Caperucito, ¿mi Amor Destinado? (completo)

Capítulo 8

 

 

Cielo

 

— Ho...hola –mis ojos se nublan por las lágrimas que se acumulan en ellos debido a la emoción de escucharle, lo he extrañado muchísimo– ¿dónde estas...

— En un pueblo cerca de las montañas del éste. ¿Cómo has estado princesa? Mi hermano debe estar enojadisímo porque no llegue al nacimiento de la pequeña Carolina....otra princesa más, que feliz me siento.– lo escucho reír.

— Saben que estas ocupado y no podías venir, aunque mamá ya sabes...–con mi mano izquierda me deshago de las lágrimas que comienzan a bajar por mis mejillas, secandolas con la manga de mi poleron.

— Ufff tendré que cuidar mis partes cuando vaya a verles entonces.–lo escucho reír nuevamente– ¿Cómo esta la pequeña princesita?

— Es hermosa, ni te lo imaginas con su carita tierna y arrugada, es perfecta tío...

— Veo que no te pusiste celosa.–me extraña que diga eso, pero debe ser porque llevo veintidós años siendo hija única.

— Jamás lo estaría, ella va ser la alegría de todos nosotros y sobre todo de mí, la veré crecer, a sus hijos los...

— ¿Por qué  dices eso pequeña? Sabes que tu destinado esta por ahí en algún lugar, solo ten paciencia. Tal vez no es hora para ustedes todavía, ¿no lo crees así?

— No lo sé, ya tengo 22 años y no aparece. –suspiro– Mamá y papá dicen lo mismo, que va a aparecer pero, ¿cuándo?

— No te desesperes cariño, ya verás como aparece ante ti en el momento menos esperado, ¿Has ido a ver a tus abuelos maternos? Tal vez ellos tengan alguna respuesta.

— Quieres decir, ¿qué tal vez un vampiro sea mi amor destinado? Bueno, siempre pensé que podría ser un lobo... –pensándolo bien le haré caso, aunque podría hablar con ellos ahora, ya que están aquí por el nacimiento de mi hermanita pero, si es un vampiro es mi destinado, mi lugar estaría para siempre en el castillo de mi abuelo.

— Bueno princesa tengo que irme. –habla interrumpiendo mis pensamientos– y desde las montañas no podré llamar hasta que baje al poblado más cercano, porque allí no hay señal, así es que como tu padre no responde, dale mis saludos a todos,  diles que pronto estaré por allá ok, un beso y un abrazo a la pequeña Carolina, y uno mucho más grande para ti cariño.– dejo de escuchar su voz, la llamada se ha cortado.

Esa noche dormí pensando en lo que me había dicho mi tío, sabía que tenía que ir al reino de mis abuelos tarde o temprano, sera mejor que lo hable pronto con mi padre.

 

 

 

 

 




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