Salvando Vidas

Capitulo VII

Bella

Me sorprendió mucho ver a Daemon en el lugar que creí que solo yo conocía y mas saber que con él fue que choque aquella vez en la universidad. Sin duda alguna Daemon es un chico muy atractivo, lo que me atrae mas de él son sus tatuajes, los cuales son muchos, tienes casi todo el cuerpo tatuado o al menos eso creo aun no lo he visto desnudo y no puedo comprobar nada.

¿Aun? Así que piensas verlo desnudo, eh.

No quise decir eso, solo que no se si tienes todo el cuerpo tatuado. Volviendo al punto, Daemon se ve como un chico que no se hacer tatuajes por gusto, mas bien creo el cada linea trazada en su atlético cuerpo tiene un significado.

Lo que le dije hace un momento es cierto, no le tengo miedo, al contrario, tengo cierta curiosidad hacia él. Algo me dice que Daemon es una de esas personas que ocultan cosas.

Después de que Daemon se fue dure un rato mas mirando la laguna para luego emprender mi camino hacia casa. En el transcurso se me ocurrió una idea de como convencer a Daemon de que no le temo en lo mas mínimo.

Llegué a casa y me fui directo a mi habitación, no sin antes pasas por la cocina y comer algo, moría de hambre. Terminando de comer mi teléfono sonó, deslizo la pantalla iluminada para desbloquearlo y es un mensaje de Will. Lo abro y lo leo.

Will: Estoy afuera de tu casa ¿Puedes salir un minuto?

No le respondí y fui a la puerta que daba con la salida, la abrí y en efecto, ahí estaba Will. Lucia super lindo con ropa casual ya que siempre lo veo con ropa de entrenamiento. Él se encontraba de espaldas por lo que carraspeé mi garganta para que notara mi presencia lo cual hizo.

—Hola Bella—saludó.

—¿Que haces aquí Will?—cuestioné de una vez.

—Vine a disculparme Bella.

Okey eso no me lo espere o bueno... si. Will siempre ha sido muy caballeroso.

—¿Por qué?

—Por ser un completo idiota.

No estoy molesta con Will, estoy molesta conmigo misma por darme alas donde no las hay.

—Okey Will, te perd...

No había terminado de completar la frase cuando Will unió sus labios a los míos. Al principio me quede quieta por lo sorprendida que estaba pero luego comencé a seguirle el beso. Su beso era delicado, dulce y suave. Era ese beso con que cualquier chica se moriría, sin embargo eso conmigo no paso. Will se separo de mi y sonrió y yo le correspondí esa sonrisa.

—Wow, Bella eso fue increíble—solo asentí, no podía articular ninguna palabra.

—Te-tengo...que entrar—logré decir.

Will me dio un beso casto en los labios, me dio las buenas noches y se fue.

Entre a la casa y recosté mi espalda a la puerta soltando una gran bocanada de aire.¿Que acaba de suceder? Will me besó pero... no sentí nada. Hablo de esas supuestas mariposas que sienten cuando son besadas por el chico que les gusta. Yo no sentí nada de eso, absolutamente nada. Estoy muy confundida.

Fui a mi habitación, me duché y me metí a la cama.

***

—Creo que es una locura lo que harás Bella—dijo Amelia

—Es hora de que alguien le demuestre que no nos puede tratar como a él le venga en gana.

El timbre sonó, me dirigí a la cafetería literalmente corriendo para llegar antes que Daemon. Llegué y me alivie al no verlo por ningún lado, ya se encontraban algunos estudiantes allí, sin embargo no me importó, me senté en la dichosa mesa azul, mesa de la cual ninguno miraba por un estúpido temor que todos sienten hacia Daemon, Dios Negro o como sea que lo llamen. Algunos me miraban, otros murmuraban cosas entre ellos, pero como dije antes, no me importa. Los minutos pasaban y Daemon no se dignaba a aparecer, esperaría unos minutos mas y si no llegaba me iría, poco rato después sentí una mirada detrás de mi, se que todos me miraban pero no como sentía esa mirada. En ese momento entendí esa frase de que si las miradas mataran, porque les juro que en ese momento ya me sentía a tres metros bajo tierra. Supe de quien se trataba cuando lo tuve frente a mi.

—Hola Dios Negro—salude sarcástica.

—Sabes muy bien que no puedes sentarte ahí—espetó y su mandíbula se tensó—¿Que haces aquí?

Tu puedes Bella.

—Preguntaste si te tenia miedo y mi respuesta fue un no—hice énfasis en la ultima silaba—y te lo estoy demostrando—me puse de pie y lo mire fijamente. Bajé la mirada por un momento y note que sus manos se volvieron puños y sus nudillos se volvían blancos por la fuerza que ejercía.

Okey, hasta aquí iba todo bien.

—No tientes al demonio Miller—masculló.

—Siempre me ha gustado hacerlo Stein—dí media vuelta y me fui.

¡Lo hice! ¡De verdad lo hice!

Acabo de retar a Daemon Stein, no creí lograrlo. No porque no creyera en mi o le tuviera miedo, él no me asusta en lo absoluto y creo en mi mas que a nadie, si no mas bien creí que él me pondría en mi lugar o algo. Esto que acaba de pasar es muy satisfactorio y que lo hiciera yo, una chica, muchos mas. Saqué mi teléfono del bolsillo trasero del pantalón y marqué el numero de Amelia. Tenia que hablar con ella de lo sucedido hace rato y al tercer tono me atiende.

—¿Bella lo hiciste?—su tono de voz sonaba preocupado.

—¡Si!—chillé—todo salio bien.

—Por un momento pensé que te mataría ahí mismo por retarlo—reí.

Gire mi cabeza y vi que Daemon venia hacia mi. No estaba lista para volverlo a enfrentar. Tenia que huir, sé que parecería cobarde haciendo tal cosa, pero no tenia nada planeado si esto pasaba, así que no iba a arriesgar a que cagara mis planes.

—Amelia, me tengo que ir, hablamos luego—colgué y me fui a paso apresurado, por suerte no me siguió, lo perdí de vista después de que le colgué a Amelia. Fui a mi siguiente y ultima clase. Todo fue normal, no hubo nada raro, solo algunos me miraban y murmuraban cosas, pero nada de que preocuparme y darle importancia. Hoy no tenia entrenamiento en la academia y agradecida por eso, no sabia con que cara iba a mirar a Will después del beso. Amelia me dijo que la acompañara al centro comercial pero no me apetecía y me negué, prefería estar en casa leyendo o entrenando en el gimnasio que se encontraba allí mismo. Opté por hacer esta ultima.