Caperucito, ¿mi Amor Destinado? (completo)

Capítulo Final Narrado por Cielo y Daniel

Narra Daniel.

Hace un año y medio que mi madre murió, a veces me parece escucharla por los rincones de la mansión donde vivimos por años. Cielo ha venido a vivir conmigo a la mansión, ya que me ha tocado hacerme cargo de las empresas. Ha sido difícil, ya que también ella es responsable de su manada, y debe pasar tiempo en ella, porque ella es su alpha, y nadie puede ocupar su lugar, pero nos las hemos arreglado con eso.

Mi padre, Derek, (porque para mí eso es él, mi padre, mi único padre) está de luto, y ha decidido pasar un tiempo a solas, nunca le dije que mi madre y Oliver tuvieron algo, aunque presiento que él lo sospecho. Tampoco le dije que yo no era su hijo, ya que eso lo hubiera terminado de hundir, él amaba con su vida a mi madre, dedico su tiempo a la familia y al trabajo, pero sobretodo se dedicó a ella, esa pequeña mujer que lo sacaba de quicio, y que también le amo. Es complicado esto de las almas gemelas, mi madre amo a mi padre, pero una vez que Oliver a pesar de la renuencia de ella la rapto y la marco, no se pudo negar a él, el sentimiento nació cuando ella lo reconoció, le amó incondicionalmente.

Mi hermana por otro lado se ha casado, o a mi parecer, ha cazado a mi amigo Adam, y hoy llegaron de su luna de miel.

Adam se la llevo a vivir a la manada, pero lo que él no sabe, es que es por poco tiempo, porque Nara es digna hija de nuestro padre, no puede estar mucho tiempo alejada de la empresa. ¡Oh pobre Adam no sabe en la que se metió! La empresa va a ser un obstáculo, o bien si él lo acepta va a ser la tercera parte en su relación, porque para mi hermana la empresa es una extensión de ella misma, y yo encantado de dejarle el puesto cuando ella lo quiera, porque lo mío a pesar de ya haberme adaptado al trabajo de oficina, no es esto.

Yo, bueno, yo amo con mi alma a mi mujer, Mi Cielo, quién será mi esposa hoy. Y siento que lo yo debo hacer esta en la manada, estar con ella, amándola, ayudándola, acompañándola. Es un sentimiento extraño eso de estar echando de menos el hogar de mi amada, aunque ella diga "que el hogar de cada ser, es aquel donde está su otra mitad, donde esta a quien amamos", yo siento que pertenezco a Luz de Luna, un lugar que nunca antes fue parte de mí, pero que ahora añoro. Allí me siento en casa, mientras que en la empresa siento que no encajo, que soy un extraño.

Además, ahora que he descubierto mi lado brujo, que soy un Natzu, me siento más en armonía cerca de la naturaleza, y por si se lo preguntan, para nada extraño el spa.

—¡HEY DESPIERTA! —un dulce grito me saca de mis pensamientos.

—¿Por qué no puedes ser más suave, al menos por hoy? —la miro dramáticamente—¿Cómo voy a creer que me amas cuando me tratas tan bruscamente? ¡Oh! ¿qué he hecho yo para merecer tu tormentosa personalidad? Por favor dime, ¿Cómo hago para cambiarte aunque sea un poquitico? 

—Agradece que tienes un pedacito de mi corazón, porque o sino, no te trataría con tanto amor, soy única, recuérdalo.

—Lo sé cariño, ahora ven y dame todo tu amor… te necesito para que me ayudes con esto.—le indico esa cosilla larga que tengo en mis manos y debo arreglar. La miro suplicante con mis palmas juntas pidiéndole por favor. Ella me mira con el ceño fruncido pensándoselo, porque sabe lo que quiero, por fin suspira y se acerca a mí.

— Esta bien, esta bien, deja esa cara de gato apaleado y acércate para darte mi amor bebé. —le sonrió y me acerco muy, muy rápido porque estoy ansioso y quiero terminar rápido. Se acerca agachando la cabeza para tomar lo que tengo en mis manos con las suyas, y es un alivio, Dios, pensé que nunca lo haría. Sus manos son increíblemente rápidas, me sonríe mientras aprieta un poquito demás, me quejo y ella sonríe otra vez. ¡Lo esta haciendo a proposito!  Suelta solo un poco y puedo respirar, pero luego tira, y woooaoo lo ha hecho, me relajo visiblemente ya que odio esta parte cada vez que tengo que hacerlo. Buen Dios, esta mujer sabe lo que hace. La abrazo y beso su cabeza agradecido.

—Jjajjaja increíble que te sientas tan desesperado y perdido cuando tienes que hacerte el nudo de la corbata.

—Eres mi salvadora, siempre de alguna manera lo fuiste cuando éramos pequeños.

—Te envidiaba porque mamá te amaba más que a mí, bueno, eso hasta que comprendí que era mentira, porque a mí me amo antes que a ti. Ella.. bueno… la extraño…—la abrazo con mas fuerza y le susurro.

—Yo también. —mi corazón se apretuja, y ella se aleja de repente limpiando una lágrima de su piel blanca. Ella se parece mucho a mamá, a excepción de sus ojos, que son como los de papá.

—Bueno, estamos listos, y hoy no es dia para llorar, ella estaría feliz de ver en lo que te has convertido, y que estas por casarte, cosa que pienso es un milagro, porque pensaba que en vez de un hermano tenía una hermanita…—la miro con reproche.

—¡Oye! —nos reímos y antes de salir por la puerta de la habitación, le digo—suerte para mí que ya no estaré obligado a ver tus películas.




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