Canciones para el número 87

Primer contacto

El mensaje de su manager lo tomó por sorpresa.
Travis estaba en el estacionamiento del estadio cuando leyó:

"Te dejo el número que me pidió Taylor. Dijo que podías escribirle."

Por un segundo, pensó que era una broma de su hermano o de los chicos del equipo.
Miró el mensaje una vez más, luego el número desconocido, y el corazón se le aceleró.
Tomó aire, sonrió nervioso, y escribió:

Travis:
Espero que esto no sea una broma. Soy Travis.
Tu manager me hizo llegar tu número.
Si son los chicos jodiendo con el crush de un pobre corazón enamorado: los odio a todos
Si sos Taylor... un placer conocer a mi ídola.

Taylor:
Jajaja te prometo que no es una broma.
Soy realmente yo
Y debo decir que ese fue un mensaje bastante valiente, Sr. Swift.

Travis:
Uff menos mal. Ya estaba preparando mi discurso de humillación pública.
Nunca pensé que me contestarías, sinceramente.

Taylor:
¿Después de la historia del brazalete? ¿Cómo no hacerlo?
Me reí tanto escuchando eso en tu podcast.
¿De verdad pensaste que podrías colarte al backstage con un brazalete de la amistad?

Travis:
En mi defensa... sonó mucho mejor en mi cabeza.
Tenía todo planeado: el brazalete, el nombre, el momento perfecto.
Hasta que me di cuenta de que no hablo backstage.

Taylor:
Bueno, admito que me dio un poco de ternura.
No todos los días alguien intenta darme un brazalete personalizado con su número de teléfono.

Travis:
Entonces... ¿eso me da puntos o me deja oficialmente en la categoría "adorable pero torpe"?

Taylor:
Mmmm, aún no lo he decidido.

Pasaron unos minutos antes de que Travis se animara a seguir.
El silencio de la pantalla parecía eterno, pero cuando volvió a aparecer su respuesta, la conversación fluyó con una facilidad que ninguno esperaba.

Travis:
Contame algo, ¿cómo era Taylor de chica?
Apuesto a que ya escribías canciones tristes a los 8 años.

Taylor:
Jajaja, casi.
Pero a los 8 estaba más concentrada en montar caballos y convencer a mis papás de que me dejaran cantar en los actos escolares.
¿Y vos? ¿Siempre supiste que querías jugar fútbol americano?

Travis:
Más o menos.
Primero quería ser astronauta, después bombero... y después descubrí que era malo en matemáticas y en apagar incendios.
Así que terminé acá

Taylor:
Jajaja suena a una historia de crecimiento muy sólida.
¿Tu mamá guarda todo lo que hacías de chico? Porque la mía tiene literalmente todo.

Travis:
Oh, sí.
Donna tiene cajas con mis dibujos, mis reportes de escuela, y hasta la camiseta del primer partido que gané.
Si algún día vas a casa, prepárate para una exposición completa.

Taylor:
Eso suena adorable.
Creo que ya me caés bien solo por eso.

Esa noche, la conversación se extendió durante horas. Hablar con Taylor se volvio algo tan facil de hacer que Travis no pudo evitar estar pendiente del celular el resto del dia, simplemente esperando saber mas de ella. Y tal como habia pensado, ella era tan increible como sus canciones.

Los días se convirtieron en semanas, y los mensajes que empezaron con bromas nerviosas ahora formaban parte de su rutina.
Ninguno sabía exactamente cuándo pasó, pero ambos empezaron a mirar el teléfono con una sonrisa cada vez que veían el nombre del otro.

Taylor:
¿Sabías que dormirse con el teléfono en la mano es oficialmente una señal de que te estás encariñando con alguien?

Travis:
Bueno, entonces estoy oficialmente condenado.
Aunque, para ser justo, tus mensajes son mi parte favorita del día.

Taylor:
¿Lo decís así de fácil?

Travis:
Soy directo. En mi trabajo, si dudás un segundo, te taclean.
No pienso dejar que eso me pase con vos. Ademas, ya estoy demasiado grande para andar pretendiendo cosas que no son.

Taylor:
Touchdown de Travis Swift
Tenés buena estrategia, admito eso.

Travis:
Escuché All Too Well otra vez.
No sé si felicitarte o demandarte por daño emocional.

Taylor:
Jajaja, te lo advertí.
No todos sobreviven a esa canción.
Pero... ¿te gustó?

Travis:
Me destruyó. En el mejor sentido posible.
Hay algo en cómo contás las cosas, como si todos hubiéramos sentido eso alguna vez.

Taylor:
Eso era justo lo que quería lograr.
Que alguien del otro lado diga: "sí, eso también me pasó".

Travis:
Misión cumplida.
Aunque ahora necesito algo alegre para compensar

Taylor:
¿Querés una recomendación feliz?
Escuchá You Belong With Me. Prometo que no hay trauma.

Travis:
Demasiado tarde. Ya estoy en la parte donde gritás en el puente.
Y sí, estoy cantando.
A todo volumen.
En el auto.
En un estacionamiento.
Rodeado de mis compañeros de equipo.

Taylor:
Jajajaja necesito ese video.

Travis:
Solo si prometés no usarlo como inspiración para una canción.

Taylor:
Mmm... sin promesas

El humor se convirtió en confianza.
Las charlas triviales empezaron a mezclarse con preguntas más personales.
Hablaron de la presión, del miedo a fallar, de cómo ambos estaban cansados de que todo el mundo opinara sobre sus vidas sin conocerlos realmente.
A veces se quedaban despiertos hasta las tres de la mañana, hablando de todo y de nada.




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