Campistas

Tormenta

— Después de que los guías me llevaran a la enfermería a curar mi mano, perdí el rastro de Layla y Claris. Descubrí la verdad más tarde: Claris había perdido la vida en el río. Aún recuerdo el rostro de mis tíos el día del funeral; no dejaban de llorar por su única hija… Si tan solo hubiera escuchado la advertencia de mi prima, nada de esto habría sucedido. — Solté un largo suspiro.

— Esa es la historia.

Al terminar mi triste relato sobre mi último campamento hace veinte años, mi mirada reflejó la luna llena que brillaba en el cielo nocturno, pero las lágrimas comenzaron a brotar por mis mejillas. Sequé rápidamente mi rostro con el dorso de la mano; no quería que los niños me vieran llorar.

Después de unos segundos de silencio sentí que alguien tomaba mi mano izquierda.

— ¿Esta cicatriz es de cuando la roca cayó al río en esa ocasión? — Sofí preguntó mientras acariciaba la marca, producto de ese horrible acontecimiento.

— Sí, es mi recuerdo físico de ese día.

Desde que comencé mi relato no había hecho contacto visual con los chicos hasta ahora. Sus ojos estaban rojos debido a las lágrimas derramadas durante mi historia.

— Esa… fue una historia realmente triste —Mencionó Ariel con voz quebrada.

Asentí con la cabeza, de acuerdo con el líder de la “Tropa X”.

— Les dije que no era una historia bonita de escuchar.

— ¿Por eso dejaste de acampar durante tanto tiempo? —En esta ocasión fue Brad quien me cuestionó.

— Sí, debido a ese hecho comencé a odiar los campamentos. Me recordaban ese horrible suceso, me sentía culpable por haber corrido bajo la lluvia como forma de juego, poniendo en peligro a mi mejor amiga Layla y llevando a mi prima, Claris, a su muerte.

Los chicos y yo nos quedamos en silencio por unos segundos. Me encontraba viendo a la nada cuando sentí que alguien me abrazó con fuerza.

— ¿Jess?

— ¿No sientes dolor al cargar con la culpa por tanto tiempo? —Podía escuchar la voz de la menor del grupo quebrarse al preguntar.

Me quedé congelada ante las palabras de Jess; he cargado con esa culpa por veinte años. Era indescriptiblemente doloroso.

— No deberías contener tus emociones de esa manera, eso es más doloroso que el hecho en sí.

Esta vez fue el mayor del grupo, Arthur, quien a pesar de que yo era el adulto, me dio un consejo realista. Asentí con la cabeza. Mis pequeñas lágrimas se convirtieron en un doloroso llanto, y la tormenta de emociones logró salir después de mucho tiempo. Jess y el resto de los campistas me cubrieron con un cálido abrazo al verme envuelta lágrimas.

Fue reconfortante llorar, ya que había contenido estas lágrimas por mucho tiempo, pero la naturaleza me devolvió al presente con una luz brillante proveniente del cielo, seguida de un fuerte estruendo que me heló la sangre.

Giré mi mirada al cielo y pude observar nubes negras acumulándose, apagando la brillante luz de la luna llena. Luego sentí algo húmedo caer en mi rostro. La lluvia aumentaba su intensidad a cada segundo.

— ¡Se avecina una tormenta! Debemos buscar un refugio ahora —El grito de Ariel me devolvió a la realidad. No había tiempo para llorar; debíamos encontrar refugio y resguardarnos de la tormenta.

— ¡Tenemos que irnos de aquí! Volvamos a la cueva, allí estaremos seguros —Todos estuvimos de acuerdo con Ariel.

Nos levantamos de golpe y regresamos nuestros pasos por el bosque para volver a la cueva. Pero luego de correr unos cuantos metros, un rayo logró derribar un viejo y enorme árbol, bloqueando por completo el camino al bosque.

Al no poder continuar por nuestra ruta, volvimos a las orillas del Río Claro. El río comenzaba a aumentar su volumen, y un terrorífico recuerdo asaltó mi memoria.

"Lai, vámonos de aquí, la lluvia está muy fuerte y el río está creciendo mucho. ¡Se desbordará en cualquier momento!"

El recuerdo de Layla alertándonos del peligro en esa ocasión me atemorizó. Estar cerca del Río Claro en este momento era mi peor pesadilla. ¿Qué sucederá si se sale de su cauce de nuevo?

Debía pensar en algo rápido; no quería que la historia de hace veinte años volviera a repetirse. El agua turbia se acercaba peligrosamente a la orilla. Teníamos que movernos, y rápido, pero la cueva estaba bloqueada. Mi mente de scout comenzó a trabajar bajo presión, analizando el terreno mientras el miedo intentaba paralizarme.

Al principio de este viaje me propuse ser una buena guía para los campistas y ahora era el momento de serlo, debía buscar una solución para poner a estos chicos a salvo.

— Debemos buscar un refugio o de lo contrario estaremos expuestos a... —Fui interrumpida por un ruido proveniente de la montaña.

Como si no fuera suficiente estar en medio de una tormenta eléctrica con el peligro de que el río se desbordara, ahora se suma un derrumbe proveniente de un risco que amenazaba con caer en nuestra dirección.

— ¡Vamos por esta dirección! —Gritó Ariel mientras corría en dirección contraria al bosque, buscando rodear el río para poder encontrar un lugar seguro.

El resto de los campistas y yo tratamos de seguir al que consideramos un chico tímido y ahora convertido en un gran líder. No me gustó el nuevo camino que tomamos por lo cerca que estábamos del agua.

Al cabo de unos minutos de carrera, lo que más temía sucedió... El Río Claro se desbordó, arrastrándonos a todos con su furia.

La corriente del río era fuerte y se me hacía difícil nadar a la superficie; mis pulmones exigían oxígeno con urgencia, pero no podía rendirme. Estaba preocupada por los niños. “¿Estarán bien? Tienen que estar bien”

Luego de unos atemorizantes segundos logré salir a la superficie, respirando una gran bocanada de aire. Acto seguido, busqué con mi mirada a los jóvenes campistas. Afortunadamente, pude visualizar a Brad y Arthur fuera del agua. Ariel nadó hacia mí y Sofí tenía a Jess a salvo en sus brazos. Al parecer, todos estaban bien.



#451 en Joven Adulto
#1983 en Otros
#167 en Aventura

En el texto hay: supervivencia, drama, drama adulto

Editado: 18.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.