Caperucito, ¿mi Amor Destinado? (completo)

Capítulo 18

 


Daniel

Después de pasar por ciudad, la cuál por cierto se ve que es muy moderna, nos alejamos y nos detuvimos en una inmensa mansión. Nos recibió Oliver y otro hombre muy parecido a él, este hombre da mas miedo que Oliver, y por lo que escuche decir a mi padre su nombre es Félix y el de su esposa Laura, la que extrañamente se llevo muy bien con mi madre, mi hermana se llevo muy bien con una pequeña bebé llamada Carolina, quien iba a decir que mi hermanita con ese carácter del demonio, tuviera instinto maternal.

Entramos a la casa, hasta llegar a la sala, me senté en un sofá, mientras todos se enfrascaban en una conversación. Estaba aburrido y me pare del sofá caminando hacia una puerta de cristal corrediza, que da al patio, el cuál es muy extenso y hermoso; con muchas flores a su alrededor, unos árboles gigantes 《wow, todo es tan verde》 seguí caminado y mirando hacia la cima de los árboles, éstos me recuerdan al campamento de la montaña, entonces alguien me habla.

— ¡Hey! ¿Quién eres tú? –la voz me hace pegar un salto, me doy la vuelta y veo a una chica castaña bastante bonita, pero no es mi tipo. Jajajaj ni siquiera sé cual es mi tipo.

— ¿Yo? –le pregunto mirando si hay alguien más a mi alrededor, y me hago el tonto– ¿quién eres tú?

— Aurora, soy la mejor amiga de Cielo...la hija del Alp...

— ¡Aurora hija! –de repente aparece la señora Laura asustándome, ¿ésta mujer se telentransporto o qué? porque yo ni si quiera la ví venir.

— ¡Hola Señora Laura! Venía porque a Cielo se le olvido darme su nuevo número de contacto, como el otro se le quebró mientras entrenaba...

— Mmm ven conmigo cariño, te lo doy enseguida–se van muy ¿nerviosas? Qué raro, pero ese nombre Cielo, es lindo... Cielo, Cielo, Cielo, ¿quién será? según la chica castaña es hija del Alp, ¿o será de Alp? ¿quién será Alp, y porque pienso en Cielo? A lo mejor es una engreída y ni me cae bien. Tal vez la conozca mas tarde.

Me pongo a caminar llegando al lado de una piscina y me recuesto en una hamaca muy cómoda que ahí allí, y me quedo dormido.

— Oye...oye– me mueven, ¿pero qué les pasa que no me dejan dormir? abro los ojos, chocando mi pobre cabeza con una piedra o eso pensé hasta que la ví, me estaba observando.

—  Pero que mier... si que tienes dura tu cabeza. –me lamento medio enojado, y mirándola mal.

— Lo siento.

— ¿Qué querías?

— Como te dije antes me llamo Aurora, me pidieron que te mostrará algo de la ciudad. –dice sonrojándose.

—  No te preocupes...no salgo con chicas. –le digo sin darle importancia.

— ¡¿Qué?! –se pone roja como un tomate la tal Aurora.

— Bueno eso, no salgo con chicas, ahora voy a entrar, gracias de todas maneras, adiós.

Me voy sin prestar atención a lo que me decía mientras me alejaba, me dirijo a la casa, mientras no dejo de observar y admirar lo hermoso que es este lugar.  Me encuentro con mi padre y el hermano de Oliver, quién por cierto, da mas miedo que él.

— ¡Hijo! pensé que irías a la ciudad con tu hermana, y esa chica tan simpática, Aurora creo que se llama. –esto último lo dice dudando, sí, mi padre si no ve a una persona varias veces, olvida el nombre, a menos que le cause una fuerte impresión, lo que ocurre muy pocas veces.

— No padre, y menos si va mi hermana, nunca entiendo de lo que habla.

— Así son las mujeres hijo, pero nosotros tenemos que estar de acuerdo con ellas igual. –se ríe.

— Tienes toda la razón amigo mío, nunca se les lleva la contraria, sobretodo si es una chica que nos gusta. –dice el Señor éste, que da mas miedo que Oliver.

— Bueno, que te parece si vamos a la cabaña que te hemos preparado a ti y tú familia, las mujeres están allá, no hay que dejarlas solas mucho tiempo...– comenta Felix medio en broma.

— ¡Por supuesto que no! –dice Oliver apareciendo de repente.–¡Hey Daniel! Te ves mal, ¿acaso éstas enamorado y no te corresponden? –todos ríen.

— Mi hijo es muy suertudo con las mujeres... –empieza a decir papá orgulloso, pero yo lo interrumpo.

— ¡Papá! ¡Si no me gusta ninguna mujer! –de repente se hace silencio,y creo que a mi padre le cambio el color de la cara, entonces los tres hombres me miran– mejor porque no vamos a la cabaña, ¿por dónde queda? –le pregunto al señor tenebroso, que ahora se encuentra mirándome raro, igual que mi papá y Oliver, la cosa es que estoy cansado y tengo hambre como para pensar en porqué me miran así...

 

 

 

 

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.