Canticos del Viento y el Ocaso

Capítulo Vientos del Crepúsculo 6

Esta es la época del Ciclo en la que una persona no debe confiarse ni distraerse, los vientos avisan la llegada del Kvallvig, la estación de Luna Eterna, trayendo consigo temperaturas cada vez más frías. Siempre hay que mantenerse abrigado para no desarrollar una de las cuatro enfermedades porque una vez que se contraen del frio pueden volverse muy contagiosas, uno de esos casos hubiera ocurrido ahora en el gran estadio. Una gran ráfaga de viento helado hizo temblar a los espectadores, más a los que estaban en la parte superior de las gradas, pero los buenos abrigos sumados al calor combinado de mil personas pudieron evitar cualquier síntoma.

A pesar de que estaba pasando por incognito de todas formas Foran no usaba mucha ropa para cubrirse el rostro, hay muchas ciudades y son muy grandes; las personas conocen la existencia de la capitán de las Ventiscas Doradas pero no su apariencia. Como mucho las características que la delatarían eran las marcas de lunas y sol en sus mejillas, aunque ahora estaban enterradas bajo maquillaje como un cadáver bajo una avalancha.

Lo que la fuerte ventisca mandó a volar fue su cabello, los mechones castaño ocre se levantaron intentando seguir el recorrido del frio, aunque sus raíces ancladas a la cabeza los detuvieron. Debido a eso por un instante su vista de la familia noble se bloqueó, se apresuró en sacarse todo el cabello y acomodárselo detrás de las orejas para que no molestara y volvió a centrarse en sus objetivos.

El tiempo pasaba, el primer finalista terminó su coreografía, se colocó en el centro e hizo una reverencia al público. Poco antes Foran notó como pasaban algunos vendedores con flores y ahora todos quienes compraron una las lanzaban con fuerza hacia la pista, los pétalos rojos teñían el azul del hielo y por un momento la vista de la capitana la engañó para ver sangre en su lugar. El recuerdo de un campo de batalla pasó por sus retinas, las decenas de cuerpos congelados y sin vida y la sangre caliente que salía de ellos congelándose sobre el lago de hielo donde fue el enfrentamiento.

Eran buenos tiempos, o al menos mejores que ahora ¿realmente lo eran?

Sacudiendo su cabeza de un lado a otro ella salió de su ensimismamiento, volvió a centrarse en la familia noble Ragnarsson y todos seguían tranquilos. Aprovechando el entretiempo varios sirvientes prepararon unas mesas y les trajeron deliciosos platillos de comida, carne asada (parecía de reno), hidromiel, entre otras cosas. Ninguno perdió tiempo en empezar a comer, o bueno uno si, el primo no parecía tener tanta hambre o estar interesado en la comida de su plato.

De repente unos sonidos llegaron a los oídos de Foran, hubieran pasado desapercibidos para cualquiera pero lograron filtrarse entre el bullicio de los espectadores para que la capitana los escuchara. Sonaba a pasos, intentando ser silenciosos sin lograrlo. En un instante la mujer clavó sus ojos verdes en aquello que estaba a su espalda, y se llevó una sorpresa al no ser lo que esperaba.

A un lado del asiento, en las escaleras, se encontraba un hombre menor a ella en estatura. Su pelo, tanto sobre como debajo de la cabeza, se volvía cada vez más canoso y usaba su gran barriga como soporte para una tabla de madera donde tenía un montón de objetos. El vendedor se asustó cuando notó la mirada asesina de Foran y retrocedió unos pasos provocando que casi se caiga, algo que hubiera pasado si la mujer no se paraba para agarrarlo del brazo.

–Lo siento, lo confundí con alguien más.

–No se preocupe señora, me pasa seguido –contestó el hombre aun con atisbos de miedo, por las arrugas de su rostro parecía que estaba por entrar en la vejez. Que suerte por él, cuando un hombre se deja una larga barba y esta se vuelve blanca como su pelo son símbolos de gran atractivo, sumado a una panza inflada; y esos rasgos siempre suelen venir acompañados de personalidades muy amigables.

El vendedor se recompuso y Foran observó todos los objetos que vendía. En su mayoría eran pequeños tallados de madera, podrían entrar con facilidad en una mano, y tenían agujeritos para colgarlos en las bufandas o en la ropa. –¿Usted los hizo? –preguntó la mujer.

El susto que le quedó al vendedor iba a hacer que pasara de largo de intentar venderle algo, pero la capitana se sintió un poco mal por confundirse y también quería comprarle un regalo a Gavi, así que podría tener un 2x1 al comprarle al hombre. –Así es –contestó algo nervioso.

La mujer observó con mayor detenimiento cada uno, quería asegurarse del correcto. –Me gustaría llevarme ese. –Señaló con su uña blanca una flor de madera, a su novia le encantan las flores y esa estaba tallada con una gran precisión y lujo de detalles.

Sacando una bolsa de tela de su delantal el vendedor la guardó allí y la mujer le entregó las monedas de plata correspondientes. Cuando ambos se despidieron Foran volvió a disculparse y el hombre siguió bajando las escaleras y ofreciendo sus productos a todos con los que se cruzara.

Unas trompetas volvieron a sonar provocando que todos los presentes quedaran en silencio, el segundo finalista estaba por iniciar su coreografía en la pista de hielo.

-----O-----

En las gradas opuestas a donde se encontraba la familia real fue donde se reunieron las chicas, en la parte más alta y con menos espectadores para que no hubiera mucho ruido y molestias. La última en llegar fue su líder ya que era quien más lejos se encontraba y tenía que atravesar más personas, las otras tres mujeres solo estaban charlando de un tema aleatorio hasta que vieron a Foran acercarse y se pusieron más serias.

Para su suerte el ruido genera del estadio se había reducido en más de la mitad, la razón era simple. Cada uno de los tres finalistas ya había hecho su presentación y ahora estaban reunidos de pie en medio de la pista, en frente de ellos el representante de los jueces leía el resultado de la suma de las calificaciones de cada uno para determinar los puestos.




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