Moad Miller
Desde pequeño, mamá me decía que nuestro padre era el mejor soldado del creador y quera un gran hombre y un excelente padre y que no estaba con nosotros porque él estaba en la guerra, solía creerle todo, pero luego se fue ella. Al principio creí que todo era por mi culpa, tal vez no era lo que ellos querían o esperaban, tal vez solo no éramos lo que ellos querían en sus vidas, pero a hora sé que no hay ni había razón para que ellos nos abandonaran a nuestra suerte y a pesar de ello no guardaba ningún rencor contra ellos, lo que si no podía superar la tristeza que había dejado en mi la partida de mi madre, no me pesa la partida de mi padre pues no tengo ningún recuerdo de él, ni como era físicamente pero mamá era diferente, a ella sí que la recuerdo muy bien, es el recuerdo de ella lo que me entristece.
Son las 4 de la mañana y estoy de pie frente al lavamanos de mi baño mirándome al espejo, mamá solía decir que tenía el carácter de mi padre, que era muy protector con todo al mi alrededor, siendo siempre fuerte y demasiado maduro para mi edad, pero lo cierto es que siempre trato de ser fuerte frente a ella lo era necesitaba que supiera que ella que contaba conmigo.
Tomo un suspiro y dejo de mírame, estoy seguro que a hora no me veo como alguien maduro y fuerte, hay estaba yo con la cabeza agachada con los brazos rectos sosteniéndome del lavamanos.
Pero tengo que ser fuerte, no solo por mí, también por ellos, mis hermanos menores.
Después de hacer un poco de ejercicio en mi habitación tome una ducha, hoy tenía un día realmente ocupado. Tome uno navaja de afeitar un regalo de Alex me dio al cumplir los dieciocho había dicho que era ya tan viejo que debería utilizar una y Gaby con esa actitud tal oscura que siempre ha tenido menciono algo sobre cortar gargantas con ellas como en la obra de no sé quién, recordar eso me causo gracia, y por ello hice un mal movimiento que me corte la mejilla izquierda nada grabe. Aun estando en toalla y algo mojado salí del baño en cuanto escuché mi celular sonar y en cuanto di un paso a si la cómoda donde se encontraba mi celular resbalé y caí de espalda al suelo, dejé salir un suspiro, me levante y camine con más precaución tome el celular y era la alarma la apague y mire que la señora Tara me había escrito un mensaje.
La señora Tara era como una tía para los tres, siempre estovo hay para los tres y no dijo nada, la admiro por ello, nadie se hace cargo de tres niños que no tienen ningún parentesco con ella.
Lo cierto es que me sorprendió que pidiera verme y más que quisiera hablar de mi madre, consternado le respondí con un si voy en camino.
Baje a la cocina y prepararme el desayuno rápido, en cuanto termine lave todo lo que ensucie una de las buenas costumbres que me dejó mamá y que la señora Tara había aprovechó para que le inculcara eso a los chicos. Sali de la casa a la cochera para asegurarme que llevaba todo lo que iba a ocupar, pensaba que después de ir a ver a la señora Tara iba a irme directo al taller a continuar con el trabajo que deje anoche y en cuanto salí mire que una de las llantas estaba ponchada, con la práctica no me tarde en cambiarla no me tarde más de 6 minutos en cambiarla y cuando termine entre de nuevo a la casa ya que había dejado en cel. Entre a la cocina en total silencio en ella se encontraba Gaby dándome la espalda mientras se preparaba su típico cereal con pasa o más bien pasas con cereal.
- Jamás voy a entender por qué le pones pasas a todo – dije mientras abría la nevera y sacaba el jugo de naranja y lo servía en un baso
- Uno, desde cuando eres tan silencioso al entrar a cualquier lugar, dos, jamás lo entenderías – dijo tono bromista
- No me he vuelto silencioso, tú te has vuelto muy distraído - miré su rostro y en él se notaba que unas grandes ojeras. – las pesadillas regresaron - chasqueo la lengua, realmente me preocupara que Gabriel no durmiera adecuadamente y que sus pesadillas sean algún tipo de trauma ocasionado por el abandono de nuestra madre.
- Nada que no se pueda con el tiempo – dijo mientras se comía. No dijimos nada más en cuanto terminé mi jugo solté un suspiro.
- La señora Tara quiere que vaya a su casa – me miro con curiosidad – dijo que quieres hablar de algo muy importante. - omití lo de mi madre por obvias razones, Gaby solía ponerse muy serio (más de lo normal) cuando sacábamos el tema de mamá
- ¿Y de qué querrá hablar? -
- No tengo idea, pero dijo que era lago delicado e importante - mentí y el solo asintió con la cabeza - por lo que hoy no podré dejarte al colegio y dependiendo si esa charla se alarga tardare en recogerte –
- No hay problema Moad, puedo ir y venir en bus –contesto con simpleza, lo mire, no me gustaba esto tenía un mal presentimiento
- Bien, pero de todas formas yo te aviso si voy por ti o no – asistió de nuevo, a veces me frustraba su forma de contestar - bueno ya me voy, le dices a Alex so … - un ruido en seco me interrumpió. Ambos nos miramos a los ojos – ¿Alex esta despierto ya? – pregunte con asombro pues normalmente Alex suele despertarse antes de que yo llevara a Gaby a clases - Si, hoy despertó temprano – se encogió de hombros -
- Qué crees que haya sido ese ruido – Alex tenía la mala costumbre de tirar y romper todo, era como una pequeña maldición que lo perseguía desde que era un bebé, solemos búrlanos de é
- No sé - dijo de manera simple, simplón pensé
- Iré a ver que fue ese ruido – me dirigí al sótano donde se escuchaba las típicas canciones con las que Alex suele hacer ejercicios
- ¿Qué fue ese ruido, Alex? - pregunte mientras cruzaba los brazos y lasaba una ceja. De encogió de brazos, parece que hoy todos despertaron sin ganas de usar la lengua.
- Eso mismo me pregunto yo - me mintió, no sé porque lo hacen si prácticamente los crie yo. Subió con prisa las escaleras.
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Editado: 15.10.2020