Cuando llego a la calle no logro encontrar ningún taxi para que la llevara, así que no le quedo de otra que correr y rezar por encontrar uno en el camino. Corrió varias cuadras y cruzo la calle con prisa sin ver que faltaba poco para que cambie de color, y sumado a que estaba distraída buscando su celular para ver quien le estaba llamando, casi muere atropellada – ¿señorita, como puede caminar así? – le grito el chofer del auto que le estaba rozando la pierna – mire lo que ocasionó – le volvió a gritar, señalando al carro que lo choco por detrás cuando freno en seco.
Itza movió las manos y asintió con la cabeza – lo sé, pero en este momento no tengo suficiente efectivo, pero puedo llamar a alguien para que les pague.
Ambos choferes se negaron y empezaron a discutir sobre qué harían mientras ella estaba asustada escuchándolos gritar.
Cerca de todo el alboroto se detuvo un Audi negro el cual se estaciono para observar mejor que estaba sucediendo, pues uno de los implicados se le hacía familiar. Así que decidió bajar de su auto, más por curiosidad que preocupación, y se acercó a escuchar el problema – señorita, lo mejor es que la policía lo solucione – dijeron los hombres, sacando sus celulares para llamar.
Itza estaba por volver a suplicarles, pero fue detenida por una voz detrás suyo – siempre te encuentro en lugares menos pensados – le dijo.
Adal solo le dio una media sonrisa y la puso detrás suyo – escuche que les causo problemas – la señalo – me gustaría saber cómo podemos solucionarlo para que nos podamos ir.
Ambos choferes observaron al joven que apareció quien sabe de dónde y cuándo – pues los daños materiales no parecen muchos, pero igual son costosos – le dijeron
Itza observo todo con los ojos muy abiertos y queriendo refutar esa afirmación, pero fue interrumpida por el otro chofer que se acercó a ella – tenga más cuidado, su novio no puede estar salvándola siempre – se despidió de ambos y se fue.
Itza se dejó llevar y subió al auto sin hacer mayor problema por dos razones; una es que le debía el favor y debía pagárselo y lo otro porque ya era tarde y tenía una práctica muy importante. Así que se puso el cinturón y volteo a ver Adal cuando el auto empezó a moverse – no tengo suficiente efectivo… ¿puedo pagarte mañana?
Adal detuvo el auto y volteo a verla cuando ella salió corriendo por la puerta – solo ten en cuenta que me debes una muy grande – le dijo.
Itza lo observo desde afuera y asintió – lo sé, sabes donde vivo y no podré escapar sin pagarte – sacudió la mano y se fue corriendo.
Todos los que estaban cerca vieron la interacción que tuvieron y empezaron a correr el chisme de que Itza tenía un nuevo pretendiente en la mira.
Cuando Itza llego a su salón, Yalí la observo con una mirada picara, dando silbidos cada cierto tiempo – solo ayer hablamos sobre Adal y hoy hasta te trajo a clases – le dijo, moviendo las cejas.
Yalí encendió su celular y le enseño el chisme caliente de la mañana – todo está aquí – le dijo, entregándole el celular para que lo leyera.
La publicación decía; “sean como Itza y busquen solo lo mejor” en mayúsculas. Y debajo dos fotos, una era de ella saliendo del auto y otra de Adal – no puedo creer que todos estén pendientes de esto.
Cuando terminaron la practica ya era mediodía, así que fueron a la cafetería a comer – la práctica del equipo de básquet es a las 2 – dijo Yalí, revisando su agenda antes de comer.
Itza se metió un poco de comida a la boca y asintió – sí, tú entrevistas al que nos falta y yo saco las fotos de los uniformes y empiezo a entrevistar a las porristas.
Itza volteo hacia la puerta de forma disimulada y luego frunció el ceño – si no lo veo, no me doy cuenta – se dijo.
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Editado: 24.05.2022