Can You Do Me A Favor?

********CAPITULO VIII********

+*******************+

  • No puedo creer que a nosotras nos haga peinarnos así y ella venga muy brillante del salón de belleza con el pelo suelto – Nara señalo a Kari que llevaba el cabello suelto y en ondas, con escarcha brillando por todo lado.

Itza solo negó con la cabeza y se encogió de hombros mientras la ayudaba a arreglar su cabello, pues ella no había llegado con el peinado indicado.

Todas estaban en desacuerdo con la forma de ser de Kari; el hecho de imponer la ropa, peinado y maquillaje, pero ella misma no cumplía con sus palabras – todos a sus lugares – Kari señalo el lado que les correspondía y empezó a ordenarlos – como dueños de casa vamos a empezar, así que hagan lo mejor que puedan – todos se juntaron para hacer una porra y volvieron a sus lugares bajo la mirada del público.

Itza estaba nerviosa pensando en el salto cuando le dieron un toque en el hombro haciendo que de un pequeño salto en su sitio – diablos, casi me da un infarto – le dio un golpe al chico a su lado.

  • No fui yo, fue él – le dijo Jun, señalando a su compañero, el cual tenía una expresión calmada en el rostro.
  • No deberías estar nerviosa, ayer lo hiciste bien – le dijo Adal.

Itza sonrió con un poco más de confianza – gracias, no sabía que te preocuparías por mi – le dio un pequeño empujón.

Jun los observo y se fue sin decir nada y sin que ellos se den cuenta. Mientras Adal solo recibió un empujón y se encogió de hombros – me preocupa por los demás, este es un partido importante – le respondió.

  • Claro, yo nunca sería la razón para ti – le dio un golpe en el brazo – además, el que se debe preocupar más eres tú. Los que tienen que ganar son ustedes.
  • Estoy listo, los tiros de tres son mi especialidad – le dijo, haciendo el ademan de lanzar la pelota.

Itza se cruzó de brazos y asintió – ok, entonces apostemos. Si logras encestar más de dos canastas, no importa de cuanto, te acompañare a la fiesta de hoy…

  • Odio las fiestas.

Itza lo observo con la sorpresa escrita en todo su rostro, nunca antes vio a alguien que se negara a ir de fiesta. Así que asintió – ok, entonces, sino lo logras iremos a la fiesta…

  • Y si lo logro llevaras mi mochila por un mes – le tendió la mano, a la espera de que ella aceptara.

Lo cual sucedió – ok, es un trato – lo sellaron con un apretón y se fueron cuando sus entrenadores los llamaron.

Adal llego junto a su equipo y escucho las indicaciones del entrenador mientras miraba de reojo como el grupo de animadores empezaba.

Vio como todo parecía ir bien hasta que estaba por llegar la parte de Itza y sin darse cuenta las palmas de sus manos empezaron a sudar por la incertidumbre, sintiéndose nervioso por alguien más. Cuando paso esa parte, sonrió un poco al ver la sonrisa de Itza por haberlo logrado.

  • Este es un partido importante y debemos ganarlo para ir a la final – el entrenador grito por encima del ruido y le dio una palmada en el hombro a Adal al ver que estaba un poco distraído – todos queremos ir.

Ian reunió a todos para darles unas palabras y les indico sus posiciones para ingresar, pero se detuvo una vez que vio a Adal – como habrás escuchado, este es un partido importante y no necesito que sueñes. Así que lo mejor es que te quedes aquí – le dio una sonrisa de suficiencia y eligió a otro para que entrara a jugar.

El equipo entro a la cancha y el entrenador se acercó a Adal con el cejas fruncidas - ¿Por qué estás aquí?

Adal solo se encogió de hombros y cruzo los brazos – el capitán piensa que debo de seguir durmiendo – le respondió, con un tono calmado.

  • Si se equivoca, está muerto – dijo el entrenador, con el rostro más oscuro al ver como empezaban a jugar y las cosas se ponían en contra.

Itza observo a Adal en los asientos de suplentes y levanto las manos para llamar su atención. Haciendo señas para preguntar que sucedió. Pero solo recibió un gesto de desgano de Adal, junto a un movimiento de sus hombros para restarle importancia. Itza solo volvió su vista hacia el partido y siguió los movimientos de los demás, mientras susurraba un – idiota – luego de ver a Ian con la pelota.

Todo el partido fue controlado por el otro equipo y el entrenado estaba molesto. Le hizo caso a Ian cuando dijo que podía hacerlo, pero viendo cómo iban las cosas, estaban por perder. Y más molesto se sintió cuando se dio cuenta del porque no dejo que Adal entre a jugar. Así que faltando 30 minutos los llamo y empezó a gritar – es increíble que pongas el esfuerzo de todos por un problema amoroso – le dijo a Ian, señalándolo con el dedo – esto será sancionando después del partido. Ahora, estamos 8 puntos detrás, necesitamos tres canastas de tres para ganar y solo hay una persona capaz de hacer ese milagro – volteo a ver a Adal, el cual ya estaba con la casaquilla puesta al pensar que no jugaría – entras – le dio un empujón y lo insto a moverse rápido.

Todos volvieron a la cancha y las chicas empezaron a hacer más ruido al ver quien había ingresado – Adal, tú puedes – gritaban.

Itza empezó a saltar con más ganas a la espera de lo que sucedería, mientras Kari solo la observaba y hacia lo suyo. Miraba como Itza avanzaba hacia todo lado junto con la pelota hasta que grito – ¡¡¡Adal, recuerda nuestro trato!!!

Todos voltearon a ver Itza y se perdieron el momento exacto en el que Adal logro encestar tres puntos. Solo se dieron cuenta cuando el entrenador grito y levanto las manos, viendo como los demás abrazaban a Adal y este señalaba a Itza con el puño y ella le respondía con las manos arriba y una gran sonrisa, dejando a todos confundidos por su interacción.

Después de esos puntos, todos se sintieron más animados para poder jugar, excepto por el capitán, que estaba echando fuego por los ojos y tenía la mente en otro lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.