Cam:on

La entrevista

Rose está sentada en un pequeño escritorio con el policía frente suyo que le muestra las fotos y ella sólo observa, mira, quiere llorar porque su mentón tiembla y cuando sostiene las fotos entre sus manos se muerde el labio. Está cansada, son más de las seis de la mañana. Le mencionó a Carolie que fuera a su hogar para que le comentase a su madre lo sucedido y ella accedió rápidamente.

— Además de la mamá vos sos la única persona que tenía una estrecha conexión con él. Contanos, ¿estabas en una relación con él? ¿Cuál fue la última vez que lo viste?

Ese era su momento, el momento de hablar de todo, de hablar de los mensajes, de sus conclusiones, de el desconocido mandándole fotos, de las amenazas, pero decidió acallar esa parte, decidió elegir con cuidado sus palabras.

— Sí, yo lo conozco a él desde que somos chicos. Estuvo en el pueblo antes que mis padres. Siempre fuimos amigos, además sólo nos llevábamos dos años de diferentes. A partir de la adolescencia, cuando yo tenía 10 años más o menos, él me comentó que le gustaría vestirse de mujer, que quizás le gustaría ser una chica más, que siempre lo había sentido así. Su mamá y yo lo aceptamos. Él comenzó con su nueva vida, y ahí fue donde nos confesamos también, todo ese amor creció a partir de nuestro crecimiento. Pasamos mucho tiempo juntos, hasta que comenzó en la prostitución, nos alejamos en ese momento y no porque yo quisiera, sino más bien porque él lo consideraba un riesgo. Deseaba trabajar de otra cosa, pero nadie lo quería tomar. A los 18 me gradué de la secundaria, él no asistió, pero su mamá se acercó a llevarme un regalo de su parte y la última vez que lo vi fueron meses antes de mudarme, cumplí los 19 el en agosto el año pasado cuando ya había empezado a estudiar.

Festejé mi cumpleaños con él, luego no lo vi más, no sé por qué, no estaba disponible y yo andaba ocupada. El 21 de septiembre me enteré a través de la madre que falleció.

— ¿Sabes por qué alguien podría considerarte como sospecha? ¿O por qué te tendrían vigilando a vos?

— Sinceramente, sólo creo que es odio. Desde que me mudé no soy muy bien recibida en el pueblo, y de por sí la mayoría dudaba de mí porque era amiga de él. No sé quién podría entrar a mi casa y para qué, pero ahora supongo que sólo hicieron para molestarme y plantar más sospechas en mí.

— ¿Él no te comentó nada raro los últimos meses que lo viste? ¿No fuiste parte de alguna situación extraña?

— Señor, yo creo que de por sí su entorno era extraño, él estaba metido en la prostitución y usted lo sabe, muchas personas le tenían odio por su identidad, sus decisiones, pero no, no vi nada raro ni tampoco me comentó nada ya que rara vez hablabamos de lo que sufría, siempre de alguna manera lo esquivaba.

El uniformado la observó atento y decidió dar por finalizada la entrevista. Sin embargo, se creó un expediente de ella. Antes de irse, alguien le alcanzó el álbum de fotos, por lo cual, Rose se asombró muchísimo.

— Lo encontramos en la plaza del pueblo.

Rose río para sus adentros, estaba claro que se trataba de alguien que la conocía y que únicamente deseaba molestarla. Llegó casi a las 8.30 de la mañana a su hogar donde su madre la esperaba con un té caliente. No conversaron demasiado, Rose estaba drenada de energías, por lo cual, se dirigió a la habitación para caer profundamente en sueños ya que era el único momento donde estaba en paz, donde no era sospechosa de nada, no le debía nada a nadie, ni nadie a ella, donde nadie esperaba algo de su parte, sólo flotaba entre nubes sin miedo a caerse.

 




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