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Muchos estudiantes corrían para no llegar tarde, y luego estaba Itza, observando a todos correr desde la ventana de su salón – es increíble que llegues temprano cuando las clases son a las 8 – le dijo Yalí, arrastrando su mochila hasta su asiento.
Yalí tomo un sorbo de su botella de agua y sonrió con picardía - ¿Quién fue muy amable de traerte?
Itza se puso a repasar sus apuntes y negó con la cabeza – lo de ayer fue un accidente…
Yalí levanto la hoja y empezó a leer. Tenía una muy buena amiga que la ayudaba con sus estudios, pero a veces era terca.
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Todos salieron del salón después del examen y hablaron sobre sus respuestas mientras iban hacia la cafetería. Hoy era el último día de exámenes parciales y pasaron toda la mañana recordando sus apuntes, así que estaban cansados y hambrientos.
Itza llevo la comida de ambas hacia la mesa bajo la atenta mirada de todos, una mirada que preguntaba silenciosamente que nueva “noticia” protagonizaría – se me quito el hambre – le dijo a Yalí en un susurro, señalando a la otra mesa como explicación.
Yalí volteo de forma disimulada y vio que muchos pares de ojos las observaban - ¿Qué hiciste y no me dijiste?
Itza se quedó pensándolo por un momento y sonrió – eso fue para mi – dijo, cubriéndose la boca para ocultar su risa.
Itza asintió sin darle mucha importancia – sí, me hizo el favor. Y sobre el plan, voy a hacer lo que me dijo Thani, pero no voy a involucrar a Adal. Quitar novios o que se peleen por celoso es tonto, mejor voy a ganarle en lo que se supone que ella es mejor, el equipo de animación.
Yalí asintió y vio cómo se iba, como una tortuga con un gran caparazón – esa correa se está rompiendo – susurro para ella misma, al ver una de las correas con solo unos pocos hilos que lo sujetaban. Se dio la vuelta y se encogió de hombros, “ya se dará cuenta” se dijo.
Y si, Itza se dio cuenta cuando estaba a poco de llegar al coliseo – diablos – susurro con cansancio, dejando caer la mochila al sentir que se le rompió una de las correas.
Se acuclillo para observar la mochila en el suelo y vio que la otra tampoco iba a durar mucho, así que sopeso la idea de empujarlo hasta la puerta del coliseo y luego pedir ayuda a quien sea, o también dejarlo hay y correr a buscar a alguien – es gracioso que siempre lleves una piedra cuando te veo, ¿acaso lo haces a propósito? – le dijo Adal, parado detrás de ella y observando la mochila con burla.
Itza lo volteo a ver y quiso gritarle un insulto, pero mejor se lo comió y le dio una sonrisa. Él era la única persona en todo ese lugar para que pueda ayudarla, y lo más seguro es que su auto este cerca – hola Adal, también me alegra verte – se levantó de su lugar y junto las manos mientras seguía sonriendo, lo cual solo significaba una cosa - ¿me puedes hacer un favor?
Bingo, pensó Adal. Lo sospecho desde que vio esa sonrisa en esos labios – no pienso cargar con eso – señalo la mochila – ya tengo mi maletín para llevar.
Itza le arrebato el maletín y sintió que no pesaba nada – yo lo puedo llevar – le dijo.
Itza sopeso sus alternativas, las cuales eran pocas. En su mochila estaban sus libros e implementos de aseo, si dejaba sus libros no pesaría mucho, pero la mochila estaba un desastre y no tenía donde dejar sus libros. Así que observo a Adal y levanto la mano para pedirle algo – dame tus llaves y tu maletín.
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Editado: 24.05.2022