Canticos del Viento y el Ocaso

Capítulo 26: Festival de Estrellas Caídas/Luna Eterna

Hoy era el momento, el ultimo soplo en que el sol se alzaría y luego la luna reinaría.

Cada soplo se volvía más frio que el anterior, y ya no solo en lo que respecta a la brisa nocturna sino en todo momento. Las personas como el noble eran quien mejor podía notar esto, nacían con esa cualidad innata para detectar y comprender el calor de personas y objetos por igual. Debido a sus habilidades podían sobrevivir con mucha más facilidad que los otros a esta estación del ciclo, aun así, en esta ocasión Hakon no había absorbido nada de calor para dormir y de todas formas sentía una cantidad extra envolviendo su cuerpo al momento de despertarse.

Hakon estaba durmiendo de costado, con su cuerpo y rostro en dirección al interior de la casa. Al abrir sus parpados se topó con sus dos manos por delante, pero también se llevó una sorpresa al ver una tercera mano, esta de era de color gris y el brazo al que estaba conectado no salía del humano sino que bordeaba su cuerpo por arriba. Era la razón por la que estaba recibiendo un cálido calor extra, era Kari.

<¿Otra vez?> pensó el noble <Desde el soplo en el que se lastimó intentando subir el árbol que está haciendo esto> recordó <Bueno, debe ser también porque él sufre mucho más el frio de la estación> lo justificó y se preparó para levantarse. Lento y con cuidado movió su cuerpo para la derecha y terminó boca arriba, en las primeras veces que el campesino hizo esto un ligero movimiento de su cuerpo era suficiente para que sacara el brazo.

No obstante, cada vez eso funcionaba menos, Kari, en lo profundo de su sueño no daba la impresión de que iba a moverse. Así que tuvo que hacerlo Hakon, ya que tenía el pecho para arriba y el brazo sobre él tuvo que girarse para la izquierda de tal forma que el brazo del campesino cayera para la cama. En todo momento lo hizo con el cuidado de no ser tan brusco como para que Kari se despertara, a pesar de que le parecía raro que no lo hubiera hecho ya de todas formas.

Una vez que el noble pudo librarse del agarre, hizo las sábanas a un costado y se levantó de la cama para observar a quienes dormían en ella <Se supone que tiene los sentidos mejor desarrollados que yo, que tiene un sueño muy ligero. Y aun así duerme muy profundamente ahora comparado a antes, me pregunto qué cambió>.

Otros sonidos llamaron su atención, no era el campesino despertándose sino que se trataba del gran lobo blanco y gris acostado en los pies. Aunque una cosa llevaba a la otra, Magnus abrió su boca lo más que pudo y sacó la lengua para estirarla, estiró sus patas a lo largo aprovechando el vacío del cuerpo de Hakon en la cama y por último se puso de pie.

A la par el noble fue a buscar un jarrón con agua para ponerla a hervir en una tetera sobre la fogata. Mientras lo hacía pudo notar el accionar del lobo que ya era rutina, caminó con sus cuatro patas por el costado de la cama hasta llegar a la altura de la cabeza y liberando otra vez su lengua la pasó completa por la cara del campesino.

Eso siempre le parecía algo chistoso a Hakon y debía contener una risa, casi al instante Kari se despertó y detuvo con su mano al lobo para que no le diera otra. Sus ojos algo entreabiertos lograron distinguir al humano rubio de pie. –Hakon ve a abrirle –balbuceó intentando volver a dormir.

–Estoy preparando el desayuno –contestó el otro yendo a buscar el pan guardado para cortarlo y calentarlo en el fuego–. Tendrás que ir tú. –Claro que el campesino no lo escuchó porque volvió a dormirse muy rápido, pero nada que otra lamida de Magnus en la parte trasera de su cuello no arreglara.

El campesino no tenía un mal reloj interno, se despertaba temprano. Solo que comparado con los demás terminaba siendo el último en abrir los ojos: el primero era el noble, el segundo el lobo y en tercer lugar debería estar la anciana; solo que mientras más pasaba el tiempo ella iba despertándose cada vez un poco más tarde. Aunque ahora usaba como señal para despertar el silbido de la pava cuando hierve el agua que colocó Hakon.

Con un poco de mala gana Kari se levantó para ir y abrirle la puerta a Magnus para que saliera, ese pequeño momento fue suficiente para que una gran cantidad de viento helado entrara hacia toda la casa de por si fría. El noble exhaló aire de su boca y notó como se formaba una nube así que absorbió el calor de una piedra cerca de la fogata para contrarrestarlo. A su vez el frio se adentró en Kari, su abrigada pijama era suficiente para que no se le congelaran los huesos pero el frio era tanto que terminó de despertarse de golpe y fue directo a sentarse cerca del fuego.

–Hoy a la brisa nocturna colocamos las Destellasol en la casa –dijo viendo como el noble cortaba el queso en la mesa.

–Claro que si ¿antes o después de que regresemos?

–No sé, creo que después no habría problemas.

El noble notó como los dientes del campesino castañeaban mientras estaba sentado y el vapor salía de su boca cuando hablaba. –¿Quieres algo de calor? –preguntó Hakon acercándose un poco a él. Al principio parecía que el otro iba a negarse pero el frio en su cuerpo terminó por ganarle y asintió con la cabeza, el noble no tuvo problemas en acercarle una mano para apoyarla en su brazo y pasarle parte del calor adquirido. A Hakon le gustó mucho notar como el movimiento de los dientes y los pequeños temblores del cuerpo del alvinter desaparecían.

Poco después fue que la tetera comenzó a silbar, tomando un trapo enrollado el noble la sacó de la fogata para servirle en tres tazas para preparar sus respectivas infusiones. Casi al mismo tiempo pudo escuchar unos sonidos del cuarto de la casa, la anciana ya se había despertado. Para cuando ella se terminó de arreglar y preparar salió a tiempo para desayunar con el campesino y el noble.

Le costaba moverse más que antes así que se ayudaba en el bastón que hicieron originalmente para Hakon cuando este estaba herido. El noble sabía de primera mano lo que podía llegar a ser tener problemas para caminar, así que cuando la anciana atravesó el pelaje de yeti que funciona como puerta él fue a ayudarla para que llegara a la mesa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.