Actuar.
La mirada de Jenny estaba clavada con firmeza en el ser del chico, lo veía con esperanza mientras el hacía lo imposible para no verla a los ojos.
– Jenny... Bueno, me hubiese gustado discutir esto por chat pero no me respondiste y me hiciste llegar a esto. Iré al punto. Por favor no le digas a nadie lo que viste ayer por la tarde. ¿Bien? – Dijo con tono firme y arrogante.
– ¿Ahm, qué..? – Se esperaba algo más, un coqueteo, una disculpa de su parte, pero, solo fue eso, una petición.
– Si, no le menciones eso a nadie, Heather es una buena estudiante, si le comentases a alguien ella se vería afectada. – Parecía hacer querer ver preocupación en sus palabras.
Tras escuchar sus palabras los recuerdos del día anterior parecían ser tan vividos a pesar de ser solo un par de imágenes en su mente.
– Si, no te preocupes. – Este tipo de interacciones le hacían pensar que sus recientes ideas no eran tan malas como creía, por supuesto, en broma, ¿Verdad?
– Bien, gracias por entender, Jenny. – Esbozó una sonrisa forzada, parecía ser tan falsa que cualquiera a su alrededor lo habría notado, pero, ingenua Jenny. Su sonrisa a sus ojos parecía ser la sonrisa más dulce y sincera que había visto.
– S-si, claro, no hay problema. – Le dedico una sonrisa simpática y llena de aprecio.
Sin más el chico se marchó, dejándola sola, ahí, en el corredor. Subió su mano hasta su cuello acariciando el collar que Joe le había regalado meses atrás.
Alzó la mirada, decidida a entrar a su aula nuevamente, pero, bendito sea el destino, al final del corredor pasaba Heather, parecía deslumbrante en su caminar. Jenny odiaba esto, odiaba verla pasar, tan perfecta e impecable, haría cualquier cosa para detener su estúpida pasarela.
En un momento, su mente se puso en blanco. Jenny pareciese estar caminando hacia la dirección de la ya mencionada, caminaba discreta pero a paso rápido, ya a estar a unos centímetros de ella, espero a que entrará al baño al cual se dirigía. Se quitó la diadema de tela que llevaba puesta y la doblo para hacer mayor su grosor. Llegó detrás de ella y sin pensarlo mucho la amordazó con la diadema sin dejarla respirar, dejándola así hasta que se asfixió, perdiendo el conocimiento y así la vida.
En un segundo, Jenny volvió a la realidad, aún seguía en el corredor y Heather se había esfumado, la fémina froto sus ojos despertando de aquel trance, sin más, se decidió entrará al aula.

– Jenn. Jenny, te estoy hablando. – Susurraba a su lado notando que su amiga se encontraba disociada. – ¡Jenny! – Susurro aún más fuerte esperando que esto la sacara de sus pensamientos.
– Kit, Jenny, Silencio. – Gritó la profesora dejando un silencio abismal detrás de ella.
Esto hizo que la peli roja regresase a la realidad, volviéndose hacia su amigo. – ¿Qué ocurre? – Bajo la voz aún más para evitar un regaño nuevamente.
– ¿En qué tanto piensas? No me dijiste nada cuando regresaste de dónde Joe y estás muy distraída. – La observaba con un mezcla de preocupación y burla.
– Nada, no te preocupes. – Le dedicó una sonrisa esperando que creyera su expresión.
– Eso me has estado diciendo estos dos días, comienzo a dejar de creerlo. – Rodó los ojos ante su respuesta.
– Ya, tranquilo, sabes que te diría si ocurriera algo. – Menciono mientras repetía la acción del chico.
– Está bien Jenny, pero de verdad, si ocurre algo sabes que puedes contarme. – Esa vez la observo con una sonrisa cálida.
La joven le devolvió la sonrisa para después continuar en lo suyo. Observo el reloj de reojo deseosa de que se acabará esa clase.
Después de un rato por fin sonó el timbre de cambio de clase, tomo sus libretas y salio del aula sin previamente esperar a su amigo. Iba caminando con prisa, no tenía mucho tiempo pero debía aprovechar el poco que tenía.
Llegó al techo de su escuela, dónde se encontraba un grupo de alumnos a los cuales el resto de la escuela habían bautizado como "los rechazados." Entre ellos se encontraba una chica espiritualista, un joven amante de lo extraterrestre, una fémina con estilo gótico exagerado, un chico depresivo quien cargaba consigo un cigarro, y, finalmente, una chica de ojos inexpresivos los cuales apuntaban a la nada. Ella había tenido un incidente el ciclo anterior. Era conocida por toda la escuela como "la sombra." Se le asignó este apodo por qué se la pasaba pegada a un chico de un año superior a ella, no eran pareja ni nada parecido, pero parecía que ella estaba obsesionada con el, lo observaba a lo lejos, tomaba cosas que el había desechado y pues... En una ocasión la encontraron amenazando con un arma pulso cortante a la pareja de aquella época del chico. Los que presenciaron la escena y los que escucharon los rumores realzaban el como ella le había gritando a la chica que se alejara del joven, como ella no era nada y el como ella era muchísimo mejor para estar con el, no la expulsaron por la insistencia que había tenido sus padres en que fue solo un ataque de celos de adolecentes y que no era nada de que preocuparse.
Sin más la chica se acercó cuidadosamente a la inexpresiva.
– Disculpa... Carol... – Se acercaba decidida pero a la vez un poco temerosa.
– ¿Mmm..? – No dijo nada, solo un murmullo.
– Necesito hablar contigo, es algo urgente. – La miraba sería y con una expresión arrogante.
– Claro, qué ocurre. – En su rostro no se podía ver ninguna expresión, ni siquiera en sus palabras.
– Quisiera saber... ¿Tú qué sentías al estar enamorada? – La chica mantenía su expresión sería.
– ¿Vienes a burlarte de mi..? Mejor dejame en paz – Se dió la vuelta para seguir en lo suyo.
– ¡N-no, espera! Esto es en serio. Carol, yo... Estoy pasando por algo similar, no quiero suponer nada pero realmente estoy desesperada. – Bajo la mirada avergonzada.