Caperucita "Versión Lobo"

Primera parte

Allí estoy yo. Parado frente al espejo pensando en cómo me he convertido en esto... en un animal, en un asesino, en un monstruo... en un lobo.

Aun pienso en Amanda, no sé cómo no he podido olvidarla luego de unos ochos y eternos años. No sé cómo no he podido olvidar su larga cabellera dorada, sus enormes ojos azules como el océano, y sus labios, esos labios rojos y carnosos que hacen que desees besarlos y nunca parar.

Ya hace mucho tiempo que no se de ella, no sé si será feliz, si estará con alguien y lo peor, lo que más me atormenta, no sé si ya me olvidó...

Decido salir a cazar, cómo desearía no tener que matar otros seres vivos, poder alimentarme de frutas, como las que recogía con Amanda. A ella le gustaban muchos las manzanas, yo siempre le llevaba manzanas, pero ya no puedo hacerlo, los cazadores no me lo permitirían y me matarían, desearía poder acercarme a ella o alguien cercano a ella y dejarle una nota, pero no puedo. Me siento impotente, hay muchas cosas que ya no puedo hacer, aunque hay que decir que ser un lobo también trae sus ventajas, puedo correr y escuchar como nunca antes lo había hecho.

Hay un pequeño alce a unos metros de mí, no quiero hacerle daño, pero al verlo se me hace agua la boca, no quiero hacerlo. De verdad que no quiero, pero el hambre que tengo es mucho más grande que las ganas de no lastimarlo, y comienzo a moverme sigilosamente hacía el, miro alrededor para asegurarme de que no haya nadie más que quiera casarlo, cuando estoy seguro de que con un salto puedo atraparlo me abalanzo sobre él , él trata de huir, pero lo muerdo en el cuello y él cae rendido ante mí, es un cachorro, pero su carne es deliciosa, comerlo a él es un gran festín.

Dos horas después me siento arrepentido, no debí, nunca debo hacerlo, nunca debo lastimar los animales, ni a las personas, ni a nadie. Me siento fatal no quisiera saber que piensa Amanda de mí. Cuando éramos pequeños cuidábamos todos los animales que veíamos que necesitan ayuda, estábamos en contra del maltrato animal y en contra de la cacería, y ahora es todo lo contrario, ahora soy yo, el que maltrata y el que caza animales, pero no es por decisión propia. Lo juro.

Recuerdo la última vez que pude ver a Amanda como un humano, llevaba un vestido largo y rojo con un pequeño escotado en forma de corazón, y llevaba una capa roja también sobre la cabeza, se veía hermosa, estábamos jugando en el bosque... Yo contaba y ella corría, luego yo salía corriendo detrás de ella para luego abrazarla y quedarme viendo sus hermosos ojos, esos ojos que nunca podré olvidar, aunque pasen cien años.

"  — A que no me coges. - Ríe. Esa risita, tan tierna, pero a la vez tan retadora. Esa risita que hace que yo piense que ella está bien. No creo tener mejores recuerdos que este.

— ¿Cuánto quieres apostar? – le pregunto mientras corro detrás de ella. Me gusta seguirla. Sé que podría seguirla a cualquier parte. Iría hasta el fin del mundo por estar con ella."

Al otro día me levanto un poco más animado luego de haber soñado con Amanda, siento que hoy la podré ver, siento que ella sabe de mí, siento que ella me va a buscar, siento que ella aun piensa en mí, siento que ella aun me ama.

Salgo y decido quedarme rondando en el bosque. El día está muy hermoso, el cielo está despejado y soleado, los pájaros cantan y hoy no tengo ganas de hacerle daño a nadie.

Me recuesto sobre la enorme hierba y comienzo a mirar el cielo. Me gusta mirarlo; me siento libre. Me hubiera gustado más que me convirtieran en un pájaro que pudiera volar súper alto, que en un miserable lobo.

Siento unos ruidos de alguien corriendo cerca de mí, me paro rápidamente y no veo a nadie. Miro todo mí alrededor, pero no veo a nadie. Ya no oigo nada, pero es mejor irme, no falta que sea otra vez el maldito cazador de siempre, tengo algo que él desea tener, me lo ha gritado varias veces, dice que quiere matarme, dice que yo tengo algo que él nunca podrá tener, y que eso hace que él quiera matarme cada vez más.

Pensar en el reencuentro de la última vez me asusta. Él me da miedo, de verdad me da miedo, puede que suene demasiado infantil, pero me da miedo que él desee matarme. ¿Qué tengo yo qué él desee? ¿Qué podría desear él? Yo no tengo nada, no soy nada. Todo lo que tenía lo perdí hace mucho tiempo, perdí mi familia, mis amigos, perdí a la mujer que más amaba, perdí a Amanda.

— ¿Así que te crees muy malo solo por qué eres un animal? – Me grita él.  — Recuerda que no eres nada, lástima que si tengas algo que yo deseo, algo que yo necesito, algo que yo quiero, y no te preocupes ese algo en un futuro será mío. Algún día te mataré y todo será como siempre quise."

Decido borrar ese recuerdo de mi cabeza. No me gusta pensar en ello y no lo seguiré haciendo. Ya ha pasado un buen tiempo desde el último día, me he sentido un poco mejor. Siento como si él se hubiera ido y no fuera a regresar.

Cuando estoy llegando a mi "hogar" veo sombras correr por entre los árboles, el pelaje se me coloca de puntas, y el miedo empieza a recorrer por todo mi cuerpo, me siento un inútil, se supone que no debería sentir miedo. Soy un lobo, los demás deberían temerme a mí.

Alguien está cantando. Puedo escuchar que canta... Reconozco esa letra.

— Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está... — 

Ya no tengo miedo, esa una voz femenina, ¿Podría ser Amanda? ¿Amanda vino a buscarme? Eso me haría la persona o bueno el animal más feliz del mundo...

Voy en su busca, esta vez no corro, no quiero asustarla, ya no soy el mismo que era antes, ya no soy la persona que ella quería, ahora soy un animal que podría lastimarla y eso no lo quiero. Jamás desearía hacerle daño. No podría.

Allí esta, está mirando un árbol de manzanas. Aún le gustan, me quedo a unos pocos metros viendo como sonríe al ver el árbol, aún usa el vestido rojo, aunque este es un poco diferente, es un poco más largo. Ella sigue igual, su cabello dorado y largo le llega hasta un poco más debajo de la cintura, y esos ojos azules y grandes, aún son los mismos, aún demuestran la felicidad que mostraba antes. Verla así me trae recuerdos muy hermosos de ella corriendo, comiendo manzanas, cuidando los animales, pero también me trae recuerdos trágicos. Toda ella es hermosa, perfecta.



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En el texto hay: hombres lobo, amor, tragico

Editado: 11.05.2020

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