Cántame tu canción

Capítulo 1

Estuve encerrada en mi habitación yendo de lado a lado durante 45 minutos. Esperando que vinieran a decirme que podía salir, porque después de haberle cerrado la puerta en la cara a Sandra, Rocío vino a regañarme por haberme comportado como una completa desalmada (sus palabras, no mías) y yéndose después de haber dejado cerrada con llave la puerta. Aunque no me hubiera sido difícil escapar por la ventana de mi habitación; la verdad es que sentí mucha curiosidad por lo que Sandra le estuvo diciendo a Rocío, pues me daba miedo de que hubiera llegado a convencerla de llevarme con ella.

Debo reconocer que Roció no es del tipo que se deja convencer fácilmente; siempre se muestra dura y fría a los demás, pero a mí me demostró que es la mujer más dulce y amorosa del planeta. Aunque yo no haya sido totalmente abierta con ella, es la única persona de la que estoy segura sería capaz de arriesgarme y sé que ella haría lo mismo por mí.

Después de que mi padre murió, ella fue la única que se quedó conmigo y me acogió en su casa; pues yo no podía ni quería seguir viviendo en la casa que había compartido con él, estar ahí me causaba mucho dolor. Así que ella me ayudo a venderla. Me mudé con ella y las únicas cosas que traje de mi antigua casa fueron el piano de cola, ese había sido un regalo del abuelo, y el cuaderno de papá que nunca abrí y que se encuentra muy bien guardado en la caja fuerte que Ro me regaló.

El sonido que hizo la puerta principal siendo cerrada, me sacó de mis pensamientos. Dejé de pasearme por la habitación y me senté en el borde de la cama viendo hacia la nada, porque realmente no creía que fuese capaz de dar un paso más pues me encontraba muy ansiosa y las piernas me temblaban de los nervios. No entendía porque era que me sentía tan paranoica, conocía a Rocío y sabía que no le dejaría a Sandra el camino tan fácil para llevarme con ella. Pero también conocía a Sandra y sabía que podía llegar a ser muy convincente cuando se lo proponía hasta que consiguiera lo que quisiera, y en ese momento me quería con ella.

Cuando sentí algo frío pasando por la curvatura de mi cuello, pegué un pequeño brinco y me quedé a medio grito cuando ví a Rocío sentada a mi lado tratando de sostener un cubo de hielo y frunciendo los labios para evitar reírse de mí. Realmente detestaba ese tipo de momentos en los que me perdía en mis pensamientos (que casi siempre sucedían) y Ro aprovechaba para hacerme ese tipo de jugarretas.

Cuando se me pasó el susto y Ro ya había terminado de comió el pedazo de hielo que me pasó por el cuello (porque SÍ, se lo comió), solo nos quedamos viendo al frente sin decirnos nada, hasta que rompí el silencio.

—No vas a dejar que vaya con ella, ¿verdad?— esperé su respuesta, pero nunca llegó así que giré para poder observar su rostro. Y la mirada de arrepentimiento que tuvo hizo que quisiera ponerme a llorar— Por favor dime que no es lo que estoy pensando.

—En tres días vendrá para llevarte.

Esa corta frase hizo que estalle y me pusiera de pie.

— ¡No voy a hacerlo! ¡No voy a ir con ella, la odio, ella me odia!

—Cariño ella no te odia, es tu madre te ama y quiere estar contigo—Sabía que estaba intentando calmarme y convencerme, pero realmente no estaba funcionando.

—Eso es lo que te dijo, y ¿en serio le creíste? ¡Me abandono, ella me abandonó, Rocío, y antes de irse me dejó muy en claro que fui lo peor que le pasó!

—Está arrepe…

— ¡Arrepentida y una mierda!—Rocío me dió una severa mirada después de haber dicho eso, pero no podía tratar de que controlara mi lenguaje con todo lo que estaba pasando en ese momento— ¡No voy a ir y ella puede meterse su arrepentimiento por el …

— ¡ELIZABETH DAWSON!— ese grito hizo que me sintiera muy pequeña frente a ella, porque no solía gritar, casi nunca lo hacía. Supe que la había sacado de quicio. En ese momento ella también se había puesto de pie. Después de dar un profundo suspiro volvió a hablar, ese instante yo tenía la cabeza gacha y había vuelto a sentarme—Quiero que escuches bien lo que voy a decir y no digas ni una sola palabra. ¿Entendido?—Solo sacudí la cabeza en afirmación.

—Bien. Vas a ir con tu ma…

Levanté la cabeza automáticamente para replicar—No voy a…—me dío una dura mirada y me callé. Las miradas de Rocío en serio daban miedo. Después de esa pequeña interrupción de mi parte ella continuó.

—Vas a ir con tu madre y no vas a poner ningún pero, en primer lugar porque todavía eres menor de edad y yo soy tu tutora legal, así que tú—dijo apuntándome con un dedo— me obedeces. En segundo lugar porque esa mujer está bien advertida, de que si te vuelve a hacer daño de alguna forma, se las va a ver conmigo porque puedo convertirme en un jodido grano en su trasero si lo hace—una pequeña sonrisa nació en mi rostro por la mala palabra que usó (pues sabía que ni siquiera se había dado cuenta que lo dijo) y también por el amor que sentía hacia ella porque estaba segura de que era capaz de hacer todo lo que dijo—Tercero porque soy muy buena juzgando a la gente y lo sabes, y pude ver que realmente está arrepentida. No sé qué fue lo que le pasó para que cambiará su opinión sobre ti y viniera a buscarte. Aunque ella se haya comportado contigo como una total perr... SONA MALA, como una total persona mala— no pude evitar que se me escapara una pequeña risa, porque ella siempre evitaba hablar malas palabras cuando yo estaba presente, pero a decir verdad cuando creía que no podía oírla soltaba todas esas palabrotas que harían a una abuelita querer lavarle la boca con jabón. Me dió una mirada que causó que riera más fuerte, y mientras se volvía a sentar a mi lado esperó hasta que dejara de reírme y me pusiera seria otra vez entonces me tomó de las manos— Sé cómo te sientes con respecto a todo lo que está pasando y piensas que ni siquiera deberíamos estar hablando de esto, pero déjame decirte una cosa cariño; te conozco y sé que detrás de todas esas capas con las que te escondes se encuentra una pequeña y dulce niña lastimada, con heridas que todavía no sanan. Que se esconde por temor a ser dañada nuevamente, porque fue lastimada por la persona que creyó debía amarla y protegerla. Pero cariño no todo el mundo se merece ser rechazado por uno que actuó mal, mírame a mí ¿te arrepientes de haberme dejado entrar a tu vida?



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En el texto hay: familia, amor, cancion

Editado: 15.07.2018

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