Caos

III. Mi manera de escapar.

¿Es acaso mi culpa que todo esto sucediera? Qué tonta soy, obvio que es mi culpa ¿Si no, quién?

No sé cuanto tiempo llevo de pie junto al joven que salvó mi vida, sí salvó mi vida, pero no mi alma, esa está pérdida desde hace mucho tiempo y no tuve tiempo de buscarla. 

No intento levantar la mirada, estoy lejos del puente, al final se decidió que era muy peligroso para mí, pero no se tomó algo en cuenta, no me alejaron de mí misma, soy más peligrosa que cualquier otro puente. 

— ¿Quieres que le hable a tus padres? — Me pregunta el joven, del cual aún no conozco el nombre. 

De inmediato niego, si mamá o papá se enteran de lo que estuve a punto de hacer, ellos mismos me lanzarían del puente.

— Gracias por haber impedido que cometiera una locura — le digo al joven — quisiera conocer tu nombre para poder agradecerte como se debe — susurro con cierta vergüenza. 

La verdad es que no estoy agradecida, en cierta parte me hizo darme cuenta de mi error, pero también me privó de mi decisión, una de la cual yo debería ser dueña. 

Ya no quiero vivir, ya no quiero estar en este mundo de porquería ¿Por qué razón debería luchar? ¿Por qué debo seguir de pie? No lo entiendo y nunca lo enteré, ¿Por qué las personas se aferran a algo que no tiene solución? En este caso, mi vida.

— Alessandro Ábaco Diani, ese es mi nombre y mis apellidos, por si algún día quieres buscarme. 

Asiento y susurro un “Gracias” con intención de irme, me doy media vuelta y dejo a Alessandro ahí. Pero parece que este no tiene la misma intensión que yo, porque me toma del brazo impidiendo que me vaya, mi cuerpo se tensa.

Dios mío ¿Qué hará ahora?

Él parece sentir mi nerviosismo, porque suelta mi mano de inmediato y da unos pasos hacia atrás. 

— Lo siento — dice rascando su nuca — solo que yo también quería conocer tu nombre.

— Aisha — es todo lo que digo. 

Me doy media vuelta y me voy, no quiero volver a poner el ojo en este lugar, no sabiendo que pensaré todo el tiempo en mi intento fallido de acabarme. 

¿Por qué, por qué no soy buena ni para acabar con mi vida? ¿Mamá tiene razón y soy un fracaso?

Corro hacia casa y por primera vez en mi puta y miserable vida, soy capaz de retener las lágrimas que me amenazan, como siempre. 

Por Dios, qué cobarde soy ¿Por qué no salté desde antes? Todo hubiera acabado en ese mismo instante. Pero no, yo tengo que sobre pensar todo, como siempre. 

Al llegar a casa, lo veo. Toda la fachada de casa familiar perfecta. Allí está, persiguiéndome como fantasma persigue a su víctima, como pasado tormentoso a víctima. 

M escapo por la venta de mi habitación y tal como lo pensé, nadie se dio cuenta de mi ausencia, como siempre. Claro, como si le importara a alguien. 

Con la ansiedad latente en mi cuerpo recorro toda la habitación, sintiéndome culpable por lo que voy a hacer, juro que ya no lo aguanto. 

Intenté ser fuerte por todos, pero más por mi hermana menor, porque ella me necesita en su vida, pero estoy segura de que ella preferiría tenerme muerta a tenerme de esta manera tan autodestructiva. Me odio, eso lo puedo jurar. 

Me odio con todas las ganas de que una persona puede odiar a otra, pero en mi caso, me odio a mí misma, me odio mucho, demasiado, quizá. ¿Es acaso algo lógico eso?

No quiero llegar a los vicios que una vez dejé de lado, pero ya no lo soporto, necesito sentir otro tipo de dolor, además del emocional o no estaré bien nunca. 

Cuando por fin encuentro lo que tanto buscaba y mi cuerpo deseaba, suspiro con alivio, es una suerte que no esté oxidada luego de un par de meses sin usarla, porque no sé de donde sacaría otra. 

Cierro los ojos y estiro mi brazo, con el corazón latiendo a mil, paso la hojilla por este y de inmediato siento la paz llegar a mí, con un suspiro de satisfacción siento la sangre correr por mi muñeca. Pero siento que no es suficiente, así que me hago otras dos más, que tampoco son suficientes, pero debo parar antes de alguien se dé cuenta. 

Con el brazo lleno de sangre, suspiro con cierto alivio y miedo. Miedo de que mis padres se den cuenta de que volví a lo mismo, alivio porque ellos no pueden imponer en mi vida, esta es mi manera de escapar de la realidad y de todo el caos a mí alrededor.

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Hola, Hello, Hey

Quiero dejar esta nota para aclarar tres puntos importantes de la historia, comencemos de los menos relevantes a los más importantes y prescindibles. 

1. No voy a poner descripción de lugares o personajes, porque eso no importa en esta historia, esta historia se basa en Aisha y vivir del día a día. 

2. Como se darán cuenta en estos tres capítulos, no hay muchos diálogos, de hecho en el primer capítulo no hay ninguno, pero eso tiene una razón y es que como ya dije, esta historia trata del día a día de Aisha, es como si viviéramos en la mente de ella, por eso intento dejar los diálogos en segundo sitio. 

3. El tema de los trastornos, depresión, suicidios y autolesiones, intento escribirlos y redactarlos de la mejor manera posible, por un tiempo viví el tema de las autolesiones y puedo decir que no es para nada bonito, es un infierno en vida, porque te vuelves adicto a dejar marcas en tu piel. 

Si conoces a alguien que pasó o está pasando por esto, no dudes en darle tu apoyo, si esa persona está pasando por una situación difícil, hazle saber que estás ahí para ella, pero nunca le des la espalda. 

Bueno, esos serían los temas, si tienen alguna queja, no duden en escribirlo, siempre estaré dispuesta a leerlos y buscar una solución. Mientras tanto, gracias por leer esto. 

Bye.  

 

 

 

 

 



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En el texto hay: caos, drama, caos familiar

Editado: 18.12.2023

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