Capítulo 10
Leonis
El reloj marco las 10 de la mañana y me di cuenta que tenía que afrontar lo que había estado evitando. Me vestí sabiendo que me habían dejado solo en la casa hace horas y Emily recorría algún lugar en la ciudad. Ayer me había enfrentado y obligado a prometer que Alexis se enteraría de todo. Mi necia hermana menor había nacido con la suerte de la muerte rondándola. Desde niña siempre había sido más hábil que yo, eso preocupo a mis padres. El deber era ser dos recipientes equitativos ni más ni menos o eso era lo que repetían cual secta cada vez que preguntaba porque ella no podía liberarlo.
Lexi le habían dado la pulsera de diamantes y la llevaba encantada sin saber lo que significaba, “problemática y descontrolada” o eso es lo que me decían. No entendía ni nunca quise saber para no ser parte de esa injusticia. Era mi hermana y sabía que enloquecería al saberlo todo.
Estacione el audi al frente de la moderna casa que ya no soportaba y abrí la puerta. La evalué, muchas cosas habían cambiado desde que me fui y como no hacerlo si ella se había desmoronado en estas paredes. Me sentía mal por no responder ni uno de los mensajes donde escuche a mi fuerte hermana romperse. Fue egoísta al no entender que no solo yo perdí a mis padres y no solo yo sangraba por el dolor. Mande alguien más a afrontar lo que me tocaba y no sabía cuánto le habían dicho sobre lo que éramos.
El olor de la angustia y rabia se quedó en la madera y era repulsivo caminar y oler los sentimientos de soledad incrustados por meses en la casa. Ella se sentía sola, no quería vivir.
Me canse Leo, intente afrontar todo pero el pavor inundo mi corazón al estar completamente sola en esta vida que nunca me gusto. Intente seguir siendo fuerte por los dos, intente alejar el dolor pero volvía con más fuerza y me hizo caer de rodillas hasta hacerme imposible el levantarme. Amo a mi familia y siempre la amare por eso creo que es tiempo de que vaya con ellos. Perdón por romper nuestra promesa esta vez soy yo quien va dejarte. Te amo hermano y siempre serás mí otra mitad.
Ese mensaje había roto mi corazón y aun así no fui lo suficiente valiente para volver y apoyar a mi hermana.
Dijiste que con el tiempo lo superaría y ya va 1 mes, no puedo cerrar los ojos porque los veo cerca de mí. Estoy enloqueciendo Leonis no quiero vivir sin ellos. No puedo. Me duele me duele demasiado que con su muerte te perdí a ti también. Prometiste cuidarme y nunca dejarme sola y te vas luego de su entierro. Te odio por no apoyarme y abandonarme aquí, sabias que te seguiría hasta el desierto y eso que odio el calor. Por favor vuelve hermano te necesito. Vuelve a mí y sé que juntos podremos superarlo.
Te odio, si algún día vuelves no encontraras más que un cadáver. Te olvidare como tú lo hiciste conmigo. Ya me di cuenta que no me querías.
Después de ese mensaje no recibí ni una sola noticia por su parte.
–Hueles a dolor –su voz entre grave y dulce me saco de mis recuerdos.
Camine hacia la ventana y trepe hasta fuera acomodándome a su lado, estaba en posición fetal a metros de mí su mirada perdida en el patio. Su cabello estaba más largo y tenía visibles ojeras bajo sus ojos acuosos, estiro sus piernas quedando en el aire y vi su cuerpo normalmente esbelto demacrado. Puse mi mano en su pierna pero la quito rápidamente.
–No me toques –espeto molesta – No ahora
–Lo siento
–¿Qué sientes? –voltio a verme fijando sus ojos juzgones en mi –¿Dejarme ahogar en mi propia mierda por meses? ¿Qué no te importara su muerte y te fuiste a ligar en el caribe?
–Lexi…
–No-me interrumpió – No me llenes de disculpas y pretextos cuando sabes que tengo razón-bajo la mirada pero las furia bruta en sus ojos no disminuyo – Me dejaste caer al vacío cuando sabes que yo nunca lo haría, siempre fuiste mi prioridad, mi hermano, mejor amigo, compañero de travesuras y me dejaste morir no solo espiritualmente sino… –suspiro sus pequeños labios templaron y el olor salado inundo el aire – Enserio morí esa noche-fruncí el ceño al no entender –No pude con el dolor y acabe con mi vida el 25 de Agosto –sollozo esto último – No estuviste… nunca estuviste
El último mensaje fue ese día y su cumpleaños también.
–Zac
–También estaba en ese carro ¿no lo recuerdas?
Lo había olvidado y se sentía más culpable por eso.
–No lo recuerdas lo sé, él no era importante para ti pero también lo perdí ese día y eso me consumía te necesitaba hermano y no lo consideraste así que me quería ir de aquí pero desperté un día después sin entenderlo. Viva y más rota que de costumbre.
–El dolor se hizo soportable con el paso de los días y esto creció en mí ayudándome a seguir, me ayude yo sola después de caer al abismo cuando vi que nadie lo haría por mí, sola cruce ese limbo porque lo que más amo me dejo y tan estúpida como siempre creí que la muerte acabaría todo.–ella continúo – Viví porque sabía que tú tampoco podías soportar perderme a mí y yo no sería tan egoísta como tú y dejarte solo en este maldito mundo
Las lágrimas seguían deslizándose por su rostro aniñado y todo se rompió en mí, la acompañe en silencio mientras seguí desahogándose. Había ocasionado la muerte de mi hermanita.
–Me sentía deshecha e inservible como un cuerpo sin alma pero lo intente y salía flote
–Sé que mis palabras no arreglaran todo pero quizás te alivien un poco, dices que tú te sentías como la mierda pues yo lo soy por no darme cuenta de lo mal que estabas y no apoyarte – me sincere – Nunca imagine que te perdería y ahora que fue una posibilidad el agujero en mi pecho crece, eres mi todo Lex. Sonreí, reí e hice todo tras de ti y por ti por eso es inhumano imaginar mi vida si no estuvieras junto a mí. Regañándome y burlándote de mí como haces desde que tengo memoria. Fui un egoísta y no habrá un día en que me arrepienta por solo pensar en mí y no tu dolor.
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Editado: 30.08.2021