capitulos con los lectores

Capitulo de WN y El poeta

Hola, está es el nuevo capitulo en esta ocasión tendremos a WN con el poeta. Esta es una petición de mi amigo Erick Macario. Así que empecemos:

 

En un restaurante en el centro de un pueblo lejano un encuentro un poco inusual ha ocurrido. En este lugar, que se encontraba en un punto en que toda interacción entre quienes posiblemente nunca podrían verse, era posible debido a que sus puertas conectan con cada uno de estos mundos, universos que se encuentran separados.

 

El sonido de la campana al abrirse la puerta se deja escuchar, unos pasos de un viajero cansado es lo que ingresó al restaurante. Esta persona, pidiendo un asiento con el recepcionista, se dirige a un punto cerca la ventana y miró mientras pensaba – Entre mis viajes, aquello que me han llevado por varios lugares sin tener un rumbo final, la certeza que me trae paz en esos momentos es creer que algún día llegaré a entender todo aquello que está fuera de mi alcance. Pero… ¿Qué será lo que se oculta en esta nostálgica vida que me lleva por todos lados? No logró encontrar un principio ni un final, sólo puedo creer que todo esto es como aquel lugar en donde las fantasías pueden relucir, dejando un soñar celestial o infernal – de pronto se dejó escuchar el tintinear de la campana nuevamente, esto lo hizo regresar a sus sentidos.

 

Al ser que casi no había mesas en las que se pudieran sentar, la recepcionista se dirigió a su mesa y le preguntó – disculpe caballero, ¿Será que podría compartir la mesa con otro cliente? – a lo que él respondió con suma serenidad – muy bien, no tengo problema con ello – con esto, la recepcionista le agradeció para luego retirarse e ir a mencionarle al otro cliente que podía dirigirse a la mesa.

 

Al ingresar, la persona que había entrado era un adolescente de unos doce o trece años. Él, al verlo, sonrió para luego decir – hola niño, ¿Cómo estás? – el adolescente – hola señor, gracias por aceptar compartir el lugar conmigo – el mantuvo una cierta cortesía ante él.

 

Aunque en realidad no era un señor, al ser que era un joven de unos dieciocho y diecinueve años, lo que le llamo la atención fue su forma de vestir que parecía ser un poco anticuadas además de desgastada. Sin poder contener la curiosidad, después de haber ordenado lo que querían, el adolescente dijo – hola, mi nombre es Weru – el poeta, viendo que se encontraba un poco tenso, quizás esto era provocado por el aura un poco madura que desprendía de sí, pensó – esto es interesante, una ingenuidad que se mezcla con la timidez de alguien que aún no ha conocido lo que sucede a su alrededor y apenas empieza a dar sus primeros pasos – para luego decir – mucho gusto. Que tal si platicamos un momento – Weru – este… – él – mi pequeño amigo, no te pongas tenso, habla conmigo como si estuvieras hablando con un amigo más – Weru – este... bueno – él – déjame pensar en esto por un momento – lo vio por un instante detenidamente para decir al instante – creo que el día de hoy traes contigo algún pesar – Weru – no, no, no, no, no – él dejó salir una pequeña risilla para luego decir con un tono confiable – no te preocupes por eso, Weru – Weru, al escuchar como él le había llamado por su nombre con una naturalidad como si se conocieran desde hace tiempo, se sorprendió y pensó – esta persona si que es un poco rara. No puedo creer que se le haya quedado mi nombre tan rápidamente, además de que no me ha dicho quien es. Bueno, creo que no todos están acostumbrados a decir su nombre – en aquella mesa, dos personajes habían empezado a verse entre sí como si trataran de analizar al otro y adivinaran lo que estaba pensando entre la sencillez y lo complejo que no los llevaría a ni un lado. Pero él siguió la conversación al decir – Dime Weru, ¿Estudias o te dedicas a algo más? – Weru, un poco alerta ante esa familiarización tan repentina entre desconocidos, miró a un lado sin decir ni una palabra. Esto, aunque era un poco descortés, él entendía que parecía que empezaba a dejar de lado aquella formalidad con que empezó al momento de conocerse. Como si esto se tratase de un juego divertido para él, sólo podía observar y tratar de ir involucrándose un poco más. Esta batalla empezaba en este momento.

