Canto fúnebre de un alma viva

La oscuridad de un corazón puro pintado de negro.

Toma mi mano, condúceme por los pasillos sombríos de este castillo olvidado.

Te seguiré, aún con los ojos cerrados.

Guíame y convirtámonos en ofrenda, seamos sacrificio.

Te esperaré en el infierno si prometes que regresarás por mi.

Dormiré dentro de este ataúd, abrazando nuestros secretos para darme valentía, y nuestros recuerdos para no morir de frío.

Solo dime que vendrás...

Ve... Pero no tardes. Este lugar se cubrirá de polvo, y se borrarán tus huellas. Podrías perder el camino... y olvidar que alguna vez juraste volver.

Ve, y corre. Que la noche se avecina. Podría llenarse de sombra este corazón, y ya no hallarás lugar donde quedarte.

Ve, pero regresa. Por qué mis lágrimas caen sobre la pintura negra de este lugar, y manchan mi corazón con ella.

Corre... que aún te espero.

Aunque el frío ya me alcanza

Y mi corazón ha comenzado a olvidar cómo latir por ti.

Ve, y ya no mires atrás... No mires que ya no estaré ahí.




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