Cantos en las noches del pantano

3

 Es cierto que no lo quería creer. Son leyendas que cuentan para asustar a las personas o es eso lo que yo pensaba. Uno no tiene por qué creer en todo lo que dicen, pero hay cosas increíbles que a veces terminan siendo verdad.

 Yo soy un leñador de un pueblo bastante apartado de todo. Un amigo que también es leñador nos contó una leyenda sobre el canto de un espíritu de mujer que aparece en un pantano en el bosque. 
 Nos dijo que esa historia se la contó doña dolores, yo pensé <<otra historia de viejas>> no le hice caso y hasta me reí de él. 
 Pensé que sólo estaba triste porque su amigo apareció muerto. Después escuché que él se mudó del pueblo.

 Hubo muchas desapariciones misteriosas en ese tiempo y nadie podía explicar realmente las causas. Hay quienes decían que son personas que querían abandonar a sus familias y se iban de pueblo sin decir nada, otros que se perdían en lo más profundo del bosque, como siempre, los rumores de la gente. 
 Yo seguía trabajando como si nada, no escuchaba cantos y me sabía perfectamente el bosque así que nunca me perdería, aunque tampoco llegaba tan lejos, sólo iba a cortar madera. 
 Un día cuando estaba trabajando como siempre, me resbalé en un pequeño barranco y terminé con el tobillo adolorido, tanto que no podía caminar y menos llevando tanta leña. 
 Entonces decidí descansar un rato hasta que se me pasara el dolor. 
 Ya se estaba haciendo de noche, todo se había vuelto oscuro y en ese momento lo escuché, un canto de mujer. 
 Los vellos de los brazos se me erizaron, el corazón se me aceleraba y no sabía qué hacer. Decidí pararme e irme. 
 No soy creyente de las leyendas, pero más vale prevenir que lamentar. Pero el tobillo todavía me dolía, podía moverme, aunque cojeando. 
 Empecé a sentir algo extraño, como si ese canto me estuviera llamando sólo a mí y caminé hacía esa dirección hasta que tropecé con la raíz de un árbol que sobresalía del piso y el tobillo me latió tanto que pegué un grito, por suerte no había nadie cerca porque sería una vergüenza. 
 Cuando volví en sí, no tenía ni idea porque me dirigía hacia aquella voz y me regresé de inmediato a donde estaba mi carreta con la leña. 
 Salí del bosque lo más rápido que pude, aguantando el fuerte dolor que tenía en mi tobillo.

 Después de eso no me he quedado en el bosque tan tarde. Mucho antes que oscurezca procuro regresar a mi casa. 
 Pero he estado soñando con una mujer en un pantano y recordé lo que aquel amigo me había contado. Si todo lo que me dijo es verdad entonces yo estoy metido en un verdadero problema, fue lo que pensé.
 Los días pasaron y las pesadillas continuaban a pesar de que jamás había visto el pantano ni a esa mujer, pero los veo tan claros en mis sueños que parecen como si fuera realidad.
 Me levanté asustado y tembloroso, tanto así que no tenía ganas de ir al bosque, pero el dinero me hace mucha falta y no tuve otro remedio que ir. Eran las ocho y veinticinco de la mañana, con unos compañeros estábamos en el bosque cortando ramas, yo lo hacía muy rápido para poder salir de allí lo antes posible, pero algo extraño pasó, fue como si se me nublara la mente y hubiera estado inconsciente de alguna forma porque al darme cuenta estaba en un lugar donde nunca he estado pero que sabía perfectamente como era ya que lo había visto incontables veces en mis sueños. 
 Traté de moverme, pero mi cuerpo no respondía y pude escuchar el canto de una mujer, sentí un escalofrío que me recorrió todo, quería huir, correr, desaparecer. Estaba seguro que si no fuera porque no podía moverme yo ya estaría tirado en el suelo desmayado. 
 En ese momento vi como el agua del pantano temblaba y poco a poco se veía alguien que salía directo de ahí, una mujer pálida con el cabello negro muy largo. 
 Toda la poca valentía que me quedaba desapareció en ese mismo instante y por un momento pensé que iba a morir. 
 Fue un shock muy grande ver como la mujer me pedía que me acercara mientras cantaba y yo como muy idiota iba caminando muy lentamente en contra de mi voluntad, pero escuché unos gritos, unas voces que me llamaban y al darme cuenta salí de ese trance en que estaba y pude moverme. 
 Todo el pantano había desaparecido al igual que esa mujer, al salir de allí me encontré con mis compañeros que me andaban buscando ya que según ellos desaparecí de repente hace horas. 
 Llegué a mi casa agotado e impactado por lo que me había ocurrido así que no me acerqué al bosque en varios días, pero las horribles pesadillas continuaban. 
 Ya no me provocaba dormir, estaba pálido y con unas ojeras tan grandes que parecía un muerto. No comía y sentía que me estaba llevando el diablo por lo flaco que me encontraba.

 Los días pasaron y cada vez estaba peor hay quienes decían que había sido poseído así que decidí ir a donde un brujo muy conocido en el pueblo. Fui a su casa y era bastante extraña, con objetos raros y tenebrosos. Hable con él, un tipo bastante alto y con unos grandes y largos collares, mejor no opino mucho sobre su aspecto, pero era muy escalofriante. 
 Le conté todo lo que me ha sucedido y él me comprendió bastante bien porque al parecer ya ha habido muchos casos. 
 Lo que entendí es que había sido hechizado o maldito por el espíritu de esa mujer que encanta a los leñadores (que son los únicos que se acercan al bosque) con su canto. Me dijo que me colocara de rodillas sin camisa mientras él decía unas especies de oraciones o cantos que no entendía nada y me pasaba unas ramas por el cuerpo. 
 En ese momento pensé que ese señor estaba loco y más loco yo que se me había ocurrido ir a verlo, pero tenía algo de esperanza de que me ayudara. Pase días asistiendo a su casa y hacía siempre lo mismo, él decía que era para quitar la maldición que tenía encima.
 Me quedé sin dinero pagándole al brujo, pero las pesadillas y esa sensación tan extraña que tenía hacía el bosque desaparecieron. 
 Ya podía dormir, comer y luego de unos meses regresé nuevamente al bosque, quería estar seguro que ya estaba bien y tenía que seguir trabajando buscando leña porque necesitaba con urgencia el dinero. Por suerte no me sucedió nada. 
 Desde ese tiempo han pasado más de un año, pero no he podido olvidarlo y mucho menos cuando voy al bosque, pero ahora ni porque tuviera la pierna rota me quedaría en el bosque de noche porque volvería a hechizarme el espíritu de esa mujer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.