 

Dejando de lado la etiqueta, él empezó a decir – por cierto, niño – Weru, sintiéndose un poco ofendido de que le dijera niño de una forma un poco fuera de contexto al ser que él ya no era un niño, sólo hizo un puchero para luego mirar a un lado por un momento y continuó la conversación al volver a dirigirle la mirada – no soy un niño – él – muy bien, si ya no eres un niño, entonces ¿Quién eres? – Weru – soy… – murmuró – parte de una agencia secreta – él, sin decir nada sobre lo que había murmurado Weru, sólo dejó en un momento salir la siguiente frase – sin importar que tanto crezcas, nadie puede decir que realmente ya no es un niño si es que no ha llegado a conocer el mundo. No dejes que eso te afecte, puesto que los pasos que darás son apenas el inicio de un senderó sin rumbo conocido – Weru, sin comprender lo que había dicho, preguntó – este… disculpe señor, pero ¿Usted quién es? – él, con un risilla, respondió – no soy nadie más que un ermitaño que va de un lado a otro – Weru pensó – parece ser algún tipo de vagabundo – él, comprendiendo que Weru no tenía una buena impresión de él, continuó diciendo – Sabes Weru, no es necesario que lo pienses demasiado, en realidad, has de notar que no todo es tal como lo piensas, puesto que las cosas no siempre son lo que parece – Weru, empezando a ganarle la curiosidad, dijo – señor, entonces ¿A qué se dedica? – él, con un pequeño suspiro, respondió – veo que al fin te has interesado. Bueno, no creo ser alguien tan importante en realidad. Para serte sincero, no soy más que una pobre persona que está tratando de buscar entre los rincones alguna forma de inspirarse y poder escribir algún poema – Weru – pero… ¿No sería mejor sólo leer uno de otra persona y así poder inspirarse? No creo que sea necesario el tener que ir de un rincón a otro – él, viendo que Weru le había comprendido un poco, continuó diciendo – no es que esa sea una mala opción, pero, mira… – una sonrisa se dibujó en su rostro mientras en sus ojos se lograba notar una cierta sinceridad – no todos somos iguales, hay quienes buscan recitar algo con unas pocas palabras, otros que buscan algún tipo de significado en las frases, hay otros que se pueden obsesionar en lo que aparece en su camino, algo nuevo, algo único, algo pasado de moda, anécdotas de la vida, reflexiones, apreciaciones y un sinfín de cosas más. Cada uno de ellos han de buscar su propio camino, en mi caso, creo que me llegué a cesar por mi propia codicia. Es por ello que perdí el camino en algún punto, pero una vez alguien me dijo que tendría que salir en algún momento en busca de todo aquello que está fuera de mis ojos, aquello que se esconde, es en ese momento que decidí que era momento de cambiar. Tomando estas palabras, me he embarcado por lograr conseguir entender lo que no comprendo – Weru – pero ¿Cómo lo podrá encontrar? – él – bueno… – dirigió la mirada hacía la ventana y, viendo como pasaban las personas por fuera – no hay una fórmula que te lo diga, pues este aparecerá sólo. Lo único que puedo decirte es ¿Serás capaz de verlo? Yo lo encontré una vez y lo dejé ir. Ahora lo estoy buscando nuevamente. Ya que tampoco es que estando sin hacer nada este aparezca. Es por ello que no debes de preocuparte demasiado por las cosas que pases. Ya que la vida es corta, pero tu existencia es única y esto hará que puedas ser capaz de vivir y conocer aquello que el mundo ha ocultado de los ojos, aquellos que sólo la vanidad los controla – Weru – bueno, no creo haber entendido lo que me ha dicho hoy, pero creo que debe de parar a descansar un poco… ya que… – agachando la mirada – parece que ya te encuentras cansado de vivir – él, un poco sorprendido ante tan respuesta, dejó salir una calidad sonrisa mientras decía – creo que tienes razón. Tal vez un pequeño descanso no haga mal de vez en cuando – mientras pensaba – ya veo, este pequeñín se encuentra en un aprieto, pero a pesar de ello puede ser perspicaz en los momentos justos. De verdad, me gustaría haber sido como él en ese momento y no esperar hasta ahora. Sólo puedo orar por que nuestros caminos puedan volver a encontrarse en otro momento y… que tu llama no se apague tan fácilmente – la camarera llegó con sus órdenes. Él contaba con un caldo de res y un poco de atol de corazón de trigo, mientras que Weru tenía un plato de garnachas y un jugo de naranja en esta ocasión.



#9344 en Otros

En el texto hay: un poco de todo

Editado: 23.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.