21 de septiembre

La mamá de Alex la llamó un día antes que se cumpliera un año de la muerte de su hijo, ésto revolvió el estómago de Rose quien aún no estaba preparada para que alguien dijese las palabras: "muerte" y "Alex" en una misma oración. Pero decidió volver al pueblo ya que la señora mencionó que debía hablarle sobre algún tema importante. Tenía el corazón en la boca cuando partió en el tren hacia su destino, no sabía con qué podría encontrarse y su cabeza no paraba de tener pensamientos extraños hasta que arribó al hogar de Alex. La mujer la hizo pasar rápidamente y le sirvió un café que Rose aceptó gustosa en esa misma taza donde bebía té en su adolescencia. Se quedó observando el líquido marrón durante unos segundos pensando cuando era su hijo quien servía el té sobre ésta.

— Rosie, voy a mudarme dentro de unos meses a la ciudad con mi hermana. Acá estoy sola, y me estoy deprimiendo muchísimo, sólo quería decirte que se abrió la caratula del asesinato de Alex porque hallaron ciertas cosas y van a seguir investigando. Si vos querés irte llevando algo de su habitación lo podés hacer, la policía ya se llevó lo que les serviría. 

Entrar a la habitación de su amado fue como un vuelco en el corazón. Todo estaba impecable, curiseó por el closet, rozó las prendas que solía utilizar, e intentó oler para aspirar aquello que quedase de él, pero su esencia era nula, únicamente halló perfumes de hombre en una de sus camisas. Decidió a sentarse largo rato en el borde de la cama meditando qué sería de ellos en aquel momento, probablemente podrían vivir juntos sin ningún tapujo, hasta que observó algo que destellaba debajo de la ropa por lo que se aproximó a éste para tomarlo. Descubrió que se trataba de un diario íntimo, no sabía que lo tenía, era pequeño, como de bolsillo, pero lo dejó nuevamente en su lugar. Mentiría si no sentía una necesidad insoportable de tomarlo y leerlo, pero le parecía que era una persona muy mala si lo hacía, aunque finalmente lo abrió, pero fue hasta las últimas páginas. Allí decía algunos nombres que no conocía, nombres artísticos pensó para sí misma, sin embargo, decidió que se llevaría el diario íntimo, probablemente tendría información importante para la policía. 

Salió rápidamente de la habitación porque sentía que el aire le faltaba, el recuerdo de él estaba muy presente, la sonrisa de éste era nítida en sus recuerdos y deseaba que siempre se mantenga de esa manera. Le avisó a la mujer que volvería en unos días, y hora más tarde regresó a su hogar.  Comenzó la búsqueda ardua de aquellos nombres que encontró en el diario íntimo al arribar a su casa; allí hizo el descubrimiento más horripilante, el último nombre que Alex había garabateado no era nada más ni nada menos que aquel hombre que la siguió cuando salía de la escuela hace unos dos años atrás. Sintió náuseas, era casi un acontecimiento olvidado, pero todos esos momentos aún persistían.

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Por lo que, intentó distraerse comenzando la sesión normal con su ropaje usual. Ésta vez sería una especie de juego erótico con las palabras, una especie de sex-talk, la conversación iría subiendo de tono con diversos juegos. El chat comenzaba a llenarse de mensajes, debía conseguir que una persona se interese tanto como para tener un show privado con él, utilizó uno de los spankers que anteriormente había presentado junto a Berry, algunos le pedían que se golpee con este, otros que gima mientras lo hacía, sus nalgas iban quedando rojizas, pero de repente leyó un mensaje que la hizo empalidecer por algunos minutos. Alguien escribió:

"Así que asumiste la identidad de tu novio, ¿no?" Rose no contestó, pero éste otro abrió una sala para ambos, la curiosidad se plasmaba en el rostro de la muchacha, aunque el miedo era quien la estaba consumiendo poquito a poquito. 

"Hola, Rose. Se cumplió un año de que tu novio murió, qué lástima, ¿no? Yo tengo su celular y encontré varias fotos tuyas. La última es de tu cumpleaños en diciembre, ¿también empezaste a trabajar en la noche como él?"

Rose no aguantó sus lágrimas, pero intentó mantenerse fuerte. Sabía el contenido de esas fotos, sabía lo que tenía en su poder.

"No sé quién sos, y tampoco sé de las fotos que estás hablándome".

"¿Cómo que no?" El desconocido adjuntó una foto de ella a los 18 en ropa interior, y su rostro si bien no se veía perfectamente porque era un lugar oscuro, se reconocía a sí misma. No podía creer la situación, ¿cómo es que tenía el celular de Alex? 

El usuario se desconectó y ella apagó la cámara de manera abrupta sin desear acercarse. Fue al baño para mojarse el rostro, ¿realmente eso le estaba sucediendo a ella? ¿debería ir a la policía? Lamentablemente no había grabado eso. No tenía las fotos que le había mandado a Alex en su poder, sin embargo, ahora estaba en las manos de alguien más.

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Los días que siguieron, el usuario desconocido no volvió a aparecer, y Rose mantenía su mente distraída, revisó las redes cuidadosamente para no encontrarse con sus fotos, y también estuvo atenta que nadie le enviaría un mensaje extraño aludiendo a las mismas, por lo que se concentró en finalizar las fotocopias que aún le restaban, los nombres de los psicólogos aparecían como notificaciones en su memoria, los parciales aún estaban un poco lejos, pero cuando quisiera darse cuenta estarían allí a su lado. Lamentablemente la tranquilidad le duró poco porque recibió un mensaje de Berry que adjuntaba una foto captura.

"¿Qué es esto Eve?" en la captura de pantalla alguien había escrito: "Hola, Berry. Por favor enviale este mensaje a Eve. Vamos a empezar con unas adivinanzas, ¿quién mató a Alex? Una de las pistas debe estar en sus pertenencias. Verás que él no murió el 21, sino días anteriores".