Ahora regresamos —les decimos y salimos otra vez.

Por aquí no hay nieve pero el clima es fresco y más cuando el viento sopla sin embargo el cielo es azul acompañado de algunas nubes.

—No hay tanto frio —le digo, yendo hacia el auto.

Se encoje de hombros. —Pero es mi atuendo navideño, no voy a arruinarlo por el clima.

Le abro la puerta del piloto y dejo que entre. Cindy es quien conduce normalmente. Yo puedo hacerlo pero no me gusta realmente, me da ansiedad la condición de mi pierna y a veces imagino que un día mientras conduzco voy a perder la sensibilidad y tendré un accidente.

Claro, eso jamás ha sucedido y estoy empezando a tomar terapias para reforzar las piernas así como un nuevo tratamiento pero mientras aprendo a confiar un poco más, dejo que mi hermosa novia conduzca.

Me abrocho el cinturón. — ¿Te he dicho lo bien que te ves al volante? Cuando sea millonario te compraré uno de esos autos súper lujosos para que me presumas.

Cindy suelta una carcajada. —Eres tan tonto —se estira para besar mi mejilla—. Pero te amo.

—Yo también te amo, abeja.

—Bien, ahora vamos por esos pasteles —enciende el motor—. Espero que también tengan de esos pastelillos rellenos de crema y los malvaviscos cubiertos de chocolate y…

—Como futuro dentista, será mejor que te cepilles los dientes cada hora —digo.

Rueda los ojos. —Claro que lo hago, también utilizo hilo dental —sonríe—. Mira eso, esa nube tiene forma de reno, ¿verdad?

Me muevo al frente para ver a través de la ventana y noto una nube alargada con dos líneas sobre ella. No es necesariamente como un reno pero supongo que si entorno los ojos, se parece un poco.

—Cindy, hablando de renos —me acomodo—. ¿Qué piensas sobre ir a ese rancho del señor Quest otra vez?

Voltea un segundo, emocionada. — ¿Qué? ¿Deberíamos ir?

—Sí, digo, no ahora. Bueno, es solo que, pensaba que quizás en verano podríamos ir unos días, ¿no? Tal vez estén filmando una película y te dejen participar como extra.

— ¿Extra? No, no, Kyler. Yo seré la protagonista —su sonrisa se agranda—. Ojala sea una película con Olly Morrison, sería un sueño.

Bufo. — ¿En serio estás hablando de ese actor frente a mí? ¿No respetas a tu fiel, dedicado y dulce novio?

—Ay, Kyler, no tengas celos por Olly. Digo, sí es guapo y tiene esa sonrisa perfecta y siempre luce tan perfecto pero tú también tienes lo tuyo —noto que está bromeando por esa mirada que hace—. Digo, tú eres alto.

Chasqueo la lengua. —Lo soy, ¿eso es todo? ¿No dirás que soy perfecto?

Bufa. —Claro que no lo eres. No hay nada perfecto en ti, definitivamente no eres perfecto y menos cuando me abrazas, me dejas dormir en tu regazo o cuando me haces reír.

A pesar de todo el tiempo que llevamos juntos, me siento con los nervios de la primera vez que la besé.

—Aunque extraño un poco que uses tu delineador —admite.

Dejé de hacerlo luego de graduarme. Bueno, en realidad, no lo hice en el baile de graduación porque quería salir bien en las fotografías aunque Cindy afirmó que me vería bien de todas formas.




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