Candado (la Sangre Violeta) Episodio 2

EL NÚMERO DEL INFINITO

Esa misma noche, Desza y su equipo aún eran buscados, pero bajo las órdenes de Pullbarey, Desza había tenido que permanecer en las sombras. Había estado bajo tierra, gracias a un regalo de su jefe, pero ese tiempo estaba por acabar. Había recibido la visita de Pullbarey en persona.

Pullbarey entró a la habitación de Desza acompañado de dos figuras encapuchadas. A juzgar por su estatura, eran niños, uno de trece y el otro de doce años.

—Bienvenido, alienígeno —dijo Desza mientras pulía su machete.

—Eres un humano peculiar. Nunca antes había visto tal brutalidad contra otro ser humano —respondió Pullbarey.

—Oh, me siento halagado, muy halagado —sonrió Desza.

—¿Qué pasó con esa reunión? —preguntó Pullbarey.

Desza se levantó y caminó hacia él.

—Se canceló.

—Ya veo. Entonces, no conseguiste nada.

—Oh, no, claro que no. Yo nunca me voy sin obtener algo a cambio.

—No me sirven de nada los golpes mortales que recibes —dijo Pullbarey, señalando la venda en la frente de Desza.

—Tuve algunos percances —respondió Desza, acariciándose la frente—, pero no soy un fracaso. Pude hablar con Sheldon.

—¿Sheldon? —Pullbarey preguntó extrañado.

—Un clon de Candado. Sólo bastó mencionar su nombre para que nos prestara su ayuda.

—¿Solo él?

—No. ¿Crees que me conformo con migajas? Tengo la ayuda de todos.

—Bien. Aún necesito más personas para este gran proyecto.

—Es verdad, hay muchas cosas que aún necesitamos, pero da igual. Se podrán conseguir en otro momento.

—No tenemos suficientes refuerzos.

—Yo también soy voluntaria —resonó una voz desde la oscuridad.

Desza se inclinó a un lado, tratando de ver detrás de Pullbarey.

Una figura encapuchada estaba parada en la puerta. Los guardias voltearon y se prepararon para atacar, pero Pullbarey levantó el puño, indicando que se detuvieran.

—Vaya, vaya —dijo Desza, interponiéndose entre la figura encapuchada y Pullbarey—, debes ser muy valiente para venir hasta aquí.

El individuo dio un paso al frente y se quitó la capucha, revelando su rostro: ojos negros, cabello rojo, y un tatuaje del número ocho en la frente que brillaba tenuemente.

—Oh, vaya, eres una mujer —comentó Desza.

—Mi nombre es Ocho —dijo ella con calma.

—¿Ocho? Vaya nombrecito. ¿Qué quieres de mí?

—Vine a unirme a usted.

—¿A mí? —Desza arqueó una ceja.

—Sí —respondió Ocho.

Desza guardó su machete en la espalda y comenzó a caminar en círculos alrededor de ella.

—Vaya, has entrado aquí sin que nadie te notara. Impresionante.

—No había nadie en la entrada —dijo Ocho con una sonrisa.

—Genial, genial —respondió Desza, deteniéndose frente a ella—. ¡EQUIPO! —gritó al aire.

En ese instante, los compañeros de Desza aparecieron por una puerta que había allí. Al notar la presencia de Ocho, se pusieron en alerta.

—¿Quién es ella? —preguntó Azricam.

—Tranquilos, no pasa nada. Ella es Ocho y quiere ser nuestra amiga.

—¿Y? ¿Estoy con ustedes o no? —inquirió Ocho.

—Vaya, eres muy rápida. Pero no cualquiera se une a mí. Antes éramos más, pero la debilidad de algunos hizo que nuestro número disminuyera. Tendrás que demostrarme que vales algo.

Ocho miró a los compañeros de Desza.

—¿Ese es tu equipo?

—Oh, claro que sí. Ellos serán tu examen.

—¿A sí? —preguntó Ocho, desinteresada.

—Claro, pero antes voy a darte dos condiciones.

—Habla.

—Guau, la primera: si aceptas y peleas, tienes que ganar. Porque si no lo haces, voy a matarte. Odio a los débiles.

—Eso no me asusta.

Desza se rió y continuó.

—La segunda: puedes rechazar mi oferta e irte tranquilamente a tu casa. Una ofrenda de mi respeto a alguien como tú, que me hizo frente. Amo a la gente con agallas.

—Bien, ¿terminaste?

Desza volvió a reírse.

—Sí, creo que sí. Entonces, ¿vas a pelear o vas a rechazarme?

—Pelear.

—Bien, me alegro. Sigues siendo valiente —luego miró a los demás—. Oigan, ya pueden lucir sus cualidades.

Todos se acercaron a Ocho, menos uno, ya que Desza lo detuvo a medio camino.

—Tú no, Jørgen.

—¿Señor?

—Tú serás el postre.

—Como ordene —respondió Jørgen, colocándose al lado de Desza.

—¿Qué harás, Pullbarey?



#1569 en Fantasía
#276 en Magia

En el texto hay: fantasia, romance, fantasa y magia

Editado: 07.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.