Caperucito, ¿mi Amor Destinado? (completo)

Capítulo 22

 

 

Daniel

 

 

Dos semanas después.

"Estaba en un bosque y era de noche, poco a poco una espesa niebla me dejo en la más aterradora oscuridad, me quedé quieto para poder pensar racionalmente, de repente sentí pisadas, gruñidos, no sé. Comencé a mirar para todos lados con el pánico comenzando a aflorar en mi interior pero, solo veía más y más oscuridad. De repente algo paso por mi lado, no veía que era pero estaba jugando conmigo, era un animal de eso no cabía duda me gruñía, ¡¿pero qué diablos?!

—¿Quién eres? ¿Qué eres?–esto me sucedía sólo a mí... ¡¿Por qué?!

—¿Quién quieres que sea?–dijo una voz en mi cabeza.

—¿Qué vas hacerme?

—Jugar un rato...

—Esto no es real, esto no es real...es una pesadilla...esto no es real ¡esto no es real, es un sueño!

—Eres fastidioso, ¡cállate! –¿la voz me ha gritado?

—¿Pero qué te hice? Acaso no te salude o...–comencé a decir cualquier estupidez pero la voz me interrumpió.

—Realmente tú nada, y eso me excita, eres tan inocente.

—¿Queee...eres gay? A mí me gustan las mujeres sabes. No es por ofender...pero por tu voz creo que eres hombre. –otra estupidez más salió de mi boca, ¡¿por qué no puedo quedarme callado?!

—Niño estúpido, ¡cállate de una maldita vez! –hubo un silencio y yo quería gritar ¡mamá!– lo que quiero decir es, que cuando mato a un inocente es realmente fascinante, sobretodo si eres tú, voy matarte poco a poco, como ella lo hizo con mi hijo– de repente siento pasos, pero la niebla oscura y espesa que me rodeaba no me deja ver más que una silueta, y sí, era de hombre. Luego sentí unas manos grandes rodeándome el cuello, me congelé en mi lugar, lo sentí como se acerco a mí, su respiración se sentía cada vez más cerca. En segundos siento su boca en mi garganta raspándola con los dientes pero, estaban bastante afilados, no eran dientes...eran...¡eran colmillos!–voy a beber tu sangre lentamente para luego destrozarte, sacando uno a uno tus miembros, te despedazaré.... mmm ¿qué voy arrancarte primero eh? ¿Un brazo, una pierna? Bueno, no te preocupes tu cabeza será lo último que te destroze pero, ahora beberé tu sangre.

Cuando estaba a punto de enterrar sus colmillos en mi garganta, sentí algo pesado encima de mi cuerpo"



 

—¡Dan! ¡Despiértate Caperucito!– abrí mis ojos lentamente, y vi a mi tormento.

—¡¿Qué?! ¡¿Quién te lo dijo?!–digo tocando mi cuello asustado, ¿quién le dijo que me decían así?

—Alguien.–se ríe y se sonroja, de repente me mira preocupada toca mi frente– ¡Dan! ¡Estás sudando y tienes mucha fiebre!

—No es nada.

—¡¿Cómo que no es nada?! ¡Estas ardiendo!– sale corriendo de la habitación y yo empiezo a temblar, ese sueño que tuve fue horrible, parecía muy real no veo más películas sobrenaturales con Nara. Escucho voces que se acercan me intento incorporar de la cama pero no puedo, y todo comienza a darme vueltas, pierdo la conciencia...

 


Despierto y lo primero que veo es a mi madre a mi lado dormida, la miro por un largo rato.

—Mamá...mamá…–le susurro y ella abre poco a poco sus hermosos ojos mirándome, y sonríe.

— ¡Mi bebé! Me tenías preocupada, creí que no despertarías...–me abraza y llora.

—¿Qué me pasó? Lo último que recuerdo es a mi hermana decir caperucito y nada más.

—¿Caperucito? ¿Quién es él? –se aparta de mí, ladea la cabeza pensativa y luego sonríe– ¿Quieres que te lea el cuento de caperucita roja?

—No mamá, olvídalo...

—Mi bebé.–me vuelve a abrazar y toca mi frente– los médicos de aquí son muy eficientes, porque ya estas mejor, aunque estuviste desde ayer en la mañana así. Mi pequeño que bueno que has despertado y la fiebre se ha ido...

—¿Has dicho desde ayer en la mañana? –pregunto sorprendido, para mí no fue tanto tiempo. Me intento levantar pero me siento débil, por lo que me mareo.

—No puedes levantarte todavía...llamaré para que el médico venga a revisarte...–me mira– todos estábamos muy preocupados. Hazme caso y no te levantes, y si necesitas ir al baño avisas para que yo o alguien te acompañe, ¿de acuerdo? Ahora voy a buscar al médico, y recuerda, no te levantes mi bebé.–besa mi mejilla y se va de la habitación.

 

 

Dentro de un minuto más o menos entra mi hermana con Adam, mi padre y la familia del amigo de él seguidos por Oliver. Me preguntan cómo me siento, y hablan de cómo se asustaron. Mi padre me abraza, y luego se van dejándome con Nara y Adam, quienes por cierto están muy apegaditos y no me gusta nada.




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