Dahlia.
Claudia y Laia ya estaban dormidas, y yo, como siempre, seguía sin poder pegar ojo.
El microondas de Laia casi explotó al hacer los bizcochos en taza porque se había dejado una cuchara dentro de la taza, entonces tuvimos que hacer las palomitas en una sartén, ya que no nos fiabamos de volver a usar aquel cacharro de nuevo. Después de hacernos un maratón de las mejores películas adolescentes que existen, Clueless, Mean Girls y 10 Things I hate about you, y hacerle un concierto a Claudia entre Laia y yo, nos fuimos a acostar. Mis amigas no habían tardado ni diez minutos en dormirse y yo llevaba despierta desde entonces ya una hora y media.
Seguía dándole vueltas a muchas cosas.
A lo de mi padre.
A lo de la fiesta.
A lo del día de cementerio con Angélica, quizá debería volver a ir.
A miles de cosas. Pero, creo que había encontrado una respuesta a lo de Alan y la fiesta. Así que decidí responderle. A las dos y media de la mañana.
Dahlia
Sí que podría ir. Pero preferiría conocer a tus amigos antes.
Alan no tardó ni diez minutos en responder, que raro. ¿Él tampoco podría dormir?
Friki de las estrellas (Alias, Miller)
Claro, no hay problema ;)
¿Y ya está? ¿Tanta rayada mental para que fuese tan fácil como eso?
Quizá no debería sobrepensar tanto las cosas.
Dahlia
¿Cuándo podríais?
¿Parecería muy descarada y necesitada por preguntar tan pronto? Tampoco quería que pensase que soy una necesitada de atención.
Friki de las estrellas (Alias, Miller)
¿Mañana? Bueno técnicamente es hoy. Ya que es viernes. Ah no, que tendrás lo del karaoke.
¿Se acordaba?
Se acordaba.
¡Se acordaba!
¿Era normal estar sonriéndole al teléfono como una tonta ilusionada? Porque juraría que no, pero así estaba yo.
Pequeños gestos como aquel son los que me alegraban el día.
No lo pensé mucho antes de responder.
Dahlia
Podrían venir, si os apetece.
Les acababa de invitar a hacer planes, yo nunca hacía eso. Qué me estaba pasando de verdad. Yo no socializaba, yo no era simpática, mi círculo de personas era de tres personas. No más.
Alan Miller, ¿qué me estás haciendo?
Por supuesto nunca se lo preguntaría, pero necesitaba una respuesta antes de seguir abriéndome al mundo de nuevo.
Friki de las estrellas (Alias, Miller)
¿Sí? Pues genial, se lo digo.
Dahlia
Vale, por cierto. ¿Qué haces despierto ahora?
Friki de las estrellas (Alias, Miller)
Pues están Daniel y Robert con un videojuego y yo hablando con Eva, la novia de Robert. Noche de juego o algo así. ¿Tú?
Vale, no tenía porqué contarle que mis amigas estaban dormidas y yo con insomnio, podía resumir, ¿no?
Dahlia
Estoy con mis amigas. Fiesta de pijamas un jueves, lo normal.
Friki de las estrellas (Alias, Miller)
Claro, lo más normal, jajaja. ¿No tienes clase?
Dahlia
Sí, pero bueno se sobrevive.
Estuve un rato más hablando con él. Con él todo era mucho más fácil. Y me daba miedo. Me daba miedo ser imprudente y contarle cómo es realmente mi vida y que desaparezca, o que me juzgue y se burle al igual que Craig. Sabía que ellos dos eran diferentes, es más, no se parecían en nada. Pero aunque el escenario fuera diferente, la inseguridad seguía siendo la misma.
No podía perder a nadie más, y Alan ya estaba entrando muy hondo en mi vida como para poder echar de menos que desapareciese de ella.
𝄞☆𝄞
—¡Despierta bella durmiente! —gritó Claudia en mi oído a la que abría los ojos aturdida.
—Relájate chica, no me grites—respondí sentándome en la cama de Laia.
—Perdón, perdón.
—¿Qué hora es? —pregunté buscando mi móvil. Fruncí el ceño cuando no lo ví por ninguna parte—. ¿Y mi mó…?
No terminé la frase, porque al levantar la cabeza vi a Laia con mi móvil, la boca abierta y dando saltitos. Mierda.
—¿Va a venir Alan Miller hoy al Karaoke?
—¿Qué? ¿Alan Miller? ¿El Alan Miller que estoy pensando? —preguntó Claudia estupefacta. ¿Por qué todo el mundo sabía quién era menos yo?
—Sí.
—¿Qué me he perdido?
Laia me miró mordiéndose el labio y Claudia siguió su mirada hasta clavarla en mi. Se sentó en la cama a mi lado y me miró con expectación.
—¿Qué no me has contado?
—Es que como estabas tan ocupada con Julien…—dije levantando las mano con inocencia.
Me puso cara de ofendida y luego pasó a asesinarme con la mirada. Así que le resumí mi reencuentro con Miller en Worthing, hasta lo que había pasado hasta ahora. Luego Laia le enseñó la conversación de anoche, que había leído cuando al robarme el móvil para hacerse fotos había saltado una notificación de Alan y lo había leído “intencionadamente".
—¡Qué ganas! —exclamaron ambas aplaudiendo y yo me reí.
—Bueno, venga que vamos a llegar tarde.
—Ah es verdad que es viernes—dijo Claudia—. Ya pensaba que era sábado.
—Ya me gustaría—suspiró Laia.
—A mi no, que ahora Craig trabaja conmigo.
—Ah es verdad. Pero que pereza—se quejó Laia con un resoplido y se metió al baño.
𝄞☆𝄞
El día pasó rápido, entre clases, risas con Laia, y un inevitable nudo de nervios que me acompañó todo el tiempo. Aunque intenté distraerme, no podía dejar de pensar en lo que venía por la noche. Alan vendría al karaoke de nuevo. Y no solo eso, ¡vendría con sus amigos! ¿Qué había estado pensando cuando lo sugerí? ¿Por qué había sido tan impulsiva?