Can You Do Me A Favor?

****CAPITULO IV***

  • Es increíble que llegue temprano a mis clases de las 8 y llegue tarde a mis clases de las 10 – se dijo Itza, saliendo de su departamento con el pelo mojado y a toda prisa.

Cuando llego a la calle no logro encontrar ningún taxi para que la llevara, así que no le quedo de otra que correr y rezar por encontrar uno en el camino. Corrió varias cuadras y cruzo la calle con prisa sin ver que faltaba poco para que cambie de color, y sumado a que estaba distraída buscando su celular para ver quien le estaba llamando, casi muere atropellada – ¿señorita, como puede caminar así? – le grito el chofer del auto que le estaba rozando la pierna – mire lo que ocasionó – le volvió a gritar, señalando al carro que lo choco por detrás cuando freno en seco.

  • Lo siento, estaba distraída…
  • Esto no se arregla con una disculpa – le dijo el otro chofer.

Itza movió las manos y asintió con la cabeza – lo sé, pero en este momento no tengo suficiente efectivo, pero puedo llamar a alguien para que les pague.

Ambos choferes se negaron y empezaron a discutir sobre qué harían mientras ella estaba asustada escuchándolos gritar.

Cerca de todo el alboroto se detuvo un Audi negro el cual se estaciono para observar mejor que estaba sucediendo, pues uno de los implicados se le hacía familiar. Así que decidió bajar de su auto, más por curiosidad que preocupación, y se acercó a escuchar el problema – señorita, lo mejor es que la policía lo solucione – dijeron los hombres, sacando sus celulares para llamar.

Itza estaba por volver a suplicarles, pero fue detenida por una voz detrás suyo – siempre te encuentro en lugares menos pensados – le dijo.

  • Adal… - susurro Itza, con un tono de pesar antes de dar la vuelta para confirmar su sospecha – no puedo creer esto, mejor que me lleve la policía.

Adal solo le dio una media sonrisa y la puso detrás suyo – escuche que les causo problemas – la señalo – me gustaría saber cómo podemos solucionarlo para que nos podamos ir.

Ambos choferes observaron al joven que apareció quien sabe de dónde y cuándo – pues los daños materiales no parecen muchos, pero igual son costosos – le dijeron

  • Ok – Adal saco su billetera y les dio una suma de dinero a cada uno – ¿es suficiente o necesariamente tenemos que llamar a la policía?
  • Es suficiente – le respondieron con una sonrisa y guardaron el dinero a toda prisa como si lo fueran a perder – debes cuidar más a tu novia, no dejes que camine descuidadamente – le dijo el chofer del primer auto, mientras le daba palmaditas en el hombro antes de irse.

Itza observo todo con los ojos muy abiertos y queriendo refutar esa afirmación, pero fue interrumpida por el otro chofer que se acercó a ella – tenga más cuidado, su novio no puede estar salvándola siempre – se despidió de ambos y se fue.

  • Pero que… - dijo Itza con incredulidad.
  • Vamos coneja, ya me disté el problema del día – la tomo de la muñeca y la llevo hasta su auto.

Itza se dejó llevar y subió al auto sin hacer mayor problema por dos razones; una es que le debía el favor y debía pagárselo y lo otro porque ya era tarde y tenía una práctica muy importante. Así que se puso el cinturón y volteo a ver Adal cuando el auto empezó a moverse – no tengo suficiente efectivo… ¿puedo pagarte mañana?

  • No necesitas efectivo para pagarme – le respondió, viendo que ya estaban cerca de la universidad.
  • No puedo darte mi tarjeta – Itza abrazo su mochila y volteo la mirada hacia la ventana, viendo que ya estaban entrando al estacionamiento de la universidad.

Adal detuvo el auto y volteo a verla cuando ella salió corriendo por la puerta – solo ten en cuenta que me debes una muy grande – le dijo.

Itza lo observo desde afuera y asintió – lo sé, sabes donde vivo y no podré escapar sin pagarte – sacudió la mano y se fue corriendo.

  • Claro coneja – murmuro Adal, levantando su mochila para salir y asegurar su auto.

Todos los que estaban cerca vieron la interacción que tuvieron y empezaron a correr el chisme de que Itza tenía un nuevo pretendiente en la mira.

Cuando Itza llego a su salón, Yalí la observo con una mirada picara, dando silbidos cada cierto tiempo – solo ayer hablamos sobre Adal y hoy hasta te trajo a clases – le dijo, moviendo las cejas.

  • ¿Cómo sabes eso? – le pregunto, observando como todos sus compañeros la miraban con una sonrisa cómplice.

Yalí encendió su celular y le enseño el chisme caliente de la mañana – todo está aquí – le dijo, entregándole el celular para que lo leyera.

La publicación decía; “sean como Itza y busquen solo lo mejor” en mayúsculas. Y debajo dos fotos, una era de ella saliendo del auto y otra de Adal – no puedo creer que todos estén pendientes de esto.

  • De alguna manera tenemos que distraernos – le dijo Yalí, quitándole el celular de la mano al ver a su docente ingresando al aula – luego me explicas en qué fase del plan vamos – le dio a Itza un golpecito y se quedó callada.

 

Cuando terminaron la practica ya era mediodía, así que fueron a la cafetería a comer – la práctica del equipo de básquet es a las 2 – dijo Yalí, revisando su agenda antes de comer.

Itza se metió un poco de comida a la boca y asintió – sí, tú entrevistas al que nos falta y yo saco las fotos de los uniformes y empiezo a entrevistar a las porristas.

  • Ok, voy a sacrificarme por ti – Yalí llevo su mano al pecho de forma dramática, hasta que vio al no deseado entrando por la puerta – hablando de tontos, el más grande acaba de llegar.

Itza volteo hacia la puerta de forma disimulada y luego frunció el ceño – si no lo veo, no me doy cuenta – se dijo.

  • Itza, veo conseguiste un chofer – le hablo Ian con voz fuerte para llamar la atención de todos.




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