Can't help falling in love

Capítulo 14.

Lunes 15 de junio de 1970.

5:00 am.

María se levantó con mucha pereza. Ella odiaba los lunes, más cuando hacía mucho frío.

Odiaba el frío, prefería el calor porque podía estar con vestidos coloridos y hermosos.

Este lunes lo detestaba, pero estaba contenta porque tenía un objetivo esa mañana.

Pedirle a Micaela ser algo más que amigas, o sea, ser novias.

Se puso el uniforme con unas medias muy largas negras.

Agarró su mochila con fuerza y con muchos nervios por la decisión que estaba por tomar.

Bajó las escaleras y saludó a su madre con entusiasmo, y se fue de su casa, dejando a su madre confundida y con mate servido en la mesa que preparó para su hija.

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Corría demasiado rápido, chocaba con cualquier persona y ella por educación pedía perdón, mientras corría, ya eran las 07:30 y tenía que llegar al colegio antes de que el profesor de física llegase; y le cerrara la puerta.

Eran las 7:40 y por fin llegó al colegio, le dificultaba respirar y lo único que pensó fue "Tengo que empezar a hacer baile para estar en forma y no cansarme demasiado"

María se asustó cuando sintió el tacto de una persona y por el susto dio un brinco, provocando que la otra persona también dé un brinco.

—¡María! ¡Mierda! —Camila tocó su pecho al sentirlo latir demasiado rápido— ¡Me asustaste, mierda!

—¡¿Por qué mierda me asustaste vos?! —gritó demasiado fuerte, atrayendo la atención de los demás alumnos que estaban llegando.

Las dos chicas miraron con vergüenza al darse cuenta la escena que provocaron.

—Cami, vayamos al aula, quiero hablar seriamente con vos de... —Se acercó a la oreja de la chica y susurró lo que tenía que decir.

—Sí. —Camila quería explicarle a su amiga sobre su embarazo— Vamos a hablar de tú ya sabes, pero vayamos rápido porque ya va a querer tocar el timbre de entrada.

Fueron al aula y en eso tocó el timbre, con rapidez dejaron sus mochilas en sus bancos, y fueron a hacer fila a cantarle a la bandera.

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Ya cuando estaban en el aula, los alumnos estaba confundidos porque su profesor de física no llegara, hasta que recibieron la noticia que no iba a llegar por problemas personales.

María esperaba ansiosa a Micaela porque no llegaba y en eso alguien se sentó a lado de ella. Ella se fijó que era su amiga, Camila.

—Que raro que no vino el profesor de física y Micaela —dijo la chica con mucha confusión y eso se lo notaba por los gestos que hacía.

—Tal vez, Mica no vino porque está enferma. Sabes que ella no falta así por así, le importa mucho el estudio.

María llevó uno de sus dedos a su boca para comenzar a morder su uña y la piel que se estaba despegando.

Camila se dio cuenta de esta acción. Sabía que su amiga estaba ansiosa.

—¿Qué tenés? —preguntó con curiosidad.

—Nada. Solo que estoy preocupada por Micaela, no llegó y ya son las 8:30.

—Bueno, tal vez, ella está enferma de algo.

María la miró y dejo de morder su uña.

Puso sus brazos encima del banco y su cabeza encima de estas.

—Si querés, puedo acompañarte a la casa de Micaela —dijo, mientras daba ligeros golpes en la espalda de su amiga.

—Le voy a pedir que sea mi novia —susurró para que no sea escuchada por su amiga.

Aunque, Camila hizo como si no escuchara nada y sacó su cuaderno para dibujar.

—Me prometiste hablar sobre ese tema, Camila.

Camila dejó su lápiz a lado de su cuaderno.

—Bueno, te seré sincera... —Miró directamente a los ojos de María con un poco de tristeza— Este bebé no es de mi... —Paró de hablar al recordar que su novio, ya no es su novio— de mi anterior novio.

María se sorprendió, no podía creer que engañó a su novio con otro hombre.

—Camila, ¿engañaste a tu novio?

Camila le dio un golpe en el hombro por preguntar eso.

—¡No! —Ese "no" lo remarcó— Este bebé, sí es de otro hombre, pero nunca me acosté con ese hombre.

María trataba de procesar toda la información que su amiga le daba.

—Cami, ¿te violaron? —susurró esa pregunta con mucha vergüenza.

Camila agachó su cabeza y una lágrima cayó de su ojo. Ella solo asintió a la pregunta.

—¿Quién? ¿Quién fue?

—Mari, no quiero hablar sobre eso. —Volvió a agarrar su lápiz y empezó a dibujar algo.
 


 

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María y Camila estaban saliendo del colegio con mucha incomodidad. María agarró la mano de su amiga para transmitirle confianza como siempre lo hacía.
 


 

—No tengas miedo —susurró para no ser escuchada por los señores que pasaron a su lado—. Te voy a ayudar en todo... Somos amigas y siempre voy a estar a tu lado.
 


 

Camila la miró y le regaló una sonrisa. Extrañaba su amistad con María, pero se sentía cómoda con la amistad de Micaela.
 


—Gracias, pero estaré bien. No te preocupes —Soltó su mano de su agarre—. Tendré este bebé y me iré con mi abuela a otro lugar.

María no dijo nada porque no le creía, pensaba que lo decía de broma.

—¿Iremos a la casa de tu novia? —María le tapó la boca a Camila.

—Primero, ella es mi amiga y todavía no es mi novia. —Sacó su mano porque Camila le empezó a babear.

—Tengo una idea.

—Mejor dímela porque te quiero golpear por mi mano. —Pasó su mano por el uniforme de su amiga y la segunda hizo un gesto de asco.

—El sábado me voy con mi papá al campo, ¿por qué no vienen con nosotros al campo?

—Yo podré ir porque mi mamá no está en casa ni siquiera los sábados, pero no sé si Micaela la dejarán ir. Sus padres son muy estrictos.

—Recemos para que la dejen.

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María estaba caminando hacia la casa de Micaela, con mucho miedo, ya era casi las tres de la tarde y tenía hambre.

"Tengo hambre, espero que Micaela me pueda dar algo de comer porque no pienso ir a mi casa y quedarme sola".




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