Caminos Entrecruzados

Capítulo 4: La Boda

El día de la boda de Paula llegó con un cielo despejado y soleado, como si la propia naturaleza celebrara el amor que se estaba uniendo esa tarde. Ana se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo, sabiendo que sería un día lleno de momentos significativos. Se miró en el espejo y ajustó su cabello, sintiendo que, a pesar de la luz brillante del sol, había una sombra de incertidumbre en su interior.

Se vistió con un elegante vestido de color coral que había elegido específicamente para la ocasión. Al mirarse en el espejo, se dio cuenta de que el color resaltaba su piel y le daba un aire fresco. Aunque se sentía hermosa, una parte de ella seguía luchando con los ecos de la soledad que la habían estado acompañando desde su ruptura con Lucas.

Mientras se preparaba, su mente divagaba hacia el pasado. Recordaba las numerosas veces que Paula había estado a su lado en momentos importantes de su vida. Habían compartido risas, lágrimas y secretos, y Ana sabía que hoy, más que nunca, necesitaba el apoyo de su amiga.

Al salir del hotel, Ana respiró hondo, dejando que el aire fresco de la mañana la llenara de energía. Las calles estaban adornadas con flores de primavera, y el canto de los pájaros resonaba en el aire, dándole vida al entorno. Mientras caminaba hacia la iglesia donde se celebraría la boda, cada esquina le traía un recuerdo: el parque donde había jugado de niña, la heladería donde compartía risas con Paula. Todo parecía tan familiar, y a la vez, tan lejano.

Finalmente, llegó a la iglesia, un hermoso edificio que reflejaba la arquitectura clásica de la ciudad. Las puertas de madera tallada estaban abiertas, y Ana sintió una oleada de emoción al cruzar el umbral. El interior estaba decorado con flores blancas y verdes, y el aroma a frescura llenaba el aire. El murmullo de las conversaciones y las risas de los invitados resonaban, creando un ambiente cálido y festivo.

“¡Ana!” escuchó de repente, y al girar, vio a Paula en el altar, radiante y hermosa con su vestido blanco. Su amiga sonreía de oreja a oreja, rodeada de sus damas de honor. Ana sintió una mezcla de alegría y nostalgia al ver a Paula, recordando todos los momentos que habían compartido y lo feliz que estaba por ella.

“¡Llegaste!” exclamó Paula, corriendo hacia ella y dándole un abrazo apretado. “No puedo creer que estés aquí. ¡Te ves increíble!”

“Gracias, Paula. Eres tú quien brilla hoy”, respondió Ana, sintiendo cómo la felicidad de su amiga la envolvía. “Estoy tan emocionada por ti”.

La ceremonia comenzó, y Ana se unió a otros invitados en la primera fila. Mientras observaba a Paula y a su prometido, Daniel, intercambiar votos, sintió una profunda alegría. Las palabras de amor resonaban en su corazón, y no pudo evitar recordar su propia experiencia con Lucas. Sin embargo, en lugar de tristeza, decidió concentrarse en la felicidad que emanaba de la pareja.

Cuando Paula y Daniel se dieron el primer beso como marido y mujer, la multitud estalló en aplausos y vítores. Ana se unió al entusiasmo, pero en su corazón había un eco de anhelo. La felicidad de sus amigos era contagiosa, pero su propia soledad la perseguía.

A medida que avanzaba la celebración, Ana se sumergió en la fiesta. La música sonaba alegremente, y las risas llenaban el aire. Sin embargo, a pesar de la energía que la rodeaba, Ana se sintió un poco desconectada. Observaba a las parejas bailar, reír y disfrutar de la compañía del otro, y una parte de ella anhelaba esa conexión.

“¿Te gustaría bailar?” preguntó Paula, apareciendo a su lado con una copa de champagne en la mano.

“Claro, me encantaría”, respondió Ana, tratando de poner una sonrisa en su rostro. Se unieron a la pista de baile, pero mientras se movían al ritmo de la música, Ana no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar.

“Es un día increíble, ¿verdad?” dijo Paula, disfrutando de cada momento.

“Sí, realmente lo es. Estoy tan feliz por ti”, respondió Ana, aunque su voz sonaba un poco apagada. “La ceremonia fue hermosa”.

“Gracias. Pero tú también debes disfrutarlo. No dejes que los pensamientos tristes te arruinen este día. ¡Es una celebración!” insistió Paula, mirándola con preocupación.

Ana asintió, sintiendo que el amor y el apoyo de su amiga eran un bálsamo para su alma. Sin embargo, la lucha interna continuaba. “Lo sé, solo... a veces siento que hay algo que me falta”, confesó.

“Es normal. Todos estamos en diferentes etapas de nuestras vidas. Pero hoy es un día para celebrar el amor. Permítete disfrutarlo”, dijo Paula, con una mirada decidida.

Ana respiró hondo y decidió dejarse llevar por el momento. Bailaron, riendo y disfrutando de la música, dejando que la alegría del momento las envolviera.

Tras un rato de baile, Ana decidió tomar un respiro y se alejó un poco de la pista. Buscó un lugar tranquilo y encontró un rincón del jardín donde las luces colgantes brillaban suavemente. Se sentó en una silla, disfrutando de la brisa fresca.

Mientras contemplaba el jardín iluminado, sintió una mezcla de emociones. “Hoy es un día de celebración, pero también es un recordatorio de lo que he perdido”, pensó. Sin embargo, antes de que la tristeza pudiera apoderarse de ella, Paula apareció a su lado.

“¿Te encuentras bien?” preguntó Paula, notando la expresión pensativa de Ana.

“Sí, solo necesito un momento para procesar todo. Es un día tan hermoso, pero no puedo evitar pensar en lo que ha pasado”, respondió Ana con sinceridad.

“Lo entiendo. Pero recuerda que este es un nuevo capítulo. Hoy es para celebrar el amor, y también para celebrar nuestra amistad”, dijo Paula, tomando la mano de Ana.

Ana sonrió, sintiendo que el apoyo de su amiga la llenaba de calidez. “Gracias, Paula. Eres una gran amiga. No sé qué haría sin ti”.

“Siempre estaré aquí para ti. Ahora, ¿qué dices? ¿Te animas a buscar a Daniel después de esto?” preguntó Paula, sonriendo.

Ana sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar el nombre de Daniel. “No sé si estoy lista para eso”, respondió, sintiendo que el miedo y la inseguridad volvían a apoderarse de ella.



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En el texto hay: chicklit, amor, amo decisión

Editado: 21.08.2024

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