Caos

17

Capítulo 17

Alexis

Era aburrido estar aquí.

Leo lo sabía Emily también y todos los que se encontraban en esta casa, me puse mis botas ignorando el dolor en mis músculos y camine escaleras abajo peinando mi cabello con los dedos, los risos rubios caían por mi espalda llegando casi hasta mi trasero. Rodé los ojos al recordar lo que hice hace unas horas, que me hizo dormir un par de horas más y no pude evitar dejar salir una pequeña sonrisa.

–Hola amor mío–exclame feliz al ver la cabellera roja en la cocina.

–Alexis Hellmoon–me sonrió.

Seguí mi camino a la nevera escuchando el resonar de los tacones contra la madera, metí la cara al abrir la puerta buscando algo con que alimentarme, como siempre nada interesante. Lleve mi mano a una botella de jugo  le tome cerrándola y encaminándome a uno de los taburetes.

–Te dejaron algo hace un rato–fruncí el ceño luchando con la tapa de la botella.

– ¿Qué? –pregunte con curiosidad.

–¿Una carta? –respondió también con curiosidad.

Se movió por la cocina y saco un sobre tendiéndomelo rápidamente lo agarre entre mis manos.

– ¿Esto? –pregunte con el doble de curiosidad. Parecíamos pequeñas niñas.

–No Alexis, te lo doy porque me provoco hacerte perder el tiempo–respondió irónica.

–Que mal humor, Em–abrí el sobre esculcando el interior.

Tome la pequeña cartulina entre mis dedos y la puse frente a mi cara para que Emily no viera lo que decía.

– ¿Qué dice Micah? –la baje lo suficiente para verla.

Hola Diosa rubia supongo que debes preguntarte donde estaba todos estos días ¿no?

Pues tus deseos son ordenes, preciosa y te llevare a mi lugar secreto.

El interés creció el doble y deje de leer cuando mi amiga me estremeció para que le prestara atención.

–¿Ah? –pregunte sonriente.

–La que debería preguntar por el humor soy yo ¿sabes? –inquirió.

–Aja–asentí y volví a concentrarme en la nota.

No creo que duermas mucho así que a las 11 am pasare por ti para que tus dudas se dispersen.

No le hagas caso a las cosas que dice mi hermano de mí, date el tiempo de juzgar tu misma.

                                                                                                                                  Micah

PD.Espero que no te moleste lo que te muestre. Y no le digas a nadie ¿ok?

Solo dice que me llevara a un lugar-mentí a medias  tomando un sorbo de mi jugo

–¿Quieres sangre de Dim o Micah?

–¿Ah? –dije sin entender.

–Micah te dejo sangre en la mañana  y Dimus anoche antes de irse. Y deja de responderme con monosílabas sabes que…

–Lo odias. Micah tiene mejor sabor–interrumpí tamborileando mis puntiagudas uñas en el mesón.

–Como amiga quiero preguntarte pero como prima no quiero imaginar-se movió por la cocina sacando un termo y un vaso–E ignorare que te pedí algo y no lo hiciste porque eso te hizo feliz pero Micah es peligroso–reprocho sirviendo el líquido rojizo.

–No te pediré disculpas y lo sabes–asintió y tome el vaso–Bien, yo se manejarlo y exactamente como dijiste el me hizo un poco feliz en toda esta mierda se lidiar con el peligro muy bien y Zac es el ejemplo.

–El murió

–Este no lo hará–apreté mis labios mirando el espeso liquido en el vaso– Micah no le pasara lo que le paso a Zac ¿está bien?

Zac era un pasado doloroso en mi vida y ella lo sabía. Me levante alejándome de ella que me llamo repetidas veces cuando noto que lo que dijo me dolió. Por qué claro era algo para celebrar que comparara a quien me llamaba la atención con mi ex novio muerto.

 

El resto de la hora pase intentando crear el maldito escudo hasta que lo logre una de la parte de tus dones es infundir paz, tu toque da tranquilidad  y puede ayudar. Lo comprobé con la persona frente a mí.

–Saldré un momento gatita–escuche la voz de mi hermano acercándose–¿Está bien? –dijo entrando.

Escaneo la habitación por un momento y me sonrió antes de volver a irse.

–Enserio amo tu don–exclame en un susurro.

Si envuelves la habitación donde estas no te pueden escuchar me dijo Lauren hace 2 días cuando me queje de eso. Sus dones no servían para eso pero podía cambiar a todo ser de la tierra y camuflarse entre los paisajes y objetos. Para mí era una bendición aunque ellas amaban ver mis manos brillar y mover esa pequeña luz por todos lados sobre todo Hailee. Por eso hoy está frente a mí.

–Puedes hacerlo ¿sabes? –asentí cuando su mano toco la mía y su poder me examino.

Sus ojos se volvieron blancos y mi cuerpo brillo dentro de mí, me podía ver fuera de mi cuerpo y todo lo que me rodeaba como si fuera externa a la situación. Toque su hombro cuando pequeñas gotas rojas salieron de sus ojos y mis ojos respondieron también poniéndose completamente blancos. Se estremeció y sus ojos verdes escanearon el lugar antes de encontrarme atrás de ella.

–Alexis

Exclamo sin soltar mi mano y me examino por lo que yo decidí hacerlo también, mi ropa era diferente y mi cabello más cortó. Era ajena a la situación me di cuenta.

–Esta no eres tu ¿o sí? –sonreí maliciosamente.

–O claro que lo soy–solté encogiéndome de hombros–Solo que un mejor versión.

–Déjala salir

–¿Para qué? Si tiene miedo de ellos

–Dale sus recuerdos y podrá manejarlos

–¿O si no que? Me aburro aquí adentro sabes

–Enséñala y veras

–Bueno…

Deje de tocarla y me sentí desaparecer hasta que sentí la pequeña mano soltar la mía. Me sonrió y limpio las lágrimas de su rostro.

–Inténtalo ahora–dijo y cerré los ojos y pude ver todo sin mirar necesariamente.

La vi parada frente a mí y toque su rostro su pulso se estabilizo cayendo e un estado de tranquilidad antes de cerrar los ojos y caer. Abrí los ojos y seguí parada frente a mí mirando a la pared sin mirar necesariamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.