Cam:on

CAM(tarsis)

Después de aquél suceso con Mina, Rose estuvo esperando algún llamado por parte de ella como una tonta, "qué karma" pensaba para sus adentros, siempre era a quien le tocaba la ardua tarea de la espera, y la paciencia se le agotaba rápidamente por lo que intentó distraerse. La preparación de aquella sesión fue fácil, todos los días iba cambiándomo al menos un accesorio porque sino los seguidores podrían aburrirse y ella también.  Su colección de vestuario iba llenándose, iba volviéndose sólida, nunca pensó que en poco tiempo lograría tanto; su puesto en el ranking continuaba siendo el mismo, por lo cual, debía aprovecharlo al máximo ya que eso significaba más alcance de gente. Acomodó las luces neón que reflejaban su cuerpo y luego encendió la cámara. Había intentado expandir su canal y poner a prueba sus conocimientos psicólogicos, esto le serviría para los exámenes que vendrían, qué tal si ponía a prueba todo aquello que Freud mencionó: La catarsis curaba, por lo que los miércoles su canal estaba abierto a aquellas personas que desearan hablar, que desearan contar experiencias propias, solo lo comenzó por diversión y pensó que nadie se interesaría ya que la mayoría estaba en esa página justamente para darle rienda libre a lls fetiches, que la adrenalina corra en el estómago, desprenderse de la realidad caótica. Sin embargo, esa sesión garantizaba la intimidad y aquel día la primera persona que se animó a conectarse fue una muchacha, de cabello negro y piel pálida como la porcelana, mantenía una sonrisa dibujada en sus labios. Rose continuaba asombrada debido a que las seguidoras mujeres escaseaban un montón, luego se presentó a si misma y explicó cómo era la dinámica a seguir, la ajena asintió a todo lo que le decía y sin más, la invitó a charlar.

La mujer de nombre Selenia parecía realmente nerviosa y utilizaba mucho las manos al expresarse.

" Soy Selenia y tengo 24 años. Gran parte de mi vida la viví con mis padres que básicamente desde chica me obligaron a asistir a la iglesia y no únicamente eso, sino que también fui a un colegio religioso. La religión ocupaba gran parte de mi vida, además estaba desde que amanecía hasta que me acostaba; mis padres eran muy devotos a ellos y eran parte del coro también. Yo estaba acostumbrada realmente, había hecho un montón de amigos de mi misma edad y vivíamos en nuestra burbuja muy felices. A medida fui creciendo, las horas en la iglesia se hicieron más intensas, teníamos unas especies de reuniones los sábados donde hablábamos temas actuales: la sexualidad, el aborto, lgbt y demás. Sin embargo, cuando cumplí los 16 años mi vida cambió porque mis padres me enfrentaron una tarde debido a que según algunos compañeros de la iglesia le dijeron que estaba embarazada de un chico que me acompañaba hasta mi casa todos los días, lo cual sí me acompañaba, pero fueron muy pocas veces y yo me aterré porque en realidad no había tenido relaciones sexuales con nadie, el sexo era como una palabra prohibida para mí a esa edad con la vergüenza a flote. Sin embargo, lloré muchísimo el día que mis padres me echaron de mi casa creyendo un rumor que nunca confirmaron, mi tia me acogió y cuidó como si fuera su propia hija. Me abrió los ojos frente a muchas cosas, pero yo perdí todo. Imagínate que estaba en la puerta de mi casa esperando que mi tía me recogiese con una valija a mi lado y los vecinos que me observaban durante. Lloraba, lloraba, algunos me preguntaron qué me sucedió, pero mi mentón temblaba cuando quería hablar. Tuve que cambiar todo, tuve que empezar en otra escuela, tuve que hacer nuevos amigos, tomar hábitos nuevos, hacerme cargo de otras cositas de las cuales no estaba acostumbrada.

Actualmente sigo viviendo con mi tía, estoy por terminar una carrera en la universidad con mucho esfuerzo, ¿vos podés creer que mis papás nunca me llamaron? Cuando cumplí diecisiete pensé que me iban a saludar por mi cumpleaños, pero no lo hicieron, otro día donde realmente me di cuenta que mis papás no me aman. En cierto sentido, me acostumbré, ¿no?  Pero siempre queda la sensación de abandono. A mí me gustaba mi vida así, mis amigos, mi escuela, mi ciudad, pero un día decidieron despojarme de todo señalándome con el dedo mis propios padres, se supone que son quienes te tienen que ayudar, que cuidar, que proteger, ¿sabés cuántas veces me dijeron que tenía que perdonarlos y hablarles yo? No voy a hacerlo. Ellos fueron quienes cometieron un error, no yo, el rencor se me pasó, si mi mamá viniera a abazarme seguramente me deshacería en lágrimas y diría que la extrañé muchísimo. Y no es por orgullo que no los llame, ellxs tienen que reconocer lo que me hicieron. Soy hija única, ¿cómo continuaron con sus vidas así nada mas? Yo ya no necesito su aprobación, pero saben dónde vivo, saben dónde estoy".

Cuando Selenia finalizó comentando su situación, le dirigió una sonrisa a Rose y sus pómulos se volvieron rosados. Tomó una pausa para darse cuenta que estaba hablándole de su vida a una persona con traje de cuero y botas largas hasta la rodilla. Rose notó aquello y rió fuerte, en verdad había oído todo con atención, y no pudo acotar debido a la profundidad de la situación.

— Debio haber sido díficil, de verdad. Sólo espero que tus padres en algún momento se den cuenta lo que están perdiendo. Yo no creo que te hayan dejado de amar, lo siguen haciendo, pero me gustaría saber por qué no se acercan a vos, por qué están tan alejados —Comentó Rose con calma y lamento. Su voz se oyó pausada—.

— Sí, yo sinceramente no entiendo. Creo que hubiera sido peor si yo estaba embarazada, pero eso nunca lo comprobaron. Sé que Dios me ama, ¿acaso Dios me odiaría si los rumores eran ciertos? Ellos que predican amor continuamente me dieron la espalda apenas se enteraron algo de mí. ¿No es eso ser hipócrita? ¿no es irónico?
—Acotó con una voz quebrada la muchacha y luego prosiguió: — Muchas gracias por este espacio. Ha sido muy liberador hablarlo, sólo lo hice con mi tía,  pero ahora me siento muchísimo mejor—. Luego, el usuario se desconectó de la sala.




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