Caperucito, ¿mi Amor Destinado? (completo)

Capítulo 10

 

 

Cielo

 

Los despertares de mis noches desde la llegada de la pequeña Carolina son así, en realidad casi no duermo:

• 1 am:wuuaaaaaa wuuuuaaa wuuuaaaa...wuuuaaa = mi pequeña hermanita gritando.

• 2 am: wuuaa wuuuaa wuuaa...otra vez ella.

• 3 am: Wuuaaa wuuuaaaa wuuuaaaa 🎶pin pon es un muñeco con cuerpo de algodón, se lava la carita con agua y con jabón🎶mamá cantando. Blablabla🎶nuevamente ella cantando, que ternurita mi pequeña hermanita.

• 4 am: 🎶Arroro mi niña, arroro mi amor, arroro pedazo de mi corazón🎶 y blabla blabla papá cantando. Y esa vendría siendo la única manera de tranquilizar a Carolina, cantándole  una canción. Bueno, al menos se tranquiliza por un rato.

• 5 am: wuuaaa wuuaaa wuuaaaa🎶Shhh🎶Shhh duérmete mi niña duérmete sonriendo, que es la ronda de astros, que te va meciendo🎶

• 6 am: duérmete mi niña duérmete sonriendo🎶 bla bla bla ahora mamá cantando.

• 7 am: Silencio... por fin se calmo, seguro ya esta dormida.
 

— ¡Cielo, amor! ¿porqué no te has levantado? ¡A desayunar cariño! ¡Ya son las 7:30 de la mañana!– nos grita mamá a papá y a mí.

Bueno, ¿Qué porqué no nos hemos levantado? Será porque mi hermanita pequeña siempre a la misma hora todos los días, muestras sus dotes de cantante de ópera, creo que no soy la única que duerme mal en la manada, ya hacen dos meses que llegó a casa y siempre es lo mismo, no me malentiendan la amo, pero ya son dos meses que nadie duerme, y el médico dijo que esto pasaría después de los tres meses.

Espero que pasen pronto estos tres  meses, porque no he dormido nada bien, ya parezco sonámbula. Y lo malo es que, ¡ahora toca levantarse!

Me ducho, me visto y bajo a desayunar a medio despertar, como será que ni la ducha me despierta.

— Hola mamá...–le doy un beso en la mejilla, y me acómodo en una silla en la isla que hay en medio de la cocina, para poder tomar mi desayuno, algo liviano pero saludable.

— Buenos días mi pequeña princesa.–me devuelve el saludo mamá.

— Hola papá.. –saludo a mi padre quién se acerca a mí y besa mi cabeza.

— Hola bebé.–papá me saluda, luego besa a mamá en los labios, y toma asiento en el lado opuesto al mío, acomodándose medio cansado y soñoliento en la silla, lo miro y su cara es igual a la mía, intenta sonreírle a mamá medio bostezando, yo también bostezo y luego mamá, ¡esto del bostezo es contagioso!

— ¿Y la hermosura pequeña, y chillona? –aunque ya sé la respuesta, no puedo contenerme y pregunto.

— Dormida... amor lo siento..–se disculpa mi madre, yo le sonrío haciéndole saber que no pasa nada. Carolina ahora duerme todo el día sin que nadie la moleste, si hago ruido mis padres me miran mal ¡pfff! pero, ¡Aunque haga una fiesta, ella no despierta en el día! A menos que sea para comer y ue la muden, es decir, ¡cambio de  pañales!

— Cariño, creo que hay que decirle lo que decidiste, ¿no?– mamá mira a mi padre.

— Sí, bueno... –carraspea mi padre, revolviéndose el cabello con las manos, lo que me da a entender, que no le es de su agrado lo que va a decir a continuación– bebé, te vas a ir por dos semanas a casa de tus abuelos, ¿te acuerdas que me comentaste que querías ir?

— Sí papá, ¿cuándo me voy? –ya se había tardado en decidir cuando iría a donde mis abuelos.

— Pasado mañana, ¿que te parece?

— Bien pero, ¿no podría ser un mes el que me quede con ellos?

— ¿Por qué? –me mira fijamente papá.

— Es que así cuando vuelva, la pequeña y futura cantante de ópera alias mi hermanita, a la que amo con todo mi corazón, no tendría problemas de sueño.

— Jajajaj muy graciosa. –suelta una risita divertido papá por mi ocurrencia, mamá nos mira mal, arqueando una de sus muy bien cuidadas cejas– si tú quieres te puedes quedar pero, me gustaría que estuvieras aquí cuándo vengan Derek y su familia de visita, es el amigo de tu tío y mío, me gustaría que conociera a mis dos princesas.

— Esta bien papá, lo intentaré pero, si encuentro a mi destinado no creo que regresé pronto. –papá me mira arqueando una ceja, y luego arrugando su ceño, no le ha gustado lo que he dicho, mamá lo mira divertida. ¡Celos de padre!

— Eso nos haría muy feliz a tu padre y a mi cariño, pero debes traerlo para que lo conozcamos...–habla mamá poniéndose seria rápidamente, para que papá deje su pose de seriote, y entonces veo que le da una de esas miradas, con cara de no digas nada. Y papá solo asiente en mi dirección.

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.