Cantame cien veces

46| Abbey Road

No supe nada de Hayden al día siguiente.

Ni al siguiente

Ni al siguiente.

Y cuando quise darme cuenta, ya había pasado una semana y estaba armando la maleta el día previo al viaje.

Mis padres se alegraron mucho cuando supieron que había ganado la competencia. Salimos a cenar juntos y, por primera vez en meses, la velada fue agradable, la conversación fluía con naturalidad y todo parecía perfecto. Hasta que, justo en el momento del postre, decidieron soltar la bomba, y mi estómago se cerró por completo.

Iban a empezar el proceso de divorcio.

Lo harían de la manera más amigable posible, con un abogado de familia que era amigo de ambos y que intentaría que la situación fuera lo menos conflictiva.

Darse cuenta de que todo se había roto solo por mezclar el trabajo con la vida familiar y los problemas económicos, me hizo comprender lo fácil que era quebrantar algo tan puro y delicado como el amor. Ese amor que hay que cuidar y cultivar cada día, no solo durante los primeros años de matrimonio o hasta la luna de miel. Pero, en realidad, su amor llevaba ya demasiados años muerto, y no había forma de recuperarlo, aunque eso no significara que dejaran de quererse.

Y yo estaba bien con ello. Porque quería lo mejor para ellos y para mí, y verlos volver a llevarse bien, aunque pronto uno de los dos tuviera que abandonar la casa en la que había crecido, era lo más sano para los tres. Era algo que ya había esperado desde hacía mucho tiempo. Y, aunque lo aceptaba, no pude evitar que una pequeña lágrima rebelde rodara por mi mejilla mientras terminaba de guardar mi ropa en la única maleta que llevaría a Londres.

Íbamos a estar bien, pero tomaría tiempo.

Sin embargo, al cabo de una hora y media hora, cuando la lista de los «por llevar» ya estaba tachada completamente, y escuché pasos subir por las escaleras. Cuando me di cuenta, mi madre estaba observándome desde el marco de la puerta.

—Petit renge —Saludó.

Se acercó lentamente, apoyándose en la puerta, y me miró con una expresión que mezclaba tristeza y alivio. Sus ojos ahora estaban más suaves, más serenos. Era como si, al compartir esa noticia, también hubiera dejado ir un poco de esa carga que llevaba desde hacía tanto tiempo.

—¿Como ha estado el día?

—Tener el día libre es más difícil de lo que pensé—se quejó. Había decidido tomarse una semana libre desde hacía tres días.

—Seguramente encuentres algo que hacer.

—Sin ti va a ser difícil.

—¿Y qué harás sin mi cuando vaya a Juilliard?

Si es que voy, quise omitir. Todavía mi casilla de Email estaba vacía.

No obstante, no vi a mi madre reírse por mi broma. Vi en ella esa mirada repetitiva que aparecía siempre antes de una mala noticia.

—Es un proceso, pero sé que, con el tiempo, todo será más fácil. Y tú también lo harás. Solo recuerda que aquí siempre tendrás un lugar, y que no estás sola en esto. —comenzó.

—¿Me han rechazado la solicitud? —me aventuré a pensar.

—Todavía no ha llegado —tranquilizó—Pero lo hemos hablando con tu padre y...bueno, nos pareció una buena opción decírtelo antes.

—¿Qué pasa?

Sacó de su bolsillo un folleto rosado.

Lo dejó sobre la cama y leí su nombre.

Deisy: Campamento de verano para pacientes de TCA.

Me quedé mirándolo un momento, totalmente descolocada.

—Hace unos días hablamos con la doctora Morgan, ella fue la que nos lo recomendó. —empezó— Y pensó que quizá era una buena opción si estabas dispuesta. Nos preocupa bastante tu salud, más sabiendo del ataque de ansiedad que nos contaste y lo difícil que es para ti controlarlo. La doctora Morgan creyó que sería útil relacionarte con personas que estuvieran viviendo tu misma situación. Es un campamento de seis meses, con terapia asistida continua y es en Illinois, en caso de que quieras ir, tendríamos que considerar que empieces la universidad un semestre después. Pero tu salud mental y física es más importante, y a nosotros nos aliviaría muchísimo que decideras asistir. Aunque no deja de ser tu decisión.

—Es mucho que pensar. —parpadeé, reaccionando —Mamá...Juilliard es...

—Tu sueño, lo sé cariño. Pero no nos gustaría tenerte tan lejos de nosotros si ahora somos conscientes de tu salud mental y física no está del todo bien. En Illinois estarás lejos, pero con personas especializadas en el tema, con doctores, psicólogos y nutricionistas. Y con gente de tu edad que entenderá perfectamente estar en tus zapatos. La universidad puede quedar en segundo plano esta vez, no queremos sobrecargarte.

—Pero no deja de ser una decisión difícil. Illinois está al otro lado del país, lejos de casa, de Sarah, de mis amigas...—esto último me removió un poco—Tampoco me veo capaz de pasar todo mi verano con gente desconocida. Y más con gente...así.

Con TCA. Aun me resultaba difícil e incómodo ponerle nombre a esa realidad.

—No tienes que tomar una decisión ahora, puedes leer el folleto y buscar más información en internet. Pero el campamento inicia el próximo mes, así que esperamos que puedas tomar la decisión antes de que inicie el verano.

Tardé unos segundos en responder. De pronto, estaba muy tensa. Ella respetó mi silencio, pero era obvio que quería una respuesta.

—Lo pensaré. —terminé diciendo.

—Sé que no es fácil —susurró, con una voz que apenas lograba esconder su preocupación— Pero también sé que eres fuerte, y que, aunque ahora parezca que todo se desmorona, en el fondo sabes que esto es lo mejor para todos. Para tu padre, para mí.. y para ti.

—Gracias, mamá —le dije con una sonrisa tímida—. Por estar siempre conmigo, en las buenas y en las malas.

Ella me abrazó con fuerza, y en ese abrazo encontré la fuerza que necesitaba para enfrentar lo que vendría.

—Te queremos, petit renge.

El aeropuerto estaba atestado de gente, pero eso no imposibilitó que encontrara a la señora Bett y a Brittany cerca de la zona de embarque a las 11 am, con ellas también se encontraba el director Smith y el compañero de dueto de Britt, Marcus.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.