Candado (la Boina Azul)

RAZONES Y OBJETIVOS

Las calles estaban invadidas por el caos y el sufrimiento; había muertos y heridos por todos lados. El fuego y la destrucción se esparcían por todos los rincones de la ciudad, como si hubiera sido bombardeada por aviones militares, similares a los del golpe de estado de 1955. El sonido de la ciudad se volvía cada vez más terrible; los gritos de sufrimiento recorrían todo el lugar, como si nadie pudiera detenerlos. Las carcajadas de Desza crecían, y el odio de los que lo perseguían también; ahora tenían claro que Desza no necesitaba una prisión, sino ser eliminado con una dolorosa y asquerosa muerte. Ya no quedaba razón para poner la otra mejilla.

Candado y el dúo lograron alcanzar a Desza en una vieja fábrica de tela. Sus rostros estaban inyectados de ira, excepto el de Candado, que parecía un héroe trágico. Todo le parecía tan normal y doloroso que no valía la pena mostrar culpa por ello.

—¡BASTARDO! —gritó Rozkiewicz lleno de ira.

—¡ERES UN CÁNCER PARA LA SOCIEDAD! —gritó Krauser, mostrando parcialmente sus cuencas.

—Has causado demasiado daño, Desza. Es hora de que pagues por ello.

Desza explotó en risas, pero era una risa enferma y desquiciada.

—El mundo es cruel, sucio, malvado e hipócrita. No necesita héroes como ustedes; necesita ser castigado por el mismo mal. —Luego miró a Candado—. Sé que estás de acuerdo conmigo. Tus ojos están muertos y me dicen que has visto demasiadas injusticias. ¿Por qué pelear conmigo cuando sus enemigos son ustedes mismos?

Candado sacó su facón y, con una actitud fría y sin sentimiento, dijo:

—Nunca me uniría a un desequilibrado mental.

En el otro lado de la situación, Jørgen sostenía una dura pelea con Declan y Anzor. Sus espadas no eran rivales para sus brazos de acero.

—Ríndete, nunca podrás conmigo —dijo Anzor.

—Eso ya lo veremos.

Jørgen corrió hacia él y lo agarró del brazo, pero Anzor le dio un puñetazo en la cara. Aun así, Jørgen no lo soltó y le respondió con un rodillazo en el pecho. Luego, Declan intervino con su esgrima; su velocidad era magnífica. Sin embargo, Jørgen utilizó su rapidez y lo agarró del cuello, comenzando a propinarle puñetazos a una velocidad increíble. Declan hacía lo posible por frenar los golpes. En ese instante, Anzor corrió hacia él con su espada, y Jørgen, al sentirlo acercarse, lanzó el cuerpo de Declan hacia él.

—Son unos débiles de mierda.

Mientras ayudaba a poner de pie a su amigo, Anzor dijo:

—Nunca subestimes a un ruso; nunca sabes hasta dónde llega su poder.

Después, sus ojos brillaron y adquirieron un tono rojo, mientras los de Declan resplandecían en verde.

—¿Listo, hermano?

—Cuando quieras —respondió Declan con una sonrisa.

Ambos se reincorporaron y prepararon sus espadas. De repente, unas criaturas surgieron de sus espaldas, desde la cintura hacia arriba. La de Anzor era roja, musculosa y tenía cuatro brazos, cada uno sosteniendo una espada. Poseía un tercer ojo en la frente, un bigote negro, ojos blancos y daba la impresión de ser un anciano. La de Declan era verde, musculosa, con dos brazos, calva y con cuernos similares a los de un toro. Sus ojos eran azules, llevaba brazaletes de oro en las muñecas y sostenía dos sables katana con cadenas conectadas a su arma.

—Cielos, veo que esto será difícil.

—Verás lo que es el verdadero poder de la Confederación Rusa.

—No lo creo —dijo Jørgen mientras hacía crecer la cuchilla de su brazo derecho.

Ambos corrieron hacia él a una velocidad increíble, dificultándole a Jørgen verlos. Anzor apareció detrás de él, y la criatura de cuatro espadas descendió con todo su poder. Jørgen apenas pudo defenderse y detenerlo con sus dos brazos convertidos en cuchillas. Luego, Declan atacó por la espalda de Jørgen. Este se percató y le dio una patada, pero la criatura soltó sus armas y lo agarró de la pierna. Después, lo alzó por los aires y lo arrojó al suelo. Anzor intentó encadenarlo, pero Jørgen se recuperó rápidamente y saltó lo suficientemente alto como para estar sobre sus cabezas. Decidió atacar al que le dificultaría menos la vida, eligiendo a Anzor. Descendió con todas sus fuerzas, golpeando a la criatura en la cabeza y en el cuello con sus piernas. Anzor incrustó su espada en el muslo de Jørgen, quien, lejos de sentir dolor, se soltó y con el mismo pie herido, dio un golpe tremendo en la espalda de Anzor.

Luego, Declan atacó con una velocidad impresionante, haciéndole difícil a Jørgen esquivarlo. Se notaban desgarres en sus ropas, pero en un momento, Jørgen tomó el brazo de Declan y lo fracturó con un golpe fuerte en el codo, provocando un grito de dolor. Con ese sufrimiento, su criatura reaccionó y lo atacó con el doble de velocidad, pero Jørgen le dio una patada en el mentón y después un puñetazo en el pecho. Declan, lejos de rendirse y aún dolorido, sacó su segunda espada e intentó incrustársela en el pecho de Jørgen. Este se dio cuenta y le dio una patada en el brazo, haciendo que soltara la espada. Luego, lo tomó del cuello, le dio un puñetazo y lo empujó lejos.

—¿No decías que me darías mi merecido? —preguntó Jørgen con su actitud fría.

—¡DECLAN! ¡ES HORA DE JUGAR!

Ambos se pusieron de pie, y sus cuerpos brillaron nuevamente. Sus criaturas comenzaron a curar a sus dueños; el brazo de Declan se curó y las heridas de Anzor también.

—Es hora del castigo —dijo Declan mientras ponía en posición su esgrima.

Anzor fue el primero en atacar; su velocidad le permitió desgarrar la espalda de Jørgen. Luego, intentó asestar un golpe mortal con sus cuchillas, pero Declan lo detuvo con su esgrima y le propinó un fuerte golpe con la cabeza. Su criatura tomó a Anzor del cuello y lo estampó contra el suelo, haciendo que Jørgen escupiera sangre.

—¡SUFRE LA CÓLERA DE HARAMBEE! —gritó Declan mientras seguía propinando golpes en el suelo.

Mientras la pelea entre estos tres continuaba, Walter, Sofía y Frederick sostenían una dura batalla con Rŭsseŭs, Azricam y Guz.



#4513 en Fantasía
#960 en Magia

En el texto hay: filosofia, misterio romanse, misterio accion

Editado: 19.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.