Can You Do Me A Favor?

******CAPITULO VI******

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Muchos estudiantes corrían para no llegar tarde, y luego estaba Itza, observando a todos correr desde la ventana de su salón – es increíble que llegues temprano cuando las clases son a las 8 – le dijo Yalí, arrastrando su mochila hasta su asiento.

  • Me sale mejor madrugar – le respondió Itza, encogiéndose de hombros para restarle importancia.

Yalí tomo un sorbo de su botella de agua y sonrió con picardía - ¿Quién fue muy amable de traerte?

  • Mis pies – dijo Itza, mientras sacaba su libro de la mochila.
  • Graciosa – le dio un empujón suave por el hombro – creí que vendrías con Adal como ayer.

Itza se puso a repasar sus apuntes y negó con la cabeza – lo de ayer fue un accidente…

  • Los accidentes no existen – Yalí movió la mano y se sentó en su sitio, observando con la cabeza erguida hacia ella.
  • Claro shifu – Itza le tiro una hoja arrugada a la cara – ahora aprende eso o tu destino será desaprobar.

Yalí levanto la hoja y empezó a leer. Tenía una muy buena amiga que la ayudaba con sus estudios, pero a veces era terca.

*

Todos salieron del salón después del examen y hablaron sobre sus respuestas mientras iban hacia la cafetería. Hoy era el último día de exámenes parciales y pasaron toda la mañana recordando sus apuntes, así que estaban cansados y hambrientos.

  • Gracias a ti mis padres no me castigan – Yalí abrazo a Itza y juntas llegaron a la cafetería.

Itza llevo la comida de ambas hacia la mesa bajo la atenta mirada de todos, una mirada que preguntaba silenciosamente que nueva “noticia” protagonizaría – se me quito el hambre – le dijo a Yalí en un susurro, señalando a la otra mesa como explicación.

Yalí volteo de forma disimulada y vio que muchos pares de ojos las observaban - ¿Qué hiciste y no me dijiste?

  • No hice nada – Itza se metió la comida en la boca y levanto su celular para no mirar a los demás.
  • Buena idea, la respuesta debe estar ahí – Yalí también saco su celular y empezó a abrir las páginas de chismes. Paso por varias páginas recolectando información y luego lo dejo a un lado con un suspiro – ya sé que sucede – dijo, observando a Itza y esperando que le pregunte, “¿Qué?”, pero eso no sucedió – igual te voy a decir. Ian y Kari formalizaron su relación con una frase conmemorativa – se aclaró la garganta – “espero que todos respeten nuestra relación y no fomenten más problemas entre nosotros”

Itza se quedó pensándolo por un momento y sonrió – eso fue para mi – dijo, cubriéndose la boca para ocultar su risa.

  • Es obvio, ¿y sabes por qué? Porque te tiene miedo y quiere asegurarse de que cualquier cosa que pase sea tu culpa – dijo Yalí, cruzando los brazos – que descarada.
  • Para lo que me importa. Mejor es que ella cuide a su novio para que no se acerque a mi – Itza volvió reír y luego saco su agenda de la mochila – deja eso de lado. Hoy tenemos reunión para el periódico universitario y se cruza con mis prácticas del equipo de animación. Así que iras y les dirás que nosotras nos seguiremos encargando de la sección de deportes y de la semifinal de este sábado.
  • Ok – le respondió Yalí, anotando algunas cosas en su cuaderno – por cierto, hablando de tus prácticas, ¿Cómo vamos con los planes? ¿Adal se quedó a esperarte ayer?

Itza asintió sin darle mucha importancia – sí, me hizo el favor. Y sobre el plan, voy a hacer lo que me dijo Thani, pero no voy a involucrar a Adal. Quitar novios o que se peleen por celoso es tonto, mejor voy a ganarle en lo que se supone que ella es mejor, el equipo de animación.

  • ¿enserio? – Yalí observo la mochila de Itza, la cual parecía un globo de lo lleno que estaba, y suspiro – eres una aburrida – le dijo.
  • No me importa, porque mis problemas no son para divertirlas – Itza levanto su mochila de la silla y fue a dejar los platos antes de salir – ya sabes, cualquier cosa me avisas a partir de las 6.

Yalí asintió y vio cómo se iba, como una tortuga con un gran caparazón – esa correa se está rompiendo – susurro para ella misma, al ver una de las correas con solo unos pocos hilos que lo sujetaban. Se dio la vuelta y se encogió de hombros, “ya se dará cuenta” se dijo.

Y si, Itza se dio cuenta cuando estaba a poco de llegar al coliseo – diablos – susurro con cansancio, dejando caer la mochila al sentir que se le rompió una de las correas.

Se acuclillo para observar la mochila en el suelo y vio que la otra tampoco iba a durar mucho, así que sopeso la idea de empujarlo hasta la puerta del coliseo y luego pedir ayuda a quien sea, o también dejarlo hay y correr a buscar a alguien – es gracioso que siempre lleves una piedra cuando te veo, ¿acaso lo haces a propósito? – le dijo Adal, parado detrás de ella y observando la mochila con burla.

Itza lo volteo a ver y quiso gritarle un insulto, pero mejor se lo comió y le dio una sonrisa. Él era la única persona en todo ese lugar para que pueda ayudarla, y lo más seguro es que su auto este cerca – hola Adal, también me alegra verte – se levantó de su lugar y junto las manos mientras seguía sonriendo, lo cual solo significaba una cosa - ¿me puedes hacer un favor?

Bingo, pensó Adal. Lo sospecho desde que vio esa sonrisa en esos labios – no pienso cargar con eso – señalo la mochila – ya tengo mi maletín para llevar.

Itza le arrebato el maletín y sintió que no pesaba nada – yo lo puedo llevar – le dijo.

  • No gracias, piensa en otra cosa – Adal se lo arrebato volvió a colgarse su maletín.

Itza sopeso sus alternativas, las cuales eran pocas. En su mochila estaban sus libros e implementos de aseo, si dejaba sus libros no pesaría mucho, pero la mochila estaba un desastre y no tenía donde dejar sus libros. Así que observo a Adal y levanto la mano para pedirle algo – dame tus llaves y tu maletín.




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