Guardas en tu alma un mundo encuadernado,
donde el papel respira entre tus manos,
y cada página es un eco dorado
del pasado, de sueños lejanos.
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Tus dedos trazan caminos de tinta,
laberintos de sabiduría y voz,
y en el silencio, tu corazón se pinta
con historias que hablan de otros y de vos.
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Veneras al libro como si fuera un templo,
una joya antigua que vive en el presente,
y encuentras en sus letras un ejemplo
de lo eterno, lo bello y lo ferviente.
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Bibliófilo, amante de lo escrito,
tu amor por los libros nunca es en vano.
Cada página es un mar infinito,
y tú, su navegante, siempre humano.
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Tesoro inmortal es tu colección,
donde lo efímero se vuelve duradero.
En cada volumen, una nueva canción,
y en tu alma, un lector verdadero.
